Creemos que nos estamos metiendo en un berenjenal cuando osamos tener la intención de tratar temas tan espinosos como los propuestos en el título sugerido, cuando tenemos enfrente a nos las diferentes tendencias de izquierda existentes, en el escenario criollo, particularmente, aquellos(as) que consideran ser “apóstoles de la verdad teórica”; ello lo percibimos con mayor transparencia durante la entrevista que le realizaran al Comandante Fidel Castro cuando éste proponía un discurso más de estadista que de “ideólogo” de izquierdas; es por ello que cuando Fidel con énfasis responde que no habrá guerra entre Colombia y Venezuela ofreciendo cuatro (4) variables que no se desarrollaron manifestó no solo la verdad sino también las medias verdades, es decir, no calificó cuál tipo de guerra se refería mas allá de la nuclear-atómica porque nadie podría cegarse a que hay, moral y éticamente demostrable, una guerra de “baja intensidad” que “baña” a diferentes países, fronterizos y/o lejanos, que es producto de la objetiva “guerra civil”, quiérase y/o se rechace, en la hermana Colombia. El escenario socio-político, económico y militar en Colombia está bañado por ideologías tan variopintas que la sociedad colombiana pareciera que no ve “la luz al final del túnel” con la posibilidad, ojalá negada, de trasladarse a actitudes sico-sociales buscando salidas tipo “cono-sur”; es decir, las dialécticas entre las contradicciones de sociedades comprometidas en Revolución y las del conjunto “Imperio-Imperialismo” se podrían agudizar si el Gobierno de Juan Manuel Santos no alcanza la praxis de sus políticas sociales propuestas en su Discurso inaugural que a la fecha la oposición a sus propuestas socio-políticas y económicas ya comienzan a mostrarse. Esa realidad no representa un escenario nuclear.
Regresemos al título propuesto. Se pueden percibir cuatro (4) temas a definir y tratar de alcanzar las relaciones entre ellos como una relación dialéctica buscando conocer la interdependencia y las consecuencias de esa interdependencia. En ese escenario, el conjunto conformado por la relación dialéctica entre la Revolución Bolivariana y la que hemos denominado como “la otra Revolución” es de fundamental importancia en un escenario de “unidad continental” de países y sociedades al sur del rio Bravo. El otro conjunto sería el conformado por “la otra Revolución y el subconjunto “Imperialismo-Imperio” por aquella política ideológica y militar que ha venido propulsando la unidad conformada por Washington-Pentágono con la praxis de las tesis “Uribe–Vélez”. Un tercer conjunto sería el conformado por la Revolución Bolivariana y la del Imperialismo-Imperio. Por último, estaría el conjunto conformado por los señalados en el título propuesto. No es tan complicado aunque si es vital su objetivo análisis y comprensión.
Hemos calificado como subconjunto la relación “Imperialismo-Imperio” al considerar que en un buscado objetivo análisis hay diferencias fundamentales y demostrables entre Imperialismo e Imperio. El Imperialismo se le ha aceptado como un “momento histórico” del desarrollo del sistema capitalista en perfectibilidad sin calificar su permanencia en el tiempo y/o su evolución per se y/o en otras calidades propias del sistema capitalista aun en tiempos de crisis y/o en tiempos de finitud histórica del propio sistema referido. ¿Cuándo comenzó a mostrarse e imponerse ese estadio lógico del sistema capitalista? ¿Cómo se expresó ese estadio referido? ¿Dónde y cuáles fueron sus causales? ¿Cuál es su realidad actual en el esquema de la globalización y las crisis presentes? Son algunas preguntas que no podríamos exponer en este corto pensamiento. El Imperio es esa expresión político-militar-econocomercial e ideológica que se ha expresado en los tiempos históricos en evolución según los desarrollos en las áreas de la “ciencia y técnica”; es de conocimiento la relación “estructura-superestructura”. En palabras comprensibles. Los Imperios Romano, Carolingio (Sacro-Imperio), Castellano-Aragonés, Británico, Japonés que no logró alcanzar una temporalidad mas allá de las contradicciones con el proceso de expansión del novel Imperio estadounidense. Las incidencias en las aplicaciones de los desarrollos tecnológicos han permitido la decadencia de uno y el ascenso de otro. En ese contexto, al analizar realidades objetivas, geográficamente definidas, en el marco de las características tanto del estadio actual del sistema capitalista en conjunción con las objetividades de la globalización podríamos proponer paradigmas que nos pudieran permitir alcanzar objetivos socio-económicos en permanente perfectibilidad.
