La realización este fin de semana de la Asamblea Nacional del Frente Nacional de la Resistencia Popular de la República de Honduras, FNRP, con la participación de más de tres mil delegados procedentes de todo el territorio nacional, abre una nueva y esperanzadora etapa de lucha del pueblo catracho por la recuperación de sus derechos políticos vulnerados por el Golpe de Estado de junio 28 del 2009 y la conquista de unas Asamblea Nacional Constituyente originaria, democrática y soberana que refunde la República, elimine todas las expresiones neocoloniales que la subordinan a los Estados Unidos de América y diseñe un proyecto de país en donde se le garanticen y hagan efectivo todos los derechos humanos de sus ciudadanos y ciudadanas.

Este importante acontecimiento político de los trabajadores y trabajadoras y el pueblo oprimido y explotado hondureño es el difícil producto de un largo proceso de debates políticos entre los diversos liderazgos y organizaciones sociales y políticas que hacen parte del FNRP, que ha permitido sortear toda una serie de obstáculos derivados de la diversidad de visiones e intereses partidarios y de liderazgos presentes en este organización de masas, pero que al final impuso los intereses superiores del pueblo hondureño y la convicción de que, solo con la unidad política, programática y de acción del pueblo, será posible alcanzar el objetivo estratégico de la realización de la Asamblea Nacional Constituyente.

El avance obtenido con este histórica reunión unitaria del FNRP, sin embargo, no resuelve la totalidad de los problemas políticos y organizativos internos, por cuando al interior de esta organización persistente importantes diferencias sobre temas tal sensibles como la propuesta de convertirlo en un partido político, la participación en las próximas elecciones del 2.013, la aceptación y utilización de las controversiales normas sobre el Referendo aprobadas por el Congreso y, especialmente, sobre las estrategias de luchas insurreccionales e institucionales para conquistar sus objetivos políticos, en las que particularmente su distancian el radicalismo izquierdista y el etapismo zelayista.

Un aspecto fundamental de ese debate necesario e inevitable, está representado por la propuesta de auto-convocar una Asamblea Nacional Constitucional que discuta y acuerde un proyecto de Constitución a ser presentado al pueblo hondureño como base de la agenda de la Asamblea Constituyente, lo cual permitiría ampliar el espacio de participación política del FNRP hacia sectores de la institucionalidad y la emigración hondureña, dispuestos a transitar el camino democrático como forma de la superación pacífica de la actual
crisis institucional y el aislamiento internacional de la República de Honduras.

Sin duda que una propuesta de este tipo, generando formas de de participación y consulta democrática al conjunto del pueblo, garantizando la más amplia difusión de las propuestas y los debates y la escogencia generosa, amplia y diversa de delegados, así como el apoyo y acompañamiento de organizaciones y personalidades democráticas de Nuestra América y otras partes del planeta, le daría la legitimidad democrática suficiente para que las conclusiones de este evento sean asumidos por el pueblo catracho como su proyecto de país y con ello, movilizarse dentro de la estrechez de las leyes vigente y la amplitud de las alianzas políticas y sociales, a conquistar su Asamblea Nacional Constituyente.

El FNRP, en su lucha por la Soberanía, Democracia, la Paz y la Justicia Social del pueblo hondureño, ha venido estudiando y aprendiendo de los procesos constituyentes que se han desarrollado en América Latina pero, dentro de su especificidad nacional, tiene también mucho que enseñarle a los pueblos de Nuestra América, especialmente en lo que se refiere a construir un proceso constituyente a partir de la movilización del pueblo, al margen de la institucionalidad y con un proyecto de país consensado y defendido por los más amplios sectores que conforman hoy la Hondura democrática y soberana por la que vivió, luchó y soñó el General Morazan.

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