Ollanta Humala y la Unión Latinoamericana

Bolívar lo dijo: “nos han dominado mas por la ignorancia que por la fuerza”

Desconocemos en profundidad la realidad del pueblo peruano. Pero sí conocemos la tendencia neo liberal de los gobiernos de Fujimori, Toledo y Alan García, que lo corrobora el llamado crecimiento macroeconómico durante sus administraciones.

El periodo del presidente Alan García, sus agentes políticos y los voceros de agencias financieras (FMI. – BM.) afirman que dichos crecimientos oscilan entre 7% y 9%. Sin embargo, al conocer también, cifras macrosociales para el año 2010, ultimo ejercicio fiscal del presidente García, como los siguientes:

El 32% de los niños de las zonas rurales sufren desnutrición crónica.

El 57% de los niños de familias en situación de pobreza extrema no los alcanza la educación inicial.

El 31% de la población total en Perú, vive en pobreza. En las zonas rurales la pobreza extrema llega al 70%.

Por cada 100.000 habitantes en el área rural, existen 2 médicos; en Lima la proporción es 28.

Podemos concluir que la realidad del pueblo peruano no es tan desconocida para nosotros. Hasta el año 1999, esa era en esencia igual a la nuestra. Es por ello, que nos solidarizamos y no podemos hacer otra cosa que impulsar las expectativas que el presidente electo Ollanta Humala haya podido crear en el pueblo de todas las regiones.

Al conocer esta otra cifra macroeconómica:

En 2006 se dedicaban 6 millones de hectáreas a la explotación minera, en 2010 esta cifra ascendía a 21 millones de hectáreas; en detrimento de las que se usaban para el cultivo, lo cual provocó 80 personas muertas y mas de 1200 heridos. El pueblo en su mayoría demostró que no ignora que esa realidad hay que cambiarla y depositó su esperanza en el discurso del nacionalista Humala “crecimiento económico con inclusión social y un manejo prudente de la macroeconomía”.

Por ello no deja de sorprender el anuncio del presidente electo, en Brasil, cuando dijo “Tenemos que fortalecer las relaciones con Estados Unidos en razón de nuestra lucha contra el narcotráfico”; cuando Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Brasil, hasta la partida de Lula, han manifestado y acordado fortalecer la integración Latinoamericana como prioridad para alcanzar la complementariedad necesaria para poder sacudirnos la dependencia del Norte. ¿Acaso la producción de droga en Latinoamérica no depende de la demanda del Norte?

Quizás el presidente electo, considera que no es suficiente, lo empeñado hasta ahora, para desmarcarse supuestamente de las políticas socialista del presidente Chávez. Quizás quiera asegurarse la presencia de la Secretaria de Estado Hilary Clinton en su toma de posesión, en julio próximo.

Ojala Humala, no se equivoque por ignorar el razonamiento de Bolívar. El pueblo peruano demostró, cuando lo eligió, que no ignora la diferencia entre Capitalismo y Socialismo.

La clase dominante en Latinoamérica, ha demostrado que cree que existe una intervención extranjera “buena” y por lo tanto supone que si existe otra debe ser “mala”.

El pueblo conciente, es decir, no ignorante, no acepta ninguna intervención extranjera.

Lo que pasa es que los pueblos con historias similares, tienen culturas similares y es lógico que tengan las mismas debilidades y fortalezas, lo que se expresa en lo coincidente de sus necesidades y expectativas.

Por ello es que no es cierto que el presidente Chávez, influyo en Ollanta Humala. Cuando la realidad es injusta, porque no existen igualdad de oportunidades ni condiciones, los pueblos hacen sus líderes.

Las oligarquías a lo interno de los países con el apoyo cómplice de los imperios en el mundo, recurren a la fuerza para tratar de continuar dominando a los pueblos cuando estos demuestran que han dejado de ser ignorantes.

