1. Es chistoso, muy risible, que el gobierno de México –que ha hecho el ridículo internacional por el desplome de su política y su economía- haya propuesto a Agustín Carstens candidato a la Presidencia del Fondo Monetario Internacional (FMI, 1945 Washington); pero indignante que lo haya hecho por órdenes del gobierno de los EEUU que lleva muchas décadas buscando quedarse con el mando de ese organismo que siempre ha sido controlado por los europeos (Bélgica, Suecia, Alemania, España y Francia) Los gobiernos mexicanos desde 1982, se sabe, han estado dispuestos a ponerse de cuatro patas y ladrar para servir a los EEUU. Pero en última instancia, ¿para qué sirve un presidente del FMI sino simplemente para intervenir en economías quebradas ofreciendo préstamos (con altos intereses) a cambio de imponer sus políticas a cada país en cuestión?
2. Dentro de esta lista de instituciones que manejan a países otorgándoles préstamos, imponiéndoles programas económicos de gobierno y haciendo “concesiones” para salir de sus problemas críticos, están –además del FMI- el Banco Mundial (BM, 1945, Washington), el Banco Interamericano de desarrollo (BID) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), que hasta 1995 se conocía como el GATT. Todas esas instituciones bancarias internacionales funcionan en beneficio de los países industrializados que saquean a las naciones pobres; la realidad es que funcionan como los hace la banca comercial en cada país: otorgan préstamos, cobran intereses y hacen negocios con grandes empresarios y todas las gentes con poderes económicos haciendo a un lado a quienes no tienen poder ni propiedades.
3. Esas poderosas instituciones bancarias internacionales, en especial el FMI y el BM, fueron creadas al amparo de la ONU por las naciones que entonces se declararon ganadores de la II Guerra Mundial en 1943-45 con el fin de controlar a los demás países de cada zona de influencia. Dado que EEUU durante esa gran guerra no sufrió ni la rotura de un vidrio y que las naciones europeas quedaron semidestruidas, los EEUU se pusieron a ofrecer “préstamos restauradores” como el Plan Marshall con los que de manera inmediata logró amarrar a los deudores. Fue para demostrar ante el mundo qué país se convertía en el dominante y a quién se debía respetar, por lo que mandó estallar las bombas atómicas criminales de Hiroshima y Nagasaki, asesinando a millones de seres humanos entonces y a los largo de la historia.
4. El funesto gobierno mexicano de Calderón –odiado por el pueblo mexicano por los 50 mil muertos, por el gigantesco desempleo, por los salarios miserables que pagan los empresarios y por la enorme corrupción- después de recibir órdenes de los EEUU, ahora anuncia a los cuatro vientos, con el apoyo de todos los medios de información, que ha registrado la candidatura de Carstens a la presidencia del FMI. La realidad es que ese personaje cuando fue secretario de Hacienda (2006-09) llevó al país a profundas crisis; pero como premio Calderón le dio el cargo de gobernador del Banco de México. Siendo de Hacienda, Carstens se desempeñó también como Presidente del Comité de Desarrollo del FMI y del Banco Mundial de marzo de 2007 a octubre 2009. Este mismo año fue nombrado en el Banco de México para el periodo del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre del 2015.
5. Así propaga su bondad el FMI: Señala que en 2009 en la cumbre del Grupo de los 20, el FMI cuadriplicó su capacidad financiera a un billón de dólares. Que se le encargó supervisar si los países están estimulando suficientemente a sus economías y si están reformando sus sistemas regulatorios, además de alertar sobre problemas financieros.[ ] Se dijo que cerca de 500.000 millones de dólares serán destinados para rescatar a las economías en problemas[] y el organismo dispone de una línea de crédito que no les exige a los deudores llevar a cabo reformas económicas no populares[] , como la reducción del gasto fiscal, aunque sólo algunos países califican para ese tipo de crédito[] . Para los otros países, el fondo obligará (no hay de otra) a que se reduzcan los gastos fiscales o se eleven las tasas de interés aunque se tratará de proteger los programas para los más pobres.
6. ¡Qué bonito! Los países del G20 son muy justicieros y solidarios al refaccionar al FMI y ponerlo al servicio de los países en crisis. Pero lo que esconde el FMI –tal como sucedió en México en 1982, luego 1995- que cada país que entra en quiebra por el saqueo de su economía por banqueros, gobierno y capitales extranjeros, al solicitar préstamos e intervención del FMI debe comprometerse a cambiar su programa económico haciéndolo depender de los técnicos financieros del mismo FMI. Cuando López Portillo anunció en 1982 que no podía cumplir con el pago de la deuda, se desató la crisis de la deuda en el tercer mundo, y convirtió al Fondo en una agencia de manejo de deudas. Vinieron los rescates oficiales que luego se transformaron para el FMI en rescates masivos con la crisis Salinas-Zedillo del peso en 1994-95. La estrategia del FMI lo hizo superpoderoso.
7. Los defensores del FMI dicen que la operación 1995 fue un éxito; que el rescate ayudó a mantener a México en un camino orientado al libre mercado. Pero no mencionan el alto costo que la intervención del FMI tuvo para los mexicanos comunes y menosprecian el costo, en la forma de riesgo moral, que ocasionó a la economía mundial. ¿Es que acaso no son las políticas que impuso el FMI en su carta de intención de 1982 las que impusieron el pago puntual de los préstamos, prohibieron el gasto social en educación, salud y demás servicios, así como la profundización de la política privatizadora con la venta de las empresas estatales y paraestatales, así como la devolución de los bancos a los empresarios mexicanos que luego vendieron a banqueros extranjeros? Así que quien valla a la presidencia del FMI, el proyanqui Carstens o la financiera europea, nos debe valer un cacahuate.