¿Qué ha significado la Revolución Bolivariana para la Revolución? En primer término, alcanzó el Poder Ejecutivo bajo las reglas de la democracia representativa. ¿Qué significa? Decir que la Revolución en Venezuela fue de ayer es olvidarse los procesos históricos que fueron madurando nuestras propias realidades desde los tiempos de los frentes; decir que su máximo cenit fueron los procesos guerrilleros, en sus diferentes etapas, desde los años 60 es sesgar la Historia de la Revolución. Es de reconocer la madura aceptación de la “Política de Pacificación” durante el Gobierno de Rafael Caldera; quizás motivado por esas realidades consecuenciales, las izquierdas venezolanas reinterpretaron el proceso revolucionario tanto in situ como allende los mares. Los años posteriores fueron de reconstrucción de un proceso aspirado pero con incomprensiones quizás basadas en interpretaciones teóricas equivocadas y/o “frentistas”. En ese marco temporal, los “disidentes post-marxistas” actuaron de lógica conclusiva; por ello es perder el tiempo criticarlos. En ese escenario de “política de calle” junto a las contradicciones a lo interno por las crisis de las tesis burguesas “yanqui-dependientes” irrumpió un sector militar formal con “nuevas tesis” que fueron, paulatinamente, comprendidas por la ortodoxia. El resto es Historia conocida aunque podríamos conversar sobre las etapas de la Revolución Bolivariana una vez que alcanzó el Poder Ejecutivo pero lo dejamos para los teóricos.
Las revoluciones al sur del rio Bravo han sido muy diferentes pero la “otra Revolución” es, profundamente, diferente por lo que su proceso de “autocrítica” es sui géneris. ¿Por qué esa Revolución pareciera no comprender a la Revolución Bolivariana en su profundidad? A la vez, es loable su comprensión y su adicción a lo que entienden como Revolución Bolivariana; pero la Revolución Bolivariana es atípica a los conceptos teórico-tradicionales según los textos de Historia. Primeramente, alcanzó el Poder por el voto en el marco de la democracia representativa; es profundamente democrática no solo por las veces que la sociedad venezolana ha expresado su voluntad en las urnas sino que las implosiones estructurales tanto en lo jurídico como en la distribución de la plusvalía proveniente de la industria petrolera entre la sociedad venezolana nos permite decirle a los ortodoxos que superó y/o está superando los idearios tanto de la Perestroika-Glasnost como los principios de la política de “reforma y apertura”, ambas en perfectibilidad porque estamos en revolución. Si aceptamos el discurso propuesto, es de toda lógica que el conjunto “Imperio-Imperialismo” tenga, necesariamente, que reaccionar y enfrentarse a la realidad del proceso bolivariano arriba propuesto.
¿Por qué de esa necesidad del máximo representante, es decir, el Poder (Müller Rojas dixit), en la actual etapa del sistema capitalista? Aislemos el análisis propuesto. ¿Están los EEUU de América en una crisis estructural y/o es una combinación de crisis puntuales que no se han desarrollado hacia lo sistémico? Es demostrable que aquel país está desarrollando crisis a lo interno de su sociedad, en el sistema financiero-bancario, en su seguridad interna, en sus tesis de política exterior-defensa y de enfrentamientos entre la tesis social-demócrata de sectores del partido demócrata y los tradicionales ubicados en las derechas norteamericanas con tendencias hacia el fascismo. Es correcto el aceptar las variables expuestas en la conversación con el Comandante Fidel Castro: Medio Ambiente, la Informática, Derechos Humanos, por nombrar, pero ellas están afectando a la siquis de toda la sociedad norteamericana por esa relación entre “causa y efecto”. El Poder referido está consciente de la gravedad interna global norteamericana y conoce las consecuencias si se desarrollaran esa relación “causa-efecto” (ver: rand.org) A ese escenario, el Poder como expresión máxima del concepto y praxis del Imperio-Imperialismo, así mismo, reconoce las debilidades que esas contradicciones a lo interno están generando como acepta que su permanencia en el tiempo histórico es la consolidación de su ser como Imperio. Pero cabría la inquietud ¿cómo los EEUU de América alcanzaron esa relación dialéctica “Imperio-Imperialismo” en el marco referencial del sistema capitalista? Los EEUU de América mantuvieron sus reservas de “materias primas” en reserva, también demostrable, y decidieron, como Política de Estado, proveerse de ellas desde el exterior. En esa tesis era lógico, por varias razones, la decisión ejecutiva de declarar la zona al sur del río Bravo como su “patio trasero” reservándolo para “tiempos de crisis”. Aceptando esa tesis, es de toda lógica las actuaciones recientes que desde la relación Pentágono-Departamento de Estado han venido desarrollando en la zona referida. Nos referimos al Gobierno de Uribe Vélez, la 4ta Flota, la invasión pacífica a Costa Rica, la reingeniería de las bases en el Mar Caribe, la militarización de México y su frontera entre ambas naciones, las políticas anti-migratorias (hay que sacar a los “bárbaros” del país del “sueño americano”), las presiones que han profundizado en el seno de la OEA (ver: discurso-respuesta de Nicolás Maduro a Condoleezza Rice en Panamá; el tratamiento de las crisis-Ecuador/Colombia, el discurso de Barack Obama en Trinidad y Tobago sobre la “no-Historia”, por citar) ¿Qué hacer?
Frente a la propuesta realidad, las izquierdas al sur del rio Bravo, objetivamente, deberían analizar en profundidad no solo las causas que han incidido en la crisis interna en el Imperio sino las decisiones políticas que desde el Imperio se vienen no solo proponiendo sino imponiendo en aquellos sectores adeptos a las tesis de la “Dependencia” al Imperio. En última instancia, el interés del Imperio es la de controlar y obtener “materias primas” para su aparato productivo, civil y militar, en particular aquellas que sean fundamentales para las “nuevas tecnologías aplicadas”; alcanzar los beneficios de la biodiversidad; el control de la producción y distribución agrícola en función de la profunda crisis por hambre que sufrirá la Humanidad; lograr se mantenga una mano de obra barata y/o controlada en la Región vis a vis los costes en mano de obra y transporte desde allende los mares hacia el mayor mercado de consumo quizás ello sea la razón de la fuerte e importante inversión de la emergente China en los países latinoamericanos, por nombrar algunas variables. En ese escenario, frente a la crisis de variables del sistema capitalista, el Poder conoce, perfectamente, la ubicación y distribución de las riquezas a nivel mundial y su incidencia en sociedades, capitalistas y/o socialistas, que en una relación “matemática” (Chávez Frías dixit) de población, materias primas, biodiversidad, sistema de la distribución de las plusvalías, costos, derechos de propiedad, etc., etc., la ecuación beneficia al Imperio en tanto y cuanto logre controlar, efectivamente, su “patio trasero” con la actual política de reingeniería que viene promoviendo e imponiendo en la Región al sur del río Bravo.
Visto lo anterior, la
propuesta del Comandante y Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, es
de toda lógica. Consideramos que no se necesitan mayores explicaciones.