Los círculos de poder mundial han constituido un gobierno en la sombra que tiene el monopolio del poder militar a través de la Otan, monitoreada por el Pentágono; el monopolio del capital financiero que permite minar el euro, quitarle autonomía monetaria a Europa y consolidar la hegemonía del dólar.
La ultraderecha utiliza los programas de ajuste neoliberal para empobrecer a los pueblos y los estados, y garantizar que los bancos recuperen su capital y eviten el colapso financiero; la pobreza perseguiría también la inhabilitación política de los pobres tratando de impedir que elaboren proyectos de vida al limitarlos a vivir por la subsistencia; minar la soberanía de los estados, lo que facilitaría la concentración del poder mundial; desarticular el movimiento de los trabajadores y fragmentar la sociedad a través de luchas parciales; minar las bases de cualquier proceso de negociación interclasista al estilo Estado del Bienestar; el espacio natural para la negociación sería el mercado, sus valores y sus reglas. Una democracia tipo Honduras, regentada mundialmente, sería el modelo.
Este programa requiere de instrumentos como la violación de la institucionalidad y la legalidad internacional, como ya ocurre con la implantación de la tortura, cárceles clandestinas y el terrorismo de Estado; la destrucción del multilateralismo, especialmente de las Naciones Unidas, como se observa en las discusiones sobre cambio climático y en la pretensión del poder en la sombra a través del G-20 de elaborar las políticas y la legalidad mundiales; un gran poder mediático; la fragmentación y desarticulación del Sur para frenar la resistencia; un golpe de Estado en marcha contra la democracia, los gobiernos progresistas, la humanidad y la naturaleza; la violencia y la guerra, como la que se prepara contra Irán, que podría extenderse más allá de la región, con el uso de armas nucleares "tácticas".
Un gran movimiento por la paz puede detener este plan. Muchas flotillas de paz dirigidas a romper el bloqueo de Gaza, como expresión de un movimiento mundial contra la guerra, podrían detener la mano del agresor.
O el cambio climático, el derrame de petróleo en el Golfo de México, más grave de lo que se dice, y la guerra contra Irán, pueden marcar el fin de esta civilización.
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