Para Centroamérica el gobierno de México es el cachorro guardián de los EEUU, el primer retén de asesinos

1. Las cancillerías de Honduras, Guatemala y El Salvador denunciaron en forma conjunta el presunto secuestro de al menos 50 migrantes centroamericanos ocurrido en Chahuites, Oaxaca, y pidieron al gobierno de México investigar esos hechos y castigar a los culpables. Solicitaron a las autoridades mexicanas dar “lo antes posible” con el paradero de las personas supuestamente secuestradas el 16 de diciembre, entre las que, según testimonios, habría ciudadanos de esas tres naciones. Asimismo, la cancillería salvadoreña, titulado “Honduras, Guatemala y El Salvador denuncian secuestro masivo de migrantes en México”, demandaron que se castigue a los culpables, para evitar que delitos de ese tipo vuelvan a cometerse. Pero por otro lado el gobierno mexicano, “sorprendido”, primero negó dicho secuestro y más tarde dijo -“que de haber sido”- lo investigará. ¿No es acaso racismo, xenofobia, la que aplican por México y EEUU hacia los países más miserables?

2. Los mexicanos migrantes “sólo” sufren las persecuciones y asesinatos de la “patrulla fronteriza” de los EEUU; los migrantes centroamericanos que buscan llegar a los EEUU tienen que sufrir dos vejaciones, persecuciones y asesinatos: tanto en la frontera sur de México como en la frontera de los EEUU. ¿Por qué entonces los gobiernos mexicanos dicen quejarse por el mal trato a los mexicanos migrantes y ellos hacen exactamente lo mismo con los centroamericanos? La única respuesta es que los gobiernos de México han sido, por lo menos desde 1982, perros guardianes de los intereses yanquis y, al mismo tiempo, gobiernos racistas que ven a los centroamericanos como “inferiores”. Pero, ¿Por qué el trato cordial a los yanquis en México y Centroamérica que operan como espías, militares, incluso como turistas de alto nivel? Si el racismo y la xenofobia se han hecho internacionales, espero que pronto las luchas de liberación de los pueblos oprimidos se unan en toda América.

3. La emigración de personas de los países explotados y miserables a países capitalistas de alto desarrollo económico, en todo el mundo, ha tenido como base la gigantesca desigualdad en la distribución de las riquezas que luego se ha convertido en brutal racismo. Éste no es un mal natural sino producto cultural que surgió hace milenios junto con las clases sociales y las relaciones productivas. Se desprecia la pobreza en todos los campos: económico, político, social, cultural, físico, de vestimenta, de color, lenguaje, escolaridad; pero a quien posea capital le cambia todo. Es la explicación que hace entender el racismo yanqui, el mexicano, el español, el argentino y demás. Hay racismo abierto que muchos alcanzamos condenar y combatir, pero el peor es el racismo interno o interiorizado del que casi nadie se escapa; se manifiesta de diferentes maneras, pero la base esencial es la pobreza.

4. La Organización Internacional para las Migraciones ha anunciado en un estudio que en tanto la población de los países en desarrollo va a la baja (sabemos que así ha sido durante décadas) se registra un aumento de la fuerza de trabajo en las naciones en desarrollo, que “aumentará de dos mil 400 millones de personas a tres mil 600 millones de individuos para 2040. La OIM señaló que “el Banco Mundial estima que si los países en desarrollo permiten que su fuerza de trabajo crezca 3 por ciento, lo que equivaldría a permitir la entrada de 14 millones de migrantes de 2001 a 2025, el mundo generaría 356 millones de dólares más por año. EEUU es el mayor receptor de migrantes con casi 60 millones de personas en 2010, por lo que los nacidos allí obtienen (por explotación intensiva) un beneficio de 37 mil millones de dólares al año por la participación de inmigrantes en su economía.

5. Sin duda los razonamientos de la OIM permiten ver que los graves problemas de la migración mundial pueden solucionarse pero sólo en parte, porque la creación de riqueza para esas poderosos naciones tendrá que descansar en la intensa explotación del trabajo de los migrantes para que los países receptores obtengan los gigantescos beneficios esperados, tal como ha sucedido hasta hoy. Pero mientras la situación cambia y la “apertura de las fronteras” comienza a darse, miles de migrantes siguen siendo secuestrados y asesinados en las fronteras, particularmente en las fronteras sur y norte de México, por la desigualdad económica y el racismo. Los migrantes mexicanos que libran la frontera yanqui cada años son hoy más de 600 mil, ¿Cuántos seres humanos de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador, etcétera, buscan cruzar la frontera sur cada año, subirse a tren de la muerte y escapar de las bandas y policía de migración?

6. En Europa, particularmente en España, han surgido organizaciones de apoyo a los migrantes –particularmente a africanos- y de lucha contra la xenofobia; esto habla muy bien de los luchadores sociales españoles –esencialmente anarquistas- que han visto que el franquismo y el fascismo aún siguen vivos en esa nación y en el gobierno. No se si en otros países, sobretodo en Europa y los EEUU, hay organizaciones contra la xenofobia racista, pero cada día son más urgentes y necesarias. Las batalla en apoyo a migrantes y de lucha contra el racismo no son nacionales sino una lucha mundial anticapitalista. Las organizaciones de derechos humanos, por su mismo nombre, no deben ser nacionales sino internacionales. La de México deben ubicar su trabajo en la frontera sur y las de los EEUU deben ubicarse en su frontera con México para defender los derechos humanos de los migrantes y para exigir el castigo de los asesinos yanquis.

7. Y no hay que olvidar que el problema de la migración no es un asunto de “polleros”, “enganchadores” y de mafias, sino de gobiernos nacionales que sólo cuidan intereses de empresarios ricos; en países expulsores de mano de obra como México y Centroamérica por no crear empleos suficientes bien remunerados y en los países receptores como EEUU, Canadá, Europa, porque cierran sus fronteras a los pueblos que ellos mismos han saqueado y empobrecido, porque persiguen y asesinan a quienes logran entrar, además de explotarlos y despreciarlos. Que este mundo capitalista es una basura, que marcha de cabeza porque el 80 por ciento de la población apenas sólo controla el 20 por ciento de la riqueza y el 20 por ciento de la población controla el 80 por ciento de los haberes, es indudable. Pero la esperanza (que suena a religión) es que la población se organice un día y pueda enterrar la injusticia mundial.

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Pedro Echeverría V


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