Tal como lo evidenció WiKileaks, las embajadas, consulados y otros organismos de política internacional del gobierno de los Estados Unidos de América ( USAID, DEA, Cuerpo de Paz, NED etc.) son verdaderos nidos de espías que utilizan las inmunidades y privilegios diplomáticos establecidos en la Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas, de 1.964 y, las que, bilateralmente, le imponen a algunos gobiernos subalternos, para realizar todo tipo de encubiertas operaciones políticas, policiales, militares y de inteligencias, dirigidas a inmiscuirse en los asuntos internos o de terceros países, socavando la estabilidad de los gobiernos democráticos y organizando Golpes de Estado.
Con la excusa de la ayuda en materia de seguridad, el gobierno de los Estados Unidos sigue “sembrando” agentes de inteligencia en los cursos de para funcionarios civiles, militares, policiales y de inteligencia de Nuestra América, con la finalidad de promover la venta de equipos de última generación en materia de seguridad e inyectar en la conciencia de tales funcionarios su nueva “Doctrina de Seguridad Global”, que define como “terroristas", no a las agencias imperialistas que promueven Golpes de Estado contra gobiernos democráticos y apoyan a regímenes dictatoriales en el planeta sino, a los gobiernos y organizaciones populares que resisten la política imperialista, luchando por la soberanía popular, la independencia nacional y la Justicia Social.
Pero además, amparados por la inviolabilidad del correo diplomático, aprovechan el transporte de documentos y equipos propios de la vida diplomática, los cuales son amparados por la Convención de Viena, para instriducir en diversos paises todo tipo de elementos sofisticados, altamente sensibles y de prohibida transportación por vías ordinarias, cuya utilización estaría relacionados con operaciones encubiertas dirigidas a afectar la seguridad interior y exterior de los Estados.
Precisamente, lo descubierto recientemente en el aeropuerto de Buenos Aires, Capital de la República Argentina, es una clara demostración de este tipo de comportamiento “diplomático” del gobierno de los Estados Unidos que, ante la evidencia de la introducción ilegal de material, equipo de inteligencia y porciones de drogas ilegales en un avión de la Fuerza Aérea usamericana, reaccionó con soberbia imperial, rechazando todo intento de las autoridades de un Estado Soberano, como es Argentina, de revisar las valijas no amparadas por el protocolo de correspondencia presentado por sus funcionarios.
Como ya pasaron los tiempos neocoloniales de las dictaduras militares y los gobiernos entreguistas de Carlos Menen, la respuesta argentina, en la persona de Cristina Fernández, ha sido digna del nacionalismo peronista y de las nuevas corrientes soberanistas de Nuestra América, rechazando otorgar tratamiento privilegiado a los y equipos ilegalmente transportados, procediendo a la apertura del equipaje ilegal, su revisión y a la incautación de su contenido, así como a la presentación de una Protesta Diplomática ante el Departamento de Estado, por la conducta inaceptable de las autoridades usamericanas.
Lo importante de esta situación, no es que hayan sido “pillados” los “superagentes” del espionaje usamericano en una operación de traslado de material ilegal, utilizando una cobertura diplomática, lo cual no sorprende a nadie después de las revelaciones de Wikileack, sino la necesidad de que la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, avance con la mayor rapidez y espíritu integracionista, en el desarrollo de una Doctrina Democrática de Seguridad Integral que establezca programas de estudios, formación y entrenamiento para sus institutos militares, policiales y de inteligencia de Nuestra América que rompan, definitivamente, con las doctrinas imperialistas y neocoloniales, que subordinan la defensa de los intereses de nuestros pueblos, a los intereses del gobierno de los Estados Unidos de América.
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