El avanzado proceso de reconquista y dominación imperialista del planeta, con
vista a un gobierno global, dotado de una fuerza armada insuperable en su
capacidad de fuego destructivo y con presencia y reacción inmediata en todo el
territorio terrenal, ha venido teniendo en las organizaciones internacionales un
espacio fundamental de modelación, instrumentación y protección de políticas e
individuos al servicio de esa estrategia hegemónica conducida por los Estados
Unidos y secundadas por los gobiernos de sus aliados, subalternos y serviles
miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN.
Ya no se trata, simplemente, de la labor de infiltración, chantaje y
reclutamiento que las agencias de espionaje de esos países ordinariamente
realizan con el propósito de obtener el apoyo de determinados personajes con
capacidad de incidir en los acontecimientos internacionales, sino de colocar los
organismos multilaterales al servicio de su visión y estrategia de dominación,
para lo cual les resulta necesario promover, seleccionar, y “sembrar” en tales
espacios a individuos que durante años han venido siendo formados para el
cumplimiento de tales tareas o que, atendiendo las importante beneficios
económicos que depara el ejercicio de cargos internacionales, se someten a tales
directivas como simples mercenarios de la diplomacia internacional.
El imperialismo sin mayores estridencias ni conflicto, ha utilizado su
condición de sede de la ONU y la OEA, principal financista de sus actividades y
su capacidad de mediatización de la voluntad de los Estados que la integran,
especialmente, su calidad de Miembro Permanente con Derecho de Veto en el
Consejo de Seguridad, para imponer al frente de los principales cargos de su
estructura y agencias de tales organizaciones a individuos que mantienen plena
identidad con la visión imperio-otanista de dominación, razón por la cual, en
situaciones de tensión y conflicto internacional, como las guerras de Irak y
Afganistán y el conflicto con Irán, tales individuos operan como agentes
políticos a favor de tales intereses; dando con ello, una cobertura política y
una legitimidad que permite justificar todas las tropelías que en nombre de esa
organización realizan sus mandantes.
Esa estrategia global de reclutamiento y ubicación también se extiende al ámbito
de las llamadas organizaciones no gubernamentales y a la de los líderes
nacionales de opinión, a quienes con lisonjas, apoyos financieros, coberturas
mediáticas y protección política, son promovidos como referentes de los que hoy,
deben ser sus “Lideres Globales”, a quienes se les pretenden colocar en
simetría con las autoridades legalmente electas de los gobiernos, con
representaciones sociales por encima de los liderazgos derivados de la voluntad
democráticamente expresada y con supuestas virtudes superiores al conjunto de
los actores sociales que en los diversos espacios de la vida de las naciones,
desarrollan una actividad profundamente vinculada con las necesidades de la
gente y la solución de sus problemas; por lo que, tienden a aparecer como
voceros privilegiados de una “comunidad internacional”, cuya simple opinión –
siempre coincidente con la visión imperial onanista y muy difundida por la
canalla mediática global - representa la voluntad de los pueblos y la
Humanidad toda.
Por ello no puede sorprender que un individuo del prontuario de investigación
sobre crímenes de Lesa Humanidad y Crímenes de Guerra como lo es el
expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, haya sido designado para formar
parte de la Comisión de la ONU que investigará la masacre de la entidad
sionista – perdón comandante Fidel - y que la renombrada Universidad de
Georgetown, lo haya contratado como profesor, basado en la consideración de que
se trata de un "Líder Global", lo que le permite hoy gozar de inmunidad
internacional, tratamiento mediático detergente y cobertura política en las
principales instancias internacionales.
Pareciera que ya es tiempo que las corrientes soberanistas, democráticas e
integracionista que están presente en los pueblos y gobiernos de África, Asia y
América Latina, a través del Movimiento de Pases No Alineados, enfrenten con
mayor fuerza y habilidad esta política imperialista de incrustar en los
organismos internacionales a estos seudo líderes, para lo cual, es inaplazable
desburocratizar la conducta de nuestros Líderes Mundiales presentes en los
organismos internacionales y construir alianzas políticas y promover agendas
abiertas y públicas de participación de gobiernos y pueblos, que permitan
cuestionar la legitimidad de la vocería de aquellos seudo lideres globales y
desemascarar su alianza con el poder imperialista-otanista.
Las deliberaciones de la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas,
constituye un escenario adecuado para aprobar mociones dirigidas a democratizar
el acceso a los cargos principales de la estructura y las agencias de esa
organización y que tales voceros de los pueblos y la Humanidad conviertan su
liderazgos y espacios de dirección internacional en oportunidades para el debate
de las ideas, la confrontación con la hegemonía global imperialista y la lucha
por los derechos de los pueblos, la protección de la Naturaleza y la defensa
del planeta Tierra, hoy amenazada de destrucción por la guerra nuclear.
yoelpmarcano@yahoo.com