Luego de un amplio y difícil debate en el seno de la izquierda independentista y socialista vasca, acerca de la continuación de la histórica lucha por separar al país vasco del Estado Monárquico Español, finalmente la inmensa mayoría de sus colectivos de base, con la simpatía de los actores sociales de Heuskal Herria, han decidido presentar al pueblo vasco y al mismísimo Estado Español, un proyecto de partido denominado SORTU, el cual afirma, inequívocamente, su voluntad de transitar sus luchas por vía exclusivamente democráticas, con exclusión expresa del uso de la violencia como medio para alcanzar fines políticos y de rechazo a toda manifestación de violencia, incluyendo a ETA, que viole los derechos de los ciudadanos y las ciudadanas.
SORTU es una propuesta partidaria ajustada al contenido de la vigente Constitución Monarquista Española, a su Ley de Partidos y a las sentencias de los tribunales europeos y españoles sobre la ilegalizada Batasuna y otros formaciones independentistas vascas; quitándole, de esa manera, toda justificación al Estado y sus partidos, de mantener segregado de las instituciones políticas vascas, a un sector que, electoralmente, ha representado, por lo menos, la quinta parte de la votación general, pese a sus errores y desviaciones políticas y a la dura represión judicial y policial ejercida contra todas sus manifestaciones sociales, políticas y culturales.
Más que una derrota política y militar, la decisión del independentismo vasco de negar la lucha armada como medio para alcanzar sus objetivos políticos, es una demostración de la madurez de un movimiento social, cultural y político de un pueblo que ha entendido las nuevas realidades de las luchas anticoloniales, democráticas y antiimperialistas y, confirma, por estas nuevas vías – y al lado de otros pueblos integrados al Estado Monárquico Español – la resistencia a la colonización de su pueblo, la defensa de su milenaria lengua y la reivindicación de sus hermosas tradiciones.
Pese a las divisiones que se aprecian entre las diversas corrientes políticas en el seno del pueblo de Heuskal Herria, no hay dudas acerca de la franca mayoría independentista en la sociedad vasca; razón que explica la férrea resistencia de los defensores de la “unidad” del Estado Monárquico Español a aceptar la legalización de la formación política SORTU, dado que ello significaría miles de votos y de cargos en los ayuntamientos, en el parlamento y en el gobierno vasco, que harán posible continuar la construcción de su propio Estado, a partir del control de su propio país.
No han faltado ni seguirán faltando provocaciones policiales, judiciales y políticas desde el Estado Monárquico Español y su aliado francés, pero lo fundamental, es que los pueblos y gobiernos amantes de la Paz, la Democracia y la Libertad, manifiesten su solidaridad con esta histórica decisión del independentismo vasco que, de esta manera, fortalece la unidad de un orgulloso pueblo que, por su tesón y sacrificio, tiene bien ganado el derecho a la Soberanía, a la Autodeterminación y a la Independencia.
Con la opción democrática del la izquierda abertzale y la decisión de la organización armada ETA de declarar una tregua unilateral, permanente y verificable, se inicia un proceso irreversible de superación de las laceraciones producidas por este doloroso período de 40 años de conflicto que dividió al pueblo vasco y enfrentó a una parte de sus independentista a las instituciones del Estado Monárquico Español, a la reparación y reivindicación de sus víctimas, al retorno de sus expatriados, la reunificación de sus prisioneros en las cárceles vascas y la decisión sobre su libertad; solución política que, como en Irlanda del Norte, en Centroamérica y en todas las experiencias de este tipo de conflictos, cerrará el ciclo de la violencia y abrirá el definitivo camino de la Paz y la Reconciliación.
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