Por ello, sí creemos que es posible construir, en esta parte del mundo, la Patria Grande. En razón a esto, todos los esfuerzos, acuerdos, influencias, tratados y alianzas que hagan pueblos y gobiernos por la integración, no se puede entender como influencia extranjera.

Una demostración de lo nefasto de las intervenciones – ésta es con la fuerza – es lo que acontece en el Medio y Lejano Oriente y Norte de África.

Desde enero de 2010, varios países de Medio Oriente, con la misma historia, cultura, necesidades y expectativas, se expresaron casi simultáneamente reclamando cambios. Los imperios no lo dudaron. Esa era una oportunidad que no podían desaprovechar. Porque antes de la crisis energética que tienen, se conoce que poseen planes, desde hace años, para apoderarse de las reservas petroleras del norte de África, donde no han podido ni influir, menos intervenir; porque son pueblos de una cultura muy arraigada, es decir no son ignorantes. Se lanzaron a la aventura para controlar todo el petróleo de África.

Movieron sus tentáculos y la ONU apoyó la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad, que autorizó el uso de la fuerza militar en Libia. En dicha resolución se abstuvo Alemania. Bastó que el Secretario de Defensa del “Imperio Mayor” exigiera mayor compromiso y eficiencia a la OTAN en su labor destructiva sobre Libia, para que la Primera Ministra, sra. Merkel, enviara a su canciller a Bengasi, a reconocer a una supuesta Dirección Política de la Revolución Libia y manifestar que el presidente Gadafi debe irse de Libia.

La pauta interventora en Siria es igual, el objetivo es el mismo, solo que el gobierno sirio reaccionó oportunamente y ha impedido que los vende patria establezcan una “cabeza de playa” en Siria.

En el norte de África, también se evidencia la aplicación del razonamiento de Simón Bolívar, allí aplican la fuerza porque son pueblos con una cultura muy profunda en el seno del pueblo. En Suramérica, el imperio utiliza sus recursos para tratar que nos mantengamos desunidos; su última intervención es sinónimo de fuerza, fue el acuerdo entre los gobiernos de EE.UU. y Colombia (Uribe) para supuestamente combatir la producción de droga con el establecimiento de siete bases militares con ese fin. Un insulto a la inteligencia de los pueblos. Ante la manifiesta oposición de gobiernos y pueblo colombiano, el Congreso Colombiano puso reparos al acuerdo. Pero el mensaje fue enviado, para el imperio; el siglo XXI no significa cambios en las relaciones, su necesidad de petróleo (Venezuela) son cada vez mayores. Y si es preciso están preparados para el uso de la fuerza, pretendiendo así, que no construyamos una cultura de libertad, de soberanía, donde podamos cultivar toda la grandeza que nos permitiría un desarrollo integral, por cuanto tenemos todo el potencial para lograrlo, en paz y armonía, sin necesidad de maquillar cifras macroeconómicas, sino todo lo contrario.

La realidad de injusticias, de desigualdad, las fallas institucionales y de estructuras, la falta de solidaridad, unidos las aceptaremos como un reto a superar y seguro que lo lograremos.

El imperio y sus oligarcas vende patrias, conocen que el pueblo en su mayoría dejó de ser ignorante, que estamos decididos a ser libres, soberanos y que nadie lo impedirá; por ello están decididos a utilizar la fuerza. Los ejemplos decididos dados por los pueblos y Gobierno de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Argentina y Ecuador “ofende” su lógica imperial.

El pueblo peruano debe apoyar a su presidente, pero atento al cumplimiento de su oferta electoral.

Ojala que el presidente electo, Ollanta Humala, conozca el razonamiento de Bolívar. Creo que Dilma Rouseff, presidenta de Brasil, ya tiene intereses distintos a la mayoría de los países Latinoamericanos.

La tarea no ha sido fácil, ni lo será.

Los venezolanos, no olvidamos la presencia de las bases norteamericanas en Colombia.

gmesino@gmail.com


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Guillermo Mesino


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