Derecho Internacional

El Derecho Internacional i la verdad han sido lanzados al mar junto con Bin Laden

Seré breve en comentarios. En palabras del Obama, el norteamericano en pequeña fracción de gentilicio (Filipinas fue territorio robado) que en su condición de igualdad como persona, sólo se diferencia en una letra, el apellido con el nombre del supuesto cerebro del derrumbe intencional de las Torres Gemelas de Nueva York: Obama i Osama. Ambos son terroristas i asesinos, aunque mucho más el primero (sumando muertos asesinados, el Bin Laden , pierde seguro) i las torres las derribó Bush hijo, para buscar un motivo. Ese “engendro” como dicen, obra del Imperio cuando en Afganistán peleaban con Rusia, se les volteó i desde entonces su persecución i el anuncio de su muerte, ha sido la obsesión de otro similar a él también, como lo fue el vaquero inculto i criminal de George W. Bush, de tal palo tal astilla. Cada vez que anunciaron su muerte, al poco tiempo se demostraba que era un vulgar mentira, para mantener contento a una nación de hombres que solamente sirven para las trivialidades de la vida, pero que demuestran ser verdaderos bobos o cretinos, para creer las estupideces i mentiras de sus mandatarios títeres. Esas mentiras grandes se inventan en faenas electorales, aunque muchas veces son demás, porque allí, en la nación más técnica i poderosa del mundo, siempre hai fraudes que se cocinan en oportunidades por más de un mes mientras hacen las trampas. Creo, ciertamente, que en ese anuncio de otra muerte de Osama anunciada por Obama, hai otra gran mentira. Después de tener el cadáver de un personaje así, de anunciarlo i celebrarlo con júbilo o desborde de alegría hasta en los juegos de béisbol i al público le entró una temblequera; después de incursionar ilegalmente en un país extranjero limpiándose el trasero con el Derecho Internacional, los buenos asesinos enviados por el Imperio que lo puede todo, a cumplir una orden de asesinato, lo logran, le toman en ADN i como el que pescó un pez del tamaño de un tiburón martillo, antes de mostrarlo en un concurso de pesca, lo arroja de nuevo al mar, para cumplir el mandato o las leyes e ideas religiosas musulmanas. Tardaron 8 años en seguirle la pista, i duró como testimonio, lo que dura un pedo en un chinchorro como dicen los españoles “curtos”. Un honor a Posidón o Neptuno, apelando a la cultura griega que tienen sus militares. ¡Qué gente tan honesta i respetuosa de los derechos humanos! Lo del ADN, sencillamente puede ser una mentirilla científica sin importancia, pero lo del cadáver, que no se les ocurriera como a un “rascadito o borracho” en un velorio,  pedir que salaran al muerto, como a un bacalao; si no tenían formol a mano, es inconcebible de todos modos, igual que beatificar a un hombre que protegió al más grande mundialmente, de los pedófilos i mafiosos en México, el obispo Maciel. Se puede hacer, porque precisamente la Iglesia Vaticana es un Imperio.

 Lo que falta es que el Papa nazi actual, se le ocurra rezar i decir algunas misas por el alma de Bin Laden quien, no siendo cristiano, sino musulmán de los arrechos, de todas maneras era hijo de Dios, i que el afrodecendiente de la Casa Negra, digo Blanca, pretenda recuperar la “popularidad” perdida por tan desastroso gobierno, para poder optar por una reelección, obtuviera esta credencial. De él podemos pensar que, hasta la partida de nacimiento, es falsa…¡Rei de la farsa! Hasta del mismo Bin, podemos esperar que en estos hechos, él participara en su favor, para hacer creer que efectivamente ha muerto, i lo dejen por un tiempo largo en paz, así como sus familiares seguir con buenos negocios petroleros con los Bush i con la Condoleza Arroz. Empero como el Imperio lo puede todo, hasta “enterrar” en el agua, también podrán hacer una exhumación acuática para demostrar que esa cosa aventada i deforme, comido por los peces,  en verdad era Bin Laden.  O sería, en caso de verdad la noticia, ¿para que no se viera un tiro de gracia en la cabeza? El talento científico de los norteamericanos, fue siembra europea; Heisenberg,  Bloch, Einstein, Von Braun, Fermi, etc., pero en los políticos no hubo influencia alguna a no ser del árbol genealógico de Aznar, o de Berluconi. Son realmente brutos, desfachatados o amorales, para mentir con la “magnificencia”  que mienten. Un país, en la política, de  auténticos tartufos. Ya veremos cuando reaparezca Bin Laden, aunque va a tardar, porque quiere descansar de los embusteros de turno. A estos niñitos tan buenos pero mentirosos, les podemos adjuntar el tierno cuento del pastorcillo que mentía i el lobo feroz. ¡Son tan tiernos i dulces mintiendo!

robertojjm@hotmail.com


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Roberto Jiménez Maggiolo


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