Hace poco ví por televisión la destrucción del puerto de Trípoli. Siguiendo con las noticias, Inglaterra afirma que ya Libia carece de capacidad militar aérea porque casi todos sus aviones los han destruído. Continúan los bombardeos, no solamente a bases militares, aviones, tanques, puertos y centros de comando, sino también a las propias fuerzas de Khadafy, para proteger a los rebeldes, es decir, se trata de una guerra contra Libia para derrotar y derrocar a Khadafy.
Supongamos que Francia, Inglaterra y EEUU, las potencias responsables de esta locura, logren derrotar a Khadafy y nombren su correspondiente gobierno títere. Supongamos lo contrario, que Khadafy prevalezca. (En este caso supongo que la coalición invadirá a Libia con tropas terrestres y si no puede lanzará la bomba atómica). En todo caso, ¿Quién pagará por los daños causados al patrimonio de Libia? ¿Cuántos años y cuántos miles de millones de dólares costará la reconstrucción de Libia? ¿Quedarán impunes los cientos o miles de asesinatos que se cometieron? ¿Quién tiene derecho a castigar y condenar a millones de niños y adultos libios? En definitiva, ¿Quién responderá por la destrucción de Libia?
Ya tengo la respuesta: el mismo que respondió por la destruccion de Irak, o sea, NADIE. Y surgen entonces más preguntas. ¿quién le dió al Consejo de Seguridad de ONU el poder de destruir un país soberano? Respuesta: la Asamblea General de ONU cuando en 1945, en San Francisco, EEUU, aprobó el Artículo 42 del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas. Ahora, ¿estarán de acuerdo la mayoría de las actuales 192 naciones que integran la Asamblea General con las atribuciones del Consejo de Seguridad que nos han llevado a este desastre? Creo que NO. Es más, ¿tiene la Asamblea General de ONU el poder de autorizar bajo cualquier argumento la destrucción de otro país? Mi respuesta es NO.
Como ciudadano de Venezuela, país miembro de ONU, solicito al Canciller Nicolás Maduro que haga las gestiones para someter a votación de la Asamblea General, con carácter de urgencia, las atribuciones del Consejo de Seguridad y se elimine, de una vez por todas, la facultad de destruir otro país bajo cualquier argumento. Una cosa es que las naciones poderosas formen una coalición para destruir a quien quieran y otra que bajo la bandera de las Naciones Unidas un grupo de países terroristas, borrachos de poder por poseer poderosas armas de destrucción masiva, acostumbrados a invadir, matar y humillar otros países, hagan una cayapa y destruyan uno de nuestros vecinos terrícolas, como sucedió en Irak, lleva 10 años sucediento en Afganistán y está sucediendo hoy en Libia.
Si tal revocación de atribuciones es imposible, porque la telaraña legal internacional está hecha para que nadie pueda romperla, entonces todos los países pequeños y medianos del mundo, si tienen un poquito de vergüenza, deberían retirarse de ONU y formar tienda aparte bajo otra denominación, sin que se les olvide la creación de un poderoso ejército. Ningún ciudadano de los países pequeños y medianos del mundo puede aceptar como normal el estado actual de cosas. Las redes modernas de comunicación social usadas con este fin adquirirían una nueva dimensión que podría cambiar el mundo. ¿Habrá alguna organización mundial que se atreva a proponer y luchar por estos cambios? Me ofrezco como soldado raso.
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c.c. via e-mail: Nicolás Maduro, Ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores.