Cuba, un pueblo que lucha y se sacrifica por un ideal que no logró alcanzar, pero lo mejor del mundo

1. Raúl Castro, hermano de Fidel y compañero de lucha de él desde el “Asalto al Cuartel Moncada” en 1953,  aseguró hoy que se enfrentará a los “dogmas y criterios obsoletos” que anidan en el Partido Comunista de Cuba (PCC); se comprometió a ejecutar la “estratégica” reforma del sistema de manera gradual, ordenada y exigente, y advirtió que la integración de la nueva dirigencia, donde continúa el sector de los veteranos, es sólo un “primer paso” para la inyección de sangre joven en la primera línea de mando. Fue el sexto congreso del PCC que concluyó, como se esperaba, sin giros radicales porque Cuba tiene la obligación de estar atenta a cualquier intervención yanqui que busque hacer lo que pasó en la URSS y demás países del bloque oriental en 1989. No hay Fidel Castro radical y Raúl moderado, son cambios necesarios y urgentes que Cuba necesita que, quiérase o no, impedirán que Cuba logre la utopía socialista.

2. Y lo que ha sucedido en Cuba no es cualquier cosa; es la prueba de que ningún país podrá construir el socialismo mientras exista el gran poder imperialista que lo destruye todo a pesar de la gran voluntad que pudieran tener los Lenin, Castro, Chávez, Morales u Ortega. Lo que sucede en Cuba es producto del ahorcamiento de su economía por los EEUU y “errores políticos” que, cuando se lucha contra gigantes, surgen por las mismas circunstancias, es imposible no cometerlos.  Con lo sucedido en la URSS, en China, en el bloque oriental, quizá la revisión del marxismo, también del leninismo, sea indispensable. ¿Será correcto proponernos lo imposible para hacerlo posible con el fin de destruir el pensamiento pusilánime que se opone a las utopías? ¿O los anarquistas han tenido siempre la razón al plantear que los Estados y los gobiernos suplantan o usurpan el pensamiento y las acciones directas de las masas?

3. ¿Es un problema de honestidad? En los países del capitalismo clásico en el mundo, que se llaman así mismos “democracias”, con periodos de gobierno de cuatro a ocho años, los gobernantes, familiares y amigos salen con enormes propiedades y grandes inversiones bancarias que despojaron al pueblo por la vía del presupuesto público y por la ruta de los negocios. Eso jamás puede decirse de un gobernante marxista o socialista porque no forma parte de su moral, de su pensamiento. Cuando han gobernado se han aprovechado o gozado de privilegios personales que otorga el Estado como pago de su “calificada” tarea: buena casa, automóvil, estar en ceremonias y viajes al extranjero, pero no son propiedades personales, sino concesiones del Estado a sus gobernantes. No conozco a socialista alguno con riquezas e inversiones bancarias ni tampoco con herencia qué repartir. Obviamente los medios de información dicen, o pueden decir, lo que quieran.

4. Fidel Castro, Raúl y el Che –como he escrito muchas veces- fueron mis padres políticos de 1959 a 1966; luego, siguiendo la polémica chino-soviética, la guerra de Vietnam y algunos planteamientos espartaquistas y trotskistas, comencé a adoptar posiciones críticas “izquierdistas” contra el proceso de burocratización de la revolución que se inclinaba hacia la URSS. La realidad es que también el Che, contra lo que sucedía en Cuba, caminó por esa misma posición crítica y de allí su discurso en Argelia y la búsqueda de “otros países que reclamaban su presencia”. Si bien en aquellos tiempos pensé que los “fidelistas” traicionaban la revolución, “quitándoles las armas al pueblo”, hoy puedo entender que Cuba tenía que seguir a los soviéticos para asegurar su vida porque llevaba cuatro años de sufrir el bloqueo yanqui y de los países de América ordenados por la OEA. Así los yanquis “hicieron imposible” el socialismo en Cuba.

5. La realidad es que era un “fanático” que escuchaba por radio todos los discursos de Fidel y los releía en la revista mexicana “Política” que fue editada de 1961 a 1967 por Marcué Pardiñas. Mientras los jóvenes vibrábamos de emoción con los discursos de dos o cuatro horas de Fidel, los cubanos también mostraban su entusiasmo en la gran Plaza de la Revolución de La Habana. ¿Qué país en uno o dos años había acabado con el analfabetismo, había hecho radicales reformas agrarias, bancarias, había integrado a todo el pueblo a una especie de autogobierno y, sobre todo, se había parado en la ONU para denunciar las guerras, los saqueos y los robos del imperialismo yanqui? Incluso todos los escritores del mundo –obviamente con algunas excepciones- apoyaron de manera activa- la revolución cubana. La simpatía hacia ella y hacia sus líderes fue casi unánime. Y eso los gobiernos no podían permitirlo, por eso la combatieron con saña.

6. Pero Cuba no pudo construir el socialismo, como tampoco pudieron los rusos, los chinos y ningún país. La enorme voluntad de los socialistas cubanos se expresó expropiando las tierras, las industrias, los bancos y demás negocios en manos yanquis, de otros extranjeros y de multimillonarios cubanos; se manifestó cerrando cabaretes, centros de prostitución, casas de distribución de drogas, casinos y mil un negocios más que servían al capitalismo para agrandar las riquezas de unos cuantos y para tener mayor poder para dominar al pueblo. Ese fue un enorme avance que cortó un brazo al capitalismo que en todos los demás países son tentáculos de dominación; pero esos pasos sólo fueron los primeros. Después Cuba tenía que reorganizar su economía con un trabajo intenso, con el entusiasmo y las convicciones del pueblo, pero, ¿Dónde encontraría capitales, préstamos, comercio? Vino el ahorcamiento del “socialismo”.

7. ¿Qué sucedía en el mundo, por qué los yanquis intervenían en todos lugares para “aplastar al comunismo” sofocando o ahogando las revueltas y revoluciones? Era obligatorio releer a Marx, a Bakunin, a Lenin, a Trotsky, a Mao; pero también preguntar a Sartre, a Camus, a Gorz, a Fanon, a Marcuse, a Deustcher, Baran y Sweezy, al mismo Hesse y Paz, acerca de lo que pasaba con el socialismo, las guerrillas, la polémica chino-soviética y las revoluciones rusa, china y cubana. ¿Por qué el PC de la URSS contemporizaba con el imperialismo yanqui? ¿Por qué el PC de Mao mantenía posiciones más radicales y por qué el chiste de que “los dirigentes cubanos tenían el corazón en China y el estómago en la URSS?”. Cuba se debatía en medio de la polémica, por eso cuando surgió en 1968 la invasión soviética a Checoslovaquia los dirigentes cubanos no la condenaron y sí la justificaron.

8. Las oposiciones derechistas que han surgido en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Uruguay, Argentina, Libia, deben combatirse y ser derrotadas demostrando a la población que son dirigidas y financiadas por el imperialismo de los EEUU que busca recuperar gobiernos y ponerlos a su servicio. Pero las oposiciones izquierdistas en esos países, que de alguna manera buscan caminos hacia el socialismo –aunque se presenten muy difíciles- deben ser respetadas y escuchadas. Con éstas se tiene que dialogar con amplitud para que ellas entiendan las dificultades del gobierno para avanzar y también para que escuchen las propuestas de la oposición radical para que las cosas mejoren. La lucha por el socialismo, aunque extremadamente difícil, tiene que continuar; quizá ten gamos que ir paso a paso, tardar muchos muchos años y ver en ese tiempo que millones de seres humanos sufren y mueren. Cuba es un ensayo como muchos más.

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Pedro Echeverría V


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