2. Desde el secuestro de algunos de los hijitos de empresarios se inició en México una gigantesca campaña para hacer creer a la población que el problema del país es la inseguridad, “la delincuencia” y los secuestros. Pero también desde entonces nos dimos cuenta de que los miles de asesinados y encarcelados eran desempleados y trabajadores de salarios miserables. ¿Ignoran los mexicanos que el 80 por ciento de los presos están en la cárcel por robar, asaltar y hasta matar de manera individual para comer y el otro porcentaje por ser parte ya de grupos organizados primero por los mismos objetivos y luego para acciones más grandes? Todos los llamados delincuentes chicos o grandes tienen orígenes en la población pobre y miserable, así como muchos políticos y adinerados; pero al pasar el tiempo adquieren el “alto grado” de mafias organizadas que ahora no roban para comer sino para vivir como los grandes políticos y empresarios.
3. En junio de 2004 se realizó una gigantesca marcha derechista, de vestidos de blanco, para protestas contra la delincuencia, pero también para hacer campaña contra el jefe de Gobierno de la ciudad de México: López Obrador. Fue organizada y propagada durante meses por los medios de información y por prominentes empresarios que obligaron a sus empleados a marchar. Meses antes, pero también meses después, lo medios no pararon de alabar la marcha pero tampoco su campaña contra la “delincuencia”. El pueblo pobre nunca hizo caso a esa campaña, pero lo políticos se dejaron fácilmente seducir por ella y aceptar “la inseguridad” como el problema principal. Todos aquellos empresarios –no más de 15- que sufrieron secuestro de sus hijos hoy para los medios son poco menos que héroes nacionales. En lugar que esas campañas aminores la llamada delincuencia ésta crece al mismo ritmo del desempleo y la miseria.
4. Pero Felipe Calderón, un presidente incapaz para gobernar, está desesperado; por eso ha llamado a todas las fuerzas políticas, económicas y religiosas del Estado –clase política en primer lugar- para que la ayuden a gobernar. Con el ejército en la calles de los estados de la República desde que tomó posesión en diciembre de 2006, no ha aminorado ni un ápice las fuerzas del narcotráfico; al contrario, después de 29 mil muertes –la mayoría civiles- los amos de la droga, después de penetrar de manera profunda todas las instituciones, se han fortalecido y parecen capaces de controlar al país. Las preguntas sobre la reunión podrían ser: ¿Cuántos capos de la droga y cuando socios de ella están analizando hoy el “combate al narcotráfico”? ¿Cuántos políticos están usando el lavado de dinero o buscan anotarse en él, para sus campañas políticas?”
5. Muchos jefes del narcotráfico y la mayoría de sus estrategas militares –según se ha probado mil veces- fueron antes miembros y oficiales de alto rango del ejército y la policía federal. El gobierno paga muy bien a los jefes militares, pero en el manejo de la droga se obtienen ingresos multiplicados en pocas semanas. Por otro lado, ¿Qué trabajador con su familia puede vivir con 52 pesos (4 dólares) diarios de salario por ocho horas de trabajo? Todas las bases del narcotráfico, que son decenas de miles, provienen de los mismos campesinos que no tienen tierras, créditos, fertilizantes, mercado para sus productos agrícolas y, por tanto llevan muchos años viviendo de la limosna y sufriendo hambre. No necesitan los narcos convencerlos para enlistarse, sino que ellos acuden por desesperación para ser contratados. ¿Cuántos desempleados hay en México? 5 por ciento según el gobierno tramposo, 15 por ciento según la realidad.
6. ¿De qué hablan entonces en su reunión Calderón, la clase política, los empresarios y los aparatos militares de seguridad? Hablan más o menos de los mismo, pero sobre todo poniendo énfasis en agrandar el aparato represivo, multiplicar las armas, solicitar más apoyos a los EEUU, en “eliminar la corrupción” de la que los mismos reunidos forman parte y en hacer más terroríficas las leyes. No faltará alguno que toque la situación económica del país, en particular la situación de los trabajadores; pero será un discurso más del cuan muchos se reirán. El resultado de la reunión será en términos generales instrumentar mayor espía telefónico, mayor vigilancia de la policía secreta, intimidar las reuniones, buscar evitar las manifestaciones públicas e instalar en el país la llamada “Delincuencia Cero” como ha aconsejado el gobierno yanqui y como se ha estado aplicando en Colombia. ¿Cuán deberá ser la respuesta del pueblo? ¡Oponerse!
7. Así que no caigamos en el engaño. El problema esencial del país no es de inseguridad o terrorismo; ese es el problema de quienes injustamente (explotando, haciendo negocios, trampas jurídicas) han acumulado gigantescas riquezas y que tienen terror de perderlas en un secuestro o en una rebelión. ¿Por qué el gobierno no obliga a esos señores poseedores de enormes riquezas a reintegrarlas al país y a reinvertirlas en fuentes de empleo? ¿Por qué no obliga a los cientos de multimillonarios a pagar los miles de millones de pesos que adeudan en impuestos? Lo que sucede es que los convocados de Calderón, sean del PAN. PRI, PRD o demás partidos, acuden presurosos a esas reuniones políticas para anudar lazos en estos momentos electorales. Todos tendrán que decir que sí aunque más tarde hagan otra cosa. El pueblo los conoce y no puede caer en sus trampas hoy disfrazada de cantos de sirena.