El toro educativo puede meterle los cuernos a Lujambio y Gurría y sacarlos del ruedo por dar pases tontos

1.  “Mejorar la calidad de la enseñanza en México requiere no sólo mantener una inversión creciente en el sector, sino crear un sistema de evaluación e incentivos para los docentes que sea “robusto, transparente e independiente”, afirmó el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, quien llamó al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, a “agarrar el toro por los cuernos”. Propone Gurría: que los profesores de enseñanza básica que tengan bajo desempeño de manera permanente sean “excluidos” del sistema educativo, y solicita a la SEP establecer periodos de “inducción y prueba” hasta de un año de tutorías, tanto para docentes recién egresados como para los que buscan una plaza definitiva, con el fin de fortalecer el sistema educativo”. Silencian los tontos que no es problema de enseñanza, sino de política educativa.

2. Esos funcionarios de Educación (Reyes Tamez, Josefina Vázquez, Lujambio), designados por el presidente de la República en turno, saben tanto del sistema educativo como yo de astronauta, es decir, nada. ¿Cómo es posible que le echen la culpa a los profesores cuando éstos sólo han sido dóciles transmisores de las políticas educativas que se ordenan por los burócratas funcionarios de la SEP? o ¿cómo echarles la culpa a los profesores cuando por lo menos la mitad de los niños de enseñanza elemental y secundaria acuden a la escuela sin haber desayunado, desnutridos, desde hogares desintegrados y miserables? La realidad es que si alguna culpa tienen los profesores es esa docilidad, cobardía, ignorancia política y, hasta oportunismo, de dejarse manipular por autoridades de la SEP y dirigentes sindicales venales o “charros” que han estado siempre aliados para destruir la educación pública.

3. Pero, ¿Quién evalúa a los evaluadores? ¿Es al organismo privado Ceneval, con sus criterios empresariales y muy parciales, en el que hay que confiar que dictamine a los profesores que deben ser excluidos? Lo que sí saben los profesores es que los concursos de oposición, pero mucho más los tradicionales exámenes de admisión o de conocimientos, suelen ser el peor engaño, la más grande farsa que sirve para validar o legitimar cosas ya determinadas con anticipación. Cuando al Ceneval le encargan una evaluación, sus técnicos preguntan de antemano cuántos deben pasar la prueba y cuántos deben reprobarla para abrirla o cerrarla; o bien cómo ideologizar la prueba para eliminar a los enemigos del gobierno y del sistema. Así de sencillo es esto y lo saben perfectamente los profesores. ¿Qué pasa en una evaluación cuando PAN, PRI, PRD, el grupo empresarial, Televisa, etcétera, presentan una lista de recomendados?

4. Los primeros reprobados y expulsados deberían ser los altos funcionarios que sólo manejan cifras y estadísticas educativas extraídas de las computadoras; de educación –que es esencialmente humanística- no tienen la menor idea, menos los que vienen de áreas tecnocráticas. Los profesores, aunque no sepan de políticas educativas ni de corrientes de pensamiento, por lo menos están en diario contacto con los estudiantes y conocen cuáles son las condiciones económicas y de vida de las regiones donde trabajan y de los padres de sus alumnos. Por el contrario las autoridades de educación sólo saben de caravanas políticas, de brincar de un cargo a otro y de mantenerse siempre colgados del presupuesto público. La SEP se ha convertido en simple escalera política: Tamez gran jefe de la diputación del partido de Esther Gordillo; Josefina Vázquez jefa de la diputación panista y Lujambio fuerte precandidato presidencial del PAN.

5. Las declaraciones de Gurría y de Lujambio –ignorantes de los verdaderos problemas educativos- acuden a ideas muy comunes y superficiales. No saben o quieren silenciar que los verdaderos problemas educativos son: a) defensa de la educación pública contra el acelerado proceso de privatización; b) elevar el nivel de vida de más del 50 por ciento de los niños que acuden a la escuela sin alimentos; c) alcanzar el 8 por ciento del PIB en educación mediante una administración honrada; d) encarcelar a altos funcionarios corruptos; e) acabar con la dirigencia sindical charra jefaturaza por la Gordillo y f) elevar el nivel ideológico antiautoritario y participativo de los profesores. ¿Cómo pueden “capacitar” a los profesores si las autoridades no tienen idea directa de la labor y los problemas del los profesores de enseñanza elemental y media? Por eso la corrupta dirigente sindical mantiene subordinadas a todas las autoridades de educación.

6. Nadie puede negar que la enseñanza-aprendizaje tiene muchos problemas, pero estos hay que verlos siempre subordinados a la política educativa que se instrumenta desde lo alto del poder. Política educativa es fijar objetivos, planes, programas, métodos educativos que en cada sexenio impone la clase política por recomendaciones empresariales: educación para el campo como antes de 1945; después: educación urbana, educación tecnológica para el trabajo, para la productividad, con orientación empresarial, con acento en el inglés y las computadoras. ¿Educación humanística? Ninguna, eliminando de los programas o reduciendo las horas de historia, arte, filosofía, literatura. ¿Cómo piensan hacer sensibles, solidarios, cooperadores, amorosos, a los estudiantes si sólo se les enseña a pensar de manera individualista, a tener valores que nada tienen que ver con la colectividad? La política educativa sexenal es determinante.

7. Lo que siempre ha preocupado a las más altas autoridades del país y de educación ha sido crear mano de obra barata para la gran empresa. ¿Para qué les sirve a los empresarios explotadores que los estudiantes y profesionistas piensen, razonen, sean solidarios, si ellos lo que necesitan son máquinas que produzcan riquezas, que no hablen, que no se organicen en sindicatos y que no reclamen sus derechos y más salarios? Por eso los Gurría, Fox, Lujambio, Calderón, han estado imponiendo en educación políticas educativas encaminadas a la “calidad de la educación” pero con orientación que dicta la gran empresa: evaluar a los profesores y excluirlos si no son capaces. Es una mentada de madre al Normalismo que ellos mismo organizaron y ahora están destruyendo. Espero que al fin los profesores empiecen a despertar, a salir de su letargo y decidan organizarse y participar contra las medidas que los están aplastando.

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Pedro Echeverría V


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