Una de las mayores estafas que viene cometiendo la canalla mediática global y sus repetidoras subalternas es generar en la conciencia de los “consumidores” de noticias, la idea de que “El mercado” es una persona dotada - por supuesto - de inteligencia e hipersensibilidad, con capacidad de reacciones virtuales a situaciones que afectan su interés y que además tiene el sagrado “don de la ubicuidad”, que le permite estar presente, al mismo tiempo en todo el espacio planetario, incidiendo sobre las cotizaciones de la empresas en las Bolsas de Valores, las fluctuaciones de los precios de productos, materias primas y servicios y la paridad cambiaria de las principales divisas que sirven de instrumento del comercio internacional.
Este propósito manipulador de la realidad pretende encubrir la presencia de los factores y actores corporativos y gubernamentales más importantes del sistema Capitalista, en su fase global-imperialista que, aprovechando al máximo las modernas tecnologías de la información, son capaces de atender virtualmente todos los escenarios de decisión económico-financiera, independientemente de las circunstancias que incidan en su producción, tomando decisiones que igual afectan determinados áreas de negocios, grandes o medianas empresas, fondos de inversiones y, particularmente, las políticas de los gobiernos en los que se originen tales situaciones o se produzcan impactos relevantes.
Declaraciones de los líderes de gobiernos capitalistas, directivos de bancos centrales, voceros de organismos económicos y financieros internacionales, representantes de empresas de “calificación de riesgos” y una fauna de “sesudos” opinadores sobre la situación financiera internacional, regionales y nacionales, son recogidas por las corporaciones mediáticas internacionales y sus repetidoras subalternas, para explicar determinados hechos de la realidad económica financiera, utilizando, reiteradamente la expresión “El Mercado", para referirse a un factor determinante que produjo una caída de valores en Walt Street, una elevación de los precios petroleros, el desplome de las cotizaciones de las empresas de energía nuclear o de la industria aeronáutica, dando por cierto que una “persona”, que ellos le atribuyen el nombre de “El Mercado”, fue capaz de estudiar tan diversas situaciones y tomar decisiones para incidir sobre el curso de las mismas.
Sin embargo; tal expresión mediática, que pretende ser justificado como una forma de simplificación comprensible de “La Madre de todas las Leyes Capitalistas,”: La Oferta y las Demanda, esconde, deliberadamente, la identidad real del “Señor Mercado”, que no es otra que una asociación global de intereses contradictorio, pero no antagónicos, de los principales gobiernos capitalistas, las corporaciones financieras internacionales, los fondos de inversiones, grandes empresas industriales vinculadas con el complejo militar industrial, compañías transnacionales asociadas al negocio mundial de la agricultura transgénica, a la minería depredadora y a las energías - todas las cuales tienen nombres y direcciones muy conocidos - que por sus inmensos recursos financieros, su despliegue en los principales centros económicos internacionales, el apoyo de los gobiernos del “Grupo de los 8” y el uso de las tecnologías de punta de la información; generan, condicionan y determinan el comportamiento de la inmensa mayorías de las operaciones económicas del planeta; rebasando todas las capacidades y posibilidades de los Estados o grupos de ellos, para enfrentar sus manipulaciones sobre el flujo comercial, la producción de bienes y el suministro de servicios en todo el planeta, en una región o en diversos países.
Chase Manhattan, American Bank, General Electric, Monsanto, Nestle, Boing, Banke Leonanis, Reanult, Cooper Main, Cannon, Dell, Toyota, Mitshubisi, Exxon, Mobil, Shell, ENI, REPSOL, BBV, Hiunday, Microsof, Gaspront, SONY, Motorola, APLEE, HP, Caterpillar, Carguill, Bayer, Jhonson son, junto con los fondos financieros ”golondrinos”, los actores fundamentales del Mercado capitalista global, cuya existencia y acciones manipuladoras y especulativas del comercio mundial, la canalla mediática trata de invisibilizar, utilizando el término “ Mercado”, con el fin de evitar que los pueblos puedan tomar conciencia y acciones frente a sus operaciones en defensa de sus intereses y de toda la Humanidad
Por eso, es ridículo pensar, en ésta segunda década del siglo XXI, en pleno declive del imperialismo en su fase global y, en medio de una profunda crisis que amenaza la existencia misma del Sistema Capitalista, pueda estar funcionando la ricardiana “Ley de la Oferta y las Demanda” y aún más, que semejante cadáver capitalista este gobernado por un ser invisible pero extensamente mencionado en los espacios de la canalla mediática como “El señor Mercado", por cuanto, a finales del siglo XIX, ya era evidente el desarrollo de la fase monopólica y oligopólica de la economía Capitalista mundial, base fundamental del surgimiento del Imperialismo y su expansión militar planetaria hasta nuestros día y, en la medida en que la presente crisis se profundice, las posibilidades de desaparición de los escasos residuos del viejo mercado capitalista, irán despareciendo, hasta su extinción, con el sistema de lo originó.
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