El límite de la tolerancia

El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que dirige el comandante
Hugo Chávez Frías, ha impulsado una política internacional radicalmente
diferenciada de la observado durante cerca de un siglo por los gobiernos de los
Propietarios, la cual ha estado basada en la observancia irrestricta de los
principios Igualdad Jurídica de los Estados, No Intromisión en los Asuntos
Internos, Renuncia al Uso y la Amenaza del Uso de la Fuerza y Solución Pacífica
de las Controversias.

Sin embargo, la política internacional bolivariana ha tenido que enfrentarse a
una campaña de provocaciones y agresiones del imperialismo y sus aliadas
burguesías globales y dependientes, que han visto en esa política independiente,
soberana y solidaria, un peligro para sus interese en América Latina y en el
resto del planeta y, ante las derrotas propinadas a sus aliados e instrumentos
de la contrarrevolución interna, han optado por fortalecer una concertada,
continuada y creciente cruzada mediática de las grandes empresas capitalistas de
la comunicación; las cuales manipulan la realidad venezolana y crean matrices de
opinión dirigidas a desestabilizar al gobierno y la revolución venezolana.

En el caso de los Estados Unidos, esa campaña es fácilmente entendible por los
intereses geopolíticos y económicos que la revolución bolivariana viene
afectando mediante el proceso de soberanización de nuestro recursos petroleros y
las iniciativas de integración y unidad latinoamericana y caribeñaque han
resquebrajado un siglo de dominio imperial sobre nuestros países y, en el caso
de Colombia y en menor medida, otros países de Nuestra América, se comprende
por el profundo odio y temor de las viejas élites burguesas y oligárquicas, que
se sienten amenazadas por el “mal” ejemplo de la revolución bolivariana, el
cual viene “contagiando” sus viejos dominios.


Pero en el caso del gobierno del Reino de España tal posición agresiva y
provocadora contra el gobierno y la revolución bolivariana pareciera no tener
suficiente razón ni motivo, si se toma en cuenta que, pese a todos los
esfuerzos de la ultraderecha franquista del Partido Popular de Aznar y Rajoy,
por meter una “cuña” en las relaciones de respeto, colaboración y cooperación
mantenida entre el gobierno monárquico de José Luis Rodríguez Zapatero y el
gobierno bolivariano del comandante Hugo Chávez, los acuerdos económicos y
financieros entre ambos gobiernos y las iniciativas políticas en ambos lados del
Atlántico, parecían consolidar una relación mutuamente provechosa para las
partes.

Sin embargo, el gobierno del Reino de España, sacudido por una profunda crisis
con 22% de desempleo, un déficit fiscal al doble que la media europea, con la
tasa inflacionaria más elevada de la Unión Europea, una caída abrupta de la
producción industrial y un malestar generalizado de la población por el criminal
paquetazo contra el salario y las pensiones impuesto por el FMI y el Banco
Central Europeo, finalmente terminó incorporándose abiertamente a la operación
mediática internacional contra la revolución bolivariana, apelando al recurso de
querer vincular al gobierno bolivariano con las actividades del grupo
independentista vasco ETA, precisamente en momento en que se le esta acabando
el pretexto para continuar la guerra, por cuanto la ETA esta en inactividad,
declara su voluntad de una solución política negociada al conflicto armado,
apela a la verificación internacional y asume las vías democráticas como medio
para que se exprese la voluntad soberana del pueblo vasco.


Este cambio de posición del gobierno del Reino de España, no solo se explica por
las presiones del franquismo nostálgico del PP y la enloquecida campaña de la
canalla mediática española contra Venezuela sino, también, por su vergonzante
abdicación de su soberanía a los intereses del imperialismo norteamericano y sus
aliadas élites otanistas de la Unión Europea, quienes le pagan su inmoral
conducta contra la revolución bolivariana, subsidiando su quebrada economía e
invitándolo a las reuniones del exclusivo “G-20”, consciente que su presencia
en ese club de la burguesía financiera global no tiene razón, sentido, ni
motivo, por ser la Monarquía Española, un Estado que, junto a Gracia, Portugal
y Hungría, sencillamente son inviables, en el mediano plazo.

En la política, como en las demás actividades humanas, todo tiene un límite y,
la decisión del gobierno bolivariano de enfrentar la conducta cobarde y
oportunista del gobierno de la Monarquía Española, es una advertencia a estos
“escuderos” imperiales de que nuestro pueblo y su gobierno bolivariano, no
seguirán tolerando de los viejos ni los nuevos colonialistas, ninguna afrenta
que lesione nuestra dignidad nacional y el respeto a nuestro pueblo y gobierno,
y que si aprecian el valor de sus intereses económicos que su burguesía tiene en
Venezuela, tendrán que escoger entre, proteger los intereses crematísticos de
sus empresas o, recibir la respuesta firme y digna del gobierno y el pueblo
bolivariano contra tales grupos petroleros y financieros.

“Si nosotros nos dejamos insultar hasta de los débiles, no seremos respetados
de nadie, y no merecemos ser naciones”. Simón Bolívar. Potosí. Bolivia. 21 de
octubre de 1.825.


yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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