El show mundial sobre Bin Laden se urde para que pasemos por alto el asesinato contra Gadafi y sus nietos

Hay que ser bien tonto para creer que Bin Laden pudo haber existido alguna vez.

El que crea en Bin Laden tiene que aceptar la existencia den las bombas de destrucción masiva que según George W. Bush tenía Sadam Hussein.

El que crea en Bin Laden tiene que aceptar que Hussein tuvo que ver con las destrucción de las torres gemelas de Nueva York.

Era de esperarse que luego del asesinato por parte de la OTAN del hijo de Gadafi y sus tres nietos, algo espantoso como un milagro del cielo, debía suceder contra el terrorismo mundial. No en vano sale Alan García declarando que ha sido el mejor regalo milagroso que Juan Pablo II le ha dado al mundo.

Algo se estaba cocinando en los laboratorios del Departamento de Estado. Algo tan grandioso y espeluznante como la propia caída de las torres gemelas y por eso CNN y la prensa mundial lo recalca y lo ha estado reviviendo tanto.

Como nunca el mundo se ha encadenado para hacer olvidar a la gente los crímenes inmediatos que la OTAN está cometiendo en Libia.

Bin Laden nunca existió.

Fue el pretexto supremo y total para mantener aterrorizado al mundo.

Fue el pretexto para invadir a Irak.

Fue la excusa para meterse en Afganistán y mantener en permanente amenaza al territorio de Pakistán.

Y lo más insólito del mundo es que nuestra Cancillería se haga hecho eco de esa fantasía creada por Washington, cuando más bien debería denunciarla como la farsa jamás inventada por desquiciado alguno.

Así como fue falso que Hussein tuviera armas de destrucción masiva (y que con el cuento descomunal y bárbaro de Bush de que se trataba de una guerra contra EE UU para aterrorizar al mundo), igualmente lo de Bin Laden ha sido otra vil falacia.

Dentro de unos años se verá que esa muerte fue otra invención de la madre de los criminales de la tierra, pero ya entonces a nadie le importará, como a nadie le importó cuando se descubrió que Hussein no tenía armas de destrucción masiva.

Así vive el mundo, y es momento de que se lea o relea el libro “1984” de George Orwell, para que se comprenda de manera cabal, como el imperio euro-americano (el Gran Hermano) nos vive mintiendo, nos vive tracaleando; lo de Bin Laden es otra falacia tan grande como el hundimiento del Maine, como el crimen de los supuestos pistoleros de Puente Llaguno, como el ataque a EE UU en el lago de Tonkin, como el “sorpresivo” ataque de los japoneses en Pearl Harbor.

jsantroz@gmail.com


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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