Los mal llamados rebeldes libios han llegado a la Ciudad Capital Trípoli de la mano de los bombardeos de la OTAN. Nunca como ahora el mundo habría de estar más avergonzado de la existencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
La OTAN ya no aguanta un mes más de lanzamiento de bombas sobre Trípoli y de helicópteros asesinando a milicias a favor de Gaddafi. Son miles de millones de dólares mensuales lo que cuesta esta intervención sobre el que era el país más próspero de África. La OTAN se encargó de cambiarle la faz a Libia. Destruir sus puertos, aeropuertos, super carreteras, el ultra moderno sistema de distribución de agua dulce, sus bien dotadas universidades donde se han formado varias generaciones de jóvenes del mundo, sus escuelas, campos deportivos, televisoras, radios, edificios públicos. Todo ha caído baja las bombas humanitarias de la OTAN, y dentro de esas estructuras vidas humanas, sorprendidas por una guerra que no merecía su país.
Comprando voluntades al más alto nivel civil y militar, porque los traidores tienen su precio, los mercenarios al mando de la OTAN han logrado quebrar las barreras de defensa de la ciudad capital tras la matanza de unas 2000 personas de las fuerzas populares de la Revolución Libia.
Antes de eso, hacia cuatro meses la OTAN y los 40 países que reconocieron al parapeto del Consejo Nacional de la Traición (“Transición”), impusieron un férreo bloqueo a la entrada de alimentos, medicamentos y combustibles a la Libia Revolucionaria, en especial a Trípoli. Sólo quedaba un corredor a través de Túnez, y precisamente ese pasillo de la dignidad fue bombardeado con helicópteros de artillerías causando el gran holocausto.
LA OTAN NO PUEDE IR MÁS allá porque la quiebra de Europa Occidental y EEUU no les permite seguir financiando la invasión. Los países árabes del golfo, principales financistas, también comienza a acusar cansancio financiero. Por tanto, el botín libio es fundamental para pagar deudas, paliar en algo la crisis e ir por el otro objetivo: Siria
Pero ahora, el 19 de agosto de 2011, necesita dar luces con el asunto libio. Para los vampiros de occidente es necesario que caiga Gaddafi. Necesitan no sólo los recursos, también la gran