1. Escucho a diario, por radio y televisión, los gritos de Felipe Calderón –el presidente que con su política ha provocado 40 mil muertos- contra la corrupción política, los desfalcos al presupuesto y la protección de los ladrones del PRI; pero todo México sabe que ha sucedido exactamente lo mismo durante los gobiernos panistas de Fox y el mismo Calderón que se iniciaron en el año 2000. Los priístas lo hicieron durante 70 años y los panistas apenas están a punto de cumplir 12. El PAN tuvo derecho de hablar cuando no ocupaba el gobierno, pero desde entonces ha demostrado estar hecho del mismo molde y con la misma pasta de todos los políticos corruptos. Lo funesto es el PRD y demás van por el mismo camino porque no es un problema de personas sino de poder. Y el pobre pueblo sigue ilusionado en elecciones que obligatoriamente logran lo mismo.
2. ¿Políticos honestos?, solamente aquellos que no han estado en el poder y que de ninguna manera buscan –no tienen en la cabeza- obtener aunque sea un pedacito de hueso para roer. Imagínense: ¿para qué estudiar, trabajar mucho para obtener dos o tres salarios mínimos si aplaudiendo la corrupción de partidos y políticos se puede conseguir chambas de 100 o 200 mil pesos al mes? El PRI, PAN, PRD y sus gobiernos han dedicado mucho dinero para mantener a decenas de miles de políticos subsidiados con altos salarios que han servido para combatir a las verdaderas oposiciones y rebeldías. ¡Son exactamente lo mismo! ¿Cómo entonces pueden lanzarse acusaciones mutuas de corrupción, lavado de dinero, acuerdos con narcotraficantes, al estilo Calderón, Doring y otros panistas si PAN y PRI son uno y la misma cosa? ¿Y el pueblo mexicano qué piensa?
3. Los trabajadores mexicanos sólo piensan en conservar o conseguir un trabajo, ¿cómo arriesgarlo ante el más gigantesco desempleo? No les alcanza ni el tiempo ni la mente para pensar en su liberación política y económica, ni en la necesidad de salir a las calles a luchar por sus derechos y su vida. ¿Para qué sirve la radio y la televisión, los periódicos y las revistas de Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula y demás, si no para distraer, desviar, aturdir el pensamiento de las familias miserables que suelen ser la mayoría de la población? ¿Para qué sirve el fútbol, las telenovelas, las noticias sobre artistas, la iglesia, sino para tener abobado al pueblo? Por eso el PAN, PRI, PRD (que por cierto en los últimos años ha tenido gobernantes “distinguidos” en Zacatecas, Chiapas, Guerrero, y más) pueden armar en los estados que gobiernan las más gigantescas corruptelas sin que la población los castigue.
4. Pero los electores mexicanos –sin pensar, de manera automática, como si cumplieran con un ritual- siguen votando sin saber para qué. Los votos válidos son menos del 50 por ciento de los electores que representan menos del 25 por ciento de la población formada por 113 millones de mexicanos, siguen sirviendo para legitimar el dominio de los grandes empresarios y políticos sobre la población. A algunos tontitos les basta con que se logren dos o tres diputados que hablan y hablan pero sólo son objeto de burla, es decir, no sirven de nada porque PRI y PAN siguen imponiendo sus políticas como ha sido desde que fueron creados. ¿No es acaso tonto, algo que denota cierto retrazo, seguir votando en un sistema político que controla todo desde que nació o, por lo menos, desde hace un siglo? ¿No se han dado cuenta que esos procesos electorales desvían las tareas de la lucha social radical y profunda?
5. No se si Marcos, después de evaluar “la sexta” deba inventar y crear “la séptima” para recorrer nuevamente el país con el pretexto de las campañas y las elecciones. Pienso que el zapatismo ha crecido entre los jóvenes pero no han dejado de ser unas cuantas piedritas que molestan en los zapatotes de la burguesía que sigue haciendo lo que le venga en gana. El lópezobradorismo parece reducirse al enorme trabajo de su líder porque los líderes del PRD y demás partidos –sobre todos sus gobiernos- se han encargado de hacer trizas los viejos ideales de la izquierda y centroizquierda. Frente a los gobiernos y líderes funestos del PAN, PRI, PRD, parece que lo único que sigue vivo es la persona de López Obrador. Si éste llegara a la Presidencia pondría toda su honestidad, voluntad e inteligencia para cambiar las cosas, pero la realidad de la estructura social y política apunta a que casi nada fundamental podrá lograr. De todas maneras, como dicen, queda un velita.
6. La política es quizá la ciencia social más difícil de medir, calcular o predecir. No me refiero al estudio que se hace en las escuelas o universidades y mucho menos a los títulos o ingresos económicos que producen, sino a la política militante y concreta. En última instancia los estudios escolarizados sólo sirven para repetir lecciones, cuando más metodologías, aprendidas de memoria, a través de los años o las décadas. El árbol de la vida parece ser otra cosa: es observar, sentir, reflexionar, relacionarse sin afán protagónico, es tener dignidad, inconformarse y batallar sin fin junto a los explotados. Los funestos dirigentes del PAN, PRI, PRD, sólo tuvieron la escuela del poder, sólo aprendieron que lo importante es dominar para que ellos vivan mejor. Por eso la izquierda radical, los jóvenes anarquistas, no quieren nada con el poder y en lo único que sueñan es en destruirlo.
7. Dan ganas de vomitar, pero en la cara de los cínicos al estilo Calderón, Fox, Lozano, la Josefina o Lujambio, del PAN, así como en las de Peña Nieto, Beltrones o Moreira, del PRI. Pero el problema más grave es que nosotros, como pueblo, no hemos tenido la capacidad para organizarnos, por lo menos durante estos últimos 50 años que los movimientos de liberación en el mundo comenzaron a sonar fuerte. A veces pienso que son tan grandes las ofensas, la explotación, la opresión de que somos víctimas, que la misma burguesía lo hace a propósito para reírse y burlarse más de nosotros, para medir hasta dónde podemos soportar, así como nuestro grado de cobardía y dejadez. Ya se ha dicho: PRI, PAN y PRD parecen enfrentarse de día para aturdir a la audiencia que parece no entender nada, pero en la noche se cogen cariño al dormir en la misma cama. No se olviden que pertenecen a la misma clase social.