1. López Obrador, en plena precampaña presidencial, anticipó en reunión con empresarios, que de ganar las elecciones en 2012, su gobierno revisará “todas las concesiones” de explotación del espectro radioeléctrico y de fibra óptica, “pero no vamos a expropiar, no va a haber persecución, porque lo que queremos es que haya competencia. Si Slim quiere, pueda tener un canal” de televisión, pero como cualquiera de ustedes. Y que si Azcárraga o Ricardo Salinas se quieren meter al negocio de la telefonía, que entren. ¿Pueden pensar los empresarios que va a haber pasos al socialismo, hacia la igualdad, hacia el antiimperialismo, si no habrá persecución, expropiación, prohibición de basura televisiva o de negocios en la telefonía? Su gobierno sería, como en el DF, de relación respetuosa con los empresarios, promoviendo inversiones y otorgando estímulos fiscales. Además no vamos a engañar: se respetarán todas las concesiones hechas.
2. ¿Serviría de algo al pueblo mexicano que los medios de información y la telefonía dejen de ser monopolio y se conviertan en oligopolios de los mismos magnates para que sigan programando la misma basura? ¿Por qué no proponer crear e impulsar medios de información públicos (no de gobierno), comunitarios, universitarios, colectivos libres, con el fin de evitar que los medios comerciales capitalistas sigan idiotizando a la población? No olvidar que el atraso económico, político, educativo, cultural de nuestro pueblo tiene que ver con la ideología que se le ha impuesto. AMLO no puede olvidar el papel extremadamente negativo que han desempeñado los medios de información –particularmente la radio y la TV- en la educación de la inmensa mayoría de la población. Él lo sabe muy bien, pero parece tener temor de decirlo por aquello de los votos; pero tendrá que hacerlo para evitar que se diga que es más de lo mismo.
3. López Obrador escribió en su libro y repite en sus discursos que los “amos de México” son un grupo de potentados surgidos de las privatizaciones que se han convertido de facto en un supremo poder oligárquico. Habla de 30 encabezados por Slim y Azcárraga y los pone en lista con sus nombres y negocios. Entonces habría qué preguntar: ¿A todos los “amos de México” se les seguirá respetando sus concesiones, no se les expropiará, no serán perseguidos y seguirán teniendo estímulos fiscales? ¿Los discursos de AMLO buscarán no molestar a los “amos de México” para que no lo vean como “un peligro”? Sería interesante que AMLO delimite muy bien a dónde quiere llegar y si ello es posible y qué tipo de concesiones puede hacer a fin de que no sea más de lo mismo. ¿Pensará acaso ganarse a empresarios y clero, que siempre han tenido muy claro que PRI y PAN, respectivamente, son sus partidos de confianza?