La transparencia

Reto de la Asamblea General de la ONU

La organización de las Naciones Unidas, nacida del consenso de los Estados
triunfantes en la Segunda Guerra Mundial inter-imperialista, no resiste en este
siglo XXI la oligarquía del poder mundial que, bajo la hegemonía del
imperialismo y sus socios de la OTAN, mantienen el control sobre las
decisiones fundamentales que afectan al conjunto de los Estados, pueblos,
naciones y etnias que integran la comunidad internacional, lo que hace
necesario el desarrollo de un movimiento mundial de organizaciones estatales y
movimientos sociales dirigido a modificar la “dictadura de las élites”, para
democratizar su funcionamiento, incluir a las Naciones, pueblos, etnias e
individuos y darle mayor trasparencia de sus debates, decisiones y ejecuciones

En los últimos años, al influjo del Movimiento de Pises No Alineados, que agrupa
a un conjunto heterogéneo de Estados que hacen mayoría en el seno de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, pero tiene uno solo de sus integrantes – la
República Popular China – entre los Miembros del Consejo de Seguridad, se ha
podido alcanzar una presencia más visibles de líderes mundiales procedentes de
tales países en algunas agencias importantes de la organización, pero que no se
corresponde con la evidente mayoría de los Estados de Africa, Asia y América
Latina que integran esa organización mundial.

De la misma manera, los grandes eventos anuales de los organismos de Naciones
Unidas, en los que se presentan voluminosos y acuciosos informes sobre
importantes problemas de los países, regiones y del planeta, han venido saliendo
de los cerrados cenáculos de tales instituciones, para comenzar a ser asediados
por organismos sociales de defensa de los derechos humanos, de los grupos
sociales, de la naturaleza y ahora, del Planeta Tierra, quienes han logrado,
como nunca antes, que la agenda, el desarrollo de los debates y las posiciones
de los países y los diversos agrupamientos de Estados presentes en tales
conclaves, comiencen a ser conocidos; sea para denunciar unos por sus
propósitos perversos o, para apoyar a otros por su actitud defensa de los
intereses y derechos de la Humanidad y el Planeta.


A pesar de que Naciones Unidas tiene un sistema de información y comunicación en
donde se registran sus reuniones, declaraciones acuerdos y decisiones de la
Asamblea General, el Consejo de Seguridad y la Secretaria General, así como de
todas sus agencias especializadas (UNTAD, UNICEF, FAO, ACNUR, etc), su política
es deliberadamente restrictiva y, la política de las grandes agencias de
noticias vinculadas al capitalismo global, no tienen interés en difundir las
noticias provenientes de tales organismos, por cuanto, aún siendo poco efectivo
para cambiar la realidad de injusticias presentes en el planeta, constituyen
espacios de denuncia, reclamos y propuestas de los oprimidos y explotados en
contra de la dictadura del Capital financiero internacional y el complejo
militar industrial, que mantiene el orden de las desigualdades y las injusticias
que caracterizan el planeta de hoy, lo cual es contrario a los intereses
crematísticos de las empresas privadas de la información.

Sin embargo, es necesario decirlo y reconocerlo que, salvo la posibilidad de que
los miembros del Consejo de Seguridad o la Agencia Internacional de Energía
Atómica, por ejemplo, puedan decidir tratar determinado tema en sesión
reservada, en atención a la sensibilidad de determinado asunto de la realidad
internacional, no existe impedimento alguno para que las agendas, los debates y
los documentos de todos los órganos de las Naciones Unidas sean hecho del
conocimiento de los ciudadanos del planeta, por lo que, ha de concluirse que
los mismos Estados que desde el Movimientos de Piases No Alineados reclaman la
democratización y las transparencia de la ONU, no han tenido suficiente voluntad
política para “romper el cerrojo” del “apagón” informativo de la ONU, para
permitirle a sus poblaciones, toda la información posible sobre el desarrollo de
las actividades de la ONU, con el fin de generar una conciencia critica sobre el
uso que las grandes potencias y, en especial, los Estados Unidos de América,
hacen de este organismo mundial.

Para democratizar a la ONU no es suficiente modificar las atribuciones del
Consejo de Seguridad, la Asamblea General y la Secretaria General y ampliar los
miembros del Consejo de Seguridad, si ello no esta acompañado de la promoción y
la garantía del acceso a la información a todos los ciudadanos del planeta
Tierra de las agendas, debates y actividades de sus organismos. Por ello, la
Asamblea General de Naciones debería declarar el periodo 2011-2020, el Decenio
de las Naciones Unidas para la Información y la Comunicación, con el objeto de
asegurar la mayor suma de transparencia de las actividades de las organizaciones
internacionales, y el mayor grado de transparencia de sus decisiones y
ejecuciones, sirviendo con ello a un mayor protagonismo de los Estados, pueblos,
naciones y etnias, en el control de la más importante organización planetaria,
lo que conducirá a una defensa más efectiva de la Humanidad, la Naturaleza y el
Planeta Azul.

Yoel Pérez Marcano
yoelpmarcano@yahoo.com


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