En este presente siglo,
al igual que en el pasado Siglo XX, la energía continua erigiéndose
hoy en el símbolo del poder político y económico. Se trata púes
del factor determinante de la jerarquía de naciones, incluso
su posesión y eficiente utilización representan un nuevo indicador
de éxito y progreso material en el mundo globalizado de hoy. De este
modo, el acceso a la energía se ha convertido en el imperativo principal
del siglo XXI. En efecto, el uso del petróleo como la fuente más importante
de energía para esta generación y la inevitable realidad de que no
se visualiza una fuente alterna que compita en términos económicos,
de eficiencia, seguridad en las operaciones e impacto ambiental cada
vez más controlado, es una realidad que suscita grandes preocupaciones
y tensiones en la sociedad mundial. En la actualidad (2011), el 88 %
de la energía del mundo proviene de los llamados fósiles y dentro
de ellos el petróleo representa hoy un poco más del 35 %.
Esto explica la atención
obsesiva en el petróleo, dado lo que esta en juego, y, por tanto, se
suscita un gran interés por parte de Occidente sobre la OPEP, dadas
las prerrogativas que esta Organización encierra al concentrar las
mayores reservas de petróleo convencional (2) a nivel mundial.
I.-
La OPEP en el Nuevo Orden Energético Internacional
Según el nuevo orden
energético internacional, los países se pueden dividir en naciones
con exceso de energía o naciones con déficit de
energía. Dentro de este nuevo orden, y a diferencia del pasado, la
posición que puede ocupar un país ya no está determinado exclusivamente
por su poderío militar, sino más bien por sus reservas de petróleo
y de gas. Tal situación coloca a la OPEP en la mira de occidente dado
su dependencia del petróleo.
La OPEP, Organización
intergubernamental creada el 14 de septiembre de 1960 en Bagdad con
la participación de cinco países miembros fundadores: Arabia Saudita,
Irak, Irán, Kuwait y Venezuela, nace como una organización interestatal,
internacional, que representa a los gobiernos de sus países miembros.
Por supuesto, no fue sencillo consolidar una organización de este tipo,
pues se trataba de unificar, por primera vez, objetivos comunes de países
y pueblos tan diferentes para establecer las políticas
de manera soberana sobre un recurso natural.
Ahora mismo, (2011) doce
países provenientes de tres continentes forman parte de la OPEP, así
tenemos en América, Venezuela y Ecuador, en África: Argelia, Libia,
Nigeria y Angola, en tanto que en Asia se encuentran: Qatar, Irán,
Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak. En 2008,
salió de la organización Indonesia, con lo cual la población de los
países miembros de la OPEP pasó de más de 530 millones de habitantes,
aproximadamente a 400 millones en la actualidad.
Desde sus inicios, la
Organización se montó en la coordinación y consolidación de
sus principios rectores, lo cual queda fielmente expresado en los objetivos
que persigue, específicamente enmarcados en las resoluciones 1 y 2
de Bagdad (14/09/60), las cuales rezan:
- El objetivo principal de la Organización será la coordinación y unificación de las políticas petroleras de los Países Miembros y la determinación de los medios más idóneos para salvaguardar sus intereses, tanto individuales como colectivos.
- La Organización formulará vías y medios para asegurar la estabilidad de los precios en los mercados internacionales del petróleo, con el propósito de liminar fluctuaciones perjudiciales e innecesarias.
- Se prestará en todo momento debida atención a los intereses de las naciones productoras y a la necesidad de asegurar un ingreso estable a los países productores, un suministro de petróleo eficiente, continuo y económico a las naciones consumidoras y una ganancia justa sobre los capitales de quienes invierten en la industria del petróleo.
Al respecto, debe subrayarse que uno de los aspectos que se han mantenido en el tiempo dentro de la Organización ha sido la reafirmación de sus países miembros en cuanto al derecho soberano inalienable y permanente sobre sus recursos naturales. En cuanto a la defensa y soberanía que tienen los países sobre sus recursos naturales, es importante destacar igualmente la existencia de la resolución de las Naciones Unidas de 1962 que reafirma el derecho soberano de los países a administrar la tasa de explotación de sus recursos naturales.
II.- Prerrogativas y potencialidades
de la OPEP
Según el Annual Statistical
Bulletin 2009, el ultimo publicado, hasta ahora, por la OPEP el pasado
año 2010, las reservas de los países que integran la Organización
se han venido situando, entre 1999 y 2009, en promedio por encima del
77 % del total mundial. Sin embargo, en el 2009 alcanzó 1064,
300 (Mb) de los 1337, 2 (Mb) existentes en el ámbito mundial, lo que
significa que los países miembros de la OPEP concentraron para ese
año, el 80 % de las reservas de petróleo convencionales existentes
en el mundo (3), tal como puede mirarse más abajo en el cuadro
N1.
En consecuencia, los
países OPEP son los mejores posicionados para expandir su producción,
a fin de cubrir la creciente demanda de petróleo en los próximos
años. Adicionalmente, debe señalarse que ese mismo año (2009), la
producción de los países miembros de la OPEP fue de 28,9 (Mb/d), por
lo que en ese año la OPEP alcanzó el 41.9 % de la producción mundial
de crudos, pero participa en mas del 57 % de los barriles que se venden
en el mercado. (Véase Cuadro N1).
Desde luego, es importante
señalar que los países OPEP tienen en la actualidad una capacidad
cerrada de producción que supera los 5 millones de barriles por día.
Todo lo cual le otorga un mayor poder para incidir en el mercado petrolero.
Igualmente, disponen de los menores costos de producción por barril,
en comparación con los costos de la producción en los Países No OPEP.
Sin embargo, los países
de la OPEP tienen, en conjunto, una alta dependencia de las exportaciones
petroleras, pero debe aclararse que es baja su exportación de productos
refinados, en contraste, con los niveles de crudo que se exportan. En
efecto, mientras la exportación de crudo alcanza a un 57, 5 %, la exportación
de productos refinado llega a un 19,2 % y en promedio las exportaciones
de crudos y productos llegan a un 44% (Véase el siguiente Cuadro).
Cuadro N ° 1
Resumen 2009 de la OPEP
Concepto | Unidades | Volumen | % |
Reservas | |||
OPEP | mMB | 1064,3 | 79,6 |
Producción | |||
OPEP | MBD | 28,9 | 41,9 |
Refinación | |||
Capacidad de Refinación | mBD | 8575,2 | 9,8 |
Producción Refinación | mBD | 7992,1 | 9,8 |
Consumo | mBD | 6160,2 | 7,9 |
Exportaciones | |||
Crudos | MBD | 22,1 | 57,5 |
Productos | MBD | 3,9 | 19,2 |
Crudos + Productos | MBD | 26,1 | 44,0 |
Fuente: OPEP Annual Statistical Bulletin, 2009.
Construcción Propia
Esta realidad nos hacen
inferir que, si bien la OPEP tiene un rol preponderante en las reservas
y en la producción de crudos, en lo relativo a la refinación, transporte
y distribución, obviamente que el poder lo tiene las transnacionales.
No obstante, otra realidad
muy desconsolante acompaña a los países Productores No OPEP en varios
de los cuales ya se ha sentido el agotamiento de sus principales yacimientos,
ejemplo palpable lo representa México con su principal yacimiento Cantarell,
lo cual pone en riesgo en el futuro inmediato la condición de México
como país exportador de petróleo. Ciertamente, el complejo Cantarell,
desde el 2005 hasta la fecha, se ha caracterizado por la declinación,
la cual representa una tasa de 14 % anual. A este cuadro igualmente
pudiéramos sumarle la realidad de Noruega, puesto que mientras su producción
de gas ha estado en crecimiento y presenta buenas perspectivas, la producción
petrolera ha venido declinando sostenidamente. Cálculos de varios expertos
indican que al ritmo actual las reservas petroleras de ese país se
podrían agotar en 8-12 años. Aunque, debe aclararse que la declinación
también la sufrió, Indonesia país miembro de la OPEP hasta el 2008.
III Occidente y la
dependencia Petrolera
En este nuevo siglo XXI,
en que Estados Unidos, exhibe ahora en el concierto mundial su supremacía
como potencia hegemónica mundial, es oportuno señalar que el poder
ideológico, político y militar propugnado por el primer mundo y reclamado
principalmente por ese país, exige un poder económico que lo
sustente y este encuentra sus fortalezas y oportunidades justamente
en el petróleo. Por tal razón, el petróleo continuará durante buena
parte del siglo XXI jugando un papel geoestratégico de primera línea
en el escenario mundial. Hasta ahora, ningún vector energético de
los que se han exhibidos como posibles competidores es capaz siquiera
de igualar sus bondades, anidadas en el hecho de ser además de una
fuente energética, una materia prima que tiene múltiples aplicaciones,
indispensable en las industrias y fabricación de diversos productos
que van desde los polímeros hasta los medicamentos, incluyendo los
productos para la belleza. Empero como sabemos, Estados Unidos ante
la situación de declinación de sus reservas y por consiguiente merma
en su producción, así como también en la disminución del tiempo
teórico de sus reservas requiere más petróleo para permitirse
la operatividad de un modo de vida caracterizado por el grotesco consumismo.
En consecuencia,
no hay duda en afirmar que para occidente será cada vez más difícil
superar la dependencia energética, varios factores explican esta aseveración.
En primer lugar, las estadísticas muestran como se han venido incrementando
los niveles de importaciones en la factura petrolera y también del
gas natural. En segundo lugar, hasta ahora no ha resultado fructífero
o exitoso el desarrollo de una matriz energética que superé al petróleo.
En efecto, las novedosas tecnologías con las cuales sueña occidente
con la finalidad de romper su dependencia, principalmente con los países
de la OPEP que contribuyen con más del 57 % del crudo que se comercializa
en el mercado mundial, aún sigue siendo una quimera que recrudece
con mayor ahínco el estatus de debilidad energética que
padece occidente y muy especialmente Estados Unidos.
De allí que, la
Política Nacional de Energía (Nacional Energy Policy, NEP) adoptada
tanto por el expresidente Bush como por el actual presidente yanki,
Barack Obama así lo demuestran. Tal situación lleva a Occidente
a un clima de inquietud y de unir esfuerzos para la confrontación y
actuación rapaz en contra de la soberanía de los pueblos propietarios
del recurso petrolero como los de la OPEP, principalmente contra
aquellos cuyos regimenes políticos no le son afectos.
IV La OPEP en el ojo
del huracán
Los productos derivados
del petróleo que son los que se contabilizan en la demanda petrolera
son imprescindibles para mantener la arquitectura de la globalización,
principalmente en el sector y áreas del transporte (aviones, barcos,
trenes, entre otros), pero también resulta crucial para el funcionamiento
y operatividad del complejo militar estadounidense y además para mantener
el wife of live (el estilo de vida estadounidense), el cual, cada vez
más, reclama un desproporcionado consumo de energía que es consecuencia
del modelo de desarrollo que privilegia Estados Unidos como país hegemónico
del sistema capitalista.
Cuando entendemos esto
y además somos conscientes en que el petróleo, es en definitiva, el
líder del transporte, dado que más del petróleo que se
produce a diario en el mundo –estamos hablando de más 86 millones
de barriles por día) se usa para el transporte y el 90% del sector
trasporte hace uso o se sostiene con productos derivados del petróleo,
comprendemos que el tipo de globalización neoliberal que apuntala el
imperio requerirá de mayores niveles de consumo de energía,
por lo que se verán en la imperiosa necesidad de buscarla, a cómo
de lugar, sin importarle la destrucción y los daños al ambiente
e incluso se embarcarán en empresas y campañas de guerras contra los
pueblos con tal de garantizarse el suministro del vital recursos. Como
he sabido Estados Unidos es el principal consumidor de energía en
el mundo, estamos hablando que consume aproximadamente el 25% del total
mundial, pero tiene un déficit energético, principalmente en su consumo
petrolero por lo que requiere importar más de 11 millones de los casi
20 que consume por día.
Por supuesto, no es casual
que en los últimos diez años, tres países petroleros miembros
de la OPEP han sufridos los peores embates por parte del imperio
todo poderoso. En efecto, Venezuela fue victima de un Golpe de Estado
en abril de 2002 y luego entre diciembre de ese año y febrero de 2003
sufrió un paro y criminal sabotaje petrolero que llevó a nuestra
producción de más de 3 millones de barriles por día en promedio en
el 2002 a escasos 25 mil b/d para febrero de 2003, -además de generar
ingentes perdidas que sobrepasaron los 14 mil millones de dólares-,
todo esto con el fin de provocar la salida del presidente constitucional
Hugo Chávez Frías para apoderarse del petróleo. Una vez superado
ambos episodios por la sinergia lograda entre el pueblo y la Fuerza
Armada, el imperio dirige su mirada hacia Irak invadiéndolo y violando
su soberanía hasta deponer al presidente Saddam Hussein y apoderarse
de las terceras reservas de crudos convencionales más importantes de
los países miembros de la OPEP. Irak, país miembro fundador de la
OPEP elevó sus reservas de petróleo en el 2010 a 143.000 millones
de barriles de petróleo y su producción petrolera se acercó a los
2 millones de b/d.
Sin embargo, ahora como corolario a la premiación por la intervención, asesinato de un presidente y producción de la zozobra en el pueblo iraki, se anuncia con bombos y platillos que la producción petrolera de ese país ascenderá a más de seis millones de barriles diarios para finales de 2014. Tal anunció supone un aumento de más de 4 millones de b/d, si se toma en cuenta que en este momento la producción se acerca a unos 2 millones de b/d, aunque se estima que el promedio cerrará el 2011 alrededor de 2,7 millones de b/d. Obviamente, cabría la pregunta de cómo quedará la OPEP frente a esta expansión volumétrica de más de 4 millones por parte de Irak, país cuya producción desde el 2003 no forma parte de las cuotas de la OPEP. Lógicamente que todo este enorme incremento responderá a las pretensiones de Estados Unidos, por supuesto en detrimento de la OPEP. Desde luego, la actual política energética iraqui estaría fuertemente influenciada por las estrategias de las compañías petroleras transnacionales. Ello, a su vez, debilitaría a la OPEP puesto que difícilmente las compañías se someterán al compromiso de acatar las cuotas de producción que fija la Organización.
Por ultimo, en este momento
le ha tocado el turno a Libia, el país africano de la OPEP con las
mayores reservas de petróleo en ese continente. En efecto, padece
inhumanos ataques bélicos con el consentimiento de la ONU por parte
de Estados Unidos y varios de sus aliados, la única razón apoderarse
de sus recursos de hidrocarburos y de sus ingentes reservas de agua
potable. Hay que considerar que el crudo de referencia comercial libio
“Es sider” de unos 37° API y de 0,45% de azufre, y por tanto,
de una gran calidad y rentabilidad es uno de los atractivos para occidente,
Europa y EEUU.
De manera que, son las
riquezas petrolíferas de Libia (aproximadamente 47 mil millones de
b de reservas para el 2010) lo que explica los ataques de occidente
sobre este noble país que ofrece una producción de 1, 5 millones
de barriles por día de un crudo dulce y liviano con muy poco
contenido de azufre, es decir, con todas las prerrogativas que desean
con anhelos los refinadores estadounidenses y las grandes transnacionales
para incrementar sus ganancias. Esta nueva agresión contra el pueblo
libio no sólo pone en riesgo, por ahora, la producción petrolera impactando
sobre el precio del crudo, sino que además viene a infligir un duro
golpe a una de las economías más fuerte del continente africano.
Ciertamente, Libia gracias a sus prerrogativas petroleras y también
de gas natural, exhibía según los mismos indicadores de las Naciones
Unidas, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más elevado del continente.
Además, cuenta con el PIB nominal per cápita más alto de la geografía
africana y el segundo lugar ateniendo al PIB per cápita en paridad
de poder adquisitivo.
Además, es importante
señalar que la amenaza occidental también se ha erigido sobre otro
país de la OPEP, Irán único país persa de la Organización al que
se acusa de utilizar la energía nuclear con fines belicistas. Logrando
en Libia lo sucedido en Irak ya sería dos países que no solamente
saldría de las cuotas de la OPEP sino que además pudieran incrementar
su expansión volumétrica para saciar la sed de petróleo de occidente
en detrimento de los precios y, por ende, en detrimento de las economías
de los países de la OPEP y su soberanía.
Finalmente, queda claro
que la dependencia del imperio hacia el petróleo está creando una
situación que pone en peligro la seguridad energética y la viabilidad
de su modo de vida y por tanto mina la estabilidad internacional.
Ciertamente, la competencia entre los países de occidente por asegurarse
su demanda petrolera bajo los preceptos que impone la racionalidad
capitalista conducirá inexorablemente al conflicto entre las principales
potencias mundiales. Ya lo decía Marx el capital no tiene patria ni
amores.
Para ello, se justifica,
tras la tesis del mito del terrorismo, que el petróleo actual y potencial
se concentra en los países de la OPEP, países musulmanes, islámicos
con los cuales Estados Unidos tuvo, tiene y tendrá conflictos. Razón
por la cual trataran por todos los medios de desarticular a la OPEP.
Por cierto, el imperio
premia y ayuda a las facciones fascistas que a lo interno de cada país
se constituyen, más que en tendencia políticas de oposición, en fuerza
de choques desestabilizadoras. Tal es el caso, en estos momentos, de
las fuerzas y sectores irregulares libias, agrupadas en el Consejo
Nacional de Transición (CNT) quiénes pretenden con la venia del imperio
convertirse en voceros de Libia ante la próxima Reunión Extraordinaria
de la OPEP N 159 a celebrarse en Viena el 8 de junio del presente año.
No hay duda, el petróleo de la OPEP está una vez más en el
ojo del huracán, para occidente desarticular a la OPEP ya es una cuestión
de prioridad.
Notas:
(1):
Autor de los libros: “Petróleo y Socialismo en el Siglo XXI” (2005)
y “Los retos de la OPEP en el siglo XXI. Un análisis al calor de
la política petrolera venezolana” (2006).
(2): Se trata
del petróleo de origen natural que a temperatura ambiental es líquido,
y que contiene una mezcla de hidrocarburos e impurezas, siendo
la principal el azufre. En contraposición, el petróleo no convencional
obedece al grupo constituido por los líquidos de gas natural
(LNG, los crudos ultrapasados, los petróleos obtenidos
por los procesos gas-a liquido (gas –to-liquidas, GTL), los petróleos
originarios de las lutitas y pizarras bituminosas y los hidratos de
metano.
(3): No se incluyen acá las ingentes reservas de crudos extrapesados que se vienen certificando en la Faja Petrolífera del Orinoco, las cuales ascienden para enero de 2010, según el Ministerio del Poder Popular Para el Petróleo, a 220 mil millones de barriles sólo en la Faja del Orinoco. Razón, por la cual es obvio que las reservas OPEP se verán fortalecidas cuando se publiquen próximamente las estadísticas referentes al año 2010.
eleazarmujica14@yahoo.com