Contestando la carta de la Farc-Ep a UNASUR

“Un desplazamiento forzoso de cinco millones de campesinos, desapariciones de ciudadanos por causas políticas, detenciones arbitrarias, 30 millones de pobres en un país de 44 millones de habitantes.” Estas son  las causas que dan origen a la guerra armada que  durante más de 50 años ha convertido a Colombia en el único país del continente que no ha podido encontrar una solución para dar fin a un conflicto interno de guerra civil.

Muchos intentos de mediación y  de conversaciones para encontrar la paz han fracasado: “Si las conversaciones de paz de Casa Verde, Caracas, Tlaxcala y el Caguán, no llegaron a feliz término, fue porque las oligarquías no quisieron considerar ningún cambio en las injusta s estructuras políticas, económicas y sociales que motivan el alzamiento en armas” 

Por eso sentimos que las Farc-Ep tienen razón cuando plantean que:

“Algunos aluden frecuentemente a la obsolescencia de la lucha revolucionaria, pero nada dicen de las condiciones y garantías para la lucha política en Colombia. Otros ubican la amenaza en la insurgencia y no en la estrategia neocolonial del gobierno de los Estados Unidos, pareciendo ignorar que con guerrilla o sin ella el imperio dará curso a su agenda de predominio. Y los hay también proclives a presionar a una sola de las partes contendientes, casi siempre a la insurgencia.” Farc-Ep. 

Lo primero que deben dilucidar los miembros de  las Comisiones Diplomáticas  que ahora están reunidos para reanudar relaciones, es que ese conflicto que vive la sociedad colombiana es interno, pero que sus efectos colaterales nos están afectando a nosotros los venezolanos directamente y que por lo tanto  somos victimas y no victimarios. 

Lo segundo es que como victimas de una situación no creada por nosotros no tenemos autoridad para determinar cual de los factores internos colombianos es el victimario y en consecuencia no podemos asumir que uno de ellos es el enemigo a combatir o a enfrentar, pues oficialmente ninguno nos ha declarado  la guerra.

Tercero: que si usamos el criterio de la inviolabilidad territorial a través de la frontera común, entonces tendríamos que concluir que los cuatros y mas millones de colombianos que han cruzado nuestra frontera son enemigos y esa no es la verdad. 

En consecuencia los “guerrillos” colombianos no son nuestros enemigos y merecen el mismo trato que le damos a los millones de desplazados que vienen buscando refugio.

Quienes deben enfrentar la insurgencia interna son las fuerzas armadas colombianas, que deben impedir que los “guerrillos” lleguen a la frontera y  ese es un problema de ellos.

Pedirle al gobierno  venezolano que ponga a las fuerza armada venezolana a combatir  “guerrillos” dentro de nuestro territorio es una falta de respeto a los  4 y mas millones de  colombianos que  están viviendo en Venezuela. La mayoría de ellos honestos y trabajadores, pues tendríamos que buscar entre ellos cuales  son delincuentes, paracos, sicarios, contrabandistas, narcotraficantes y aplicarle las mismas medicinas que  le  aplicaríamos a los “guerrillos” que también son colombianos. 

Para nosotros los “guerrillos” que logran  guarecerse en  las fronteras, son como los desplazados. Ambos buscan salvar  sus vidas y el derecho a la vida es  el más absoluto derecho que debe proteger el Estado venezolano. Nadie que venga huyendo de una muerte segura que le propinarán si se queda dejará de recibir nuestra protección. ¿Podemos imaginar que los  combatientes venezolanos contra los gobiernos de Gómez y Pérez Jiménez hubieran  sido atacados por el ejercito colombiano en Venezuela?.

¿Podemos imaginar siquiera que el gobierno venezolano solicitara al gobierno de USA atacar a los miles de enemigos que tiene enclavados en MIAMI?.

Juanveroes64@hotmail.com 

(www.ensartaos.com.ve)



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Juan Veroes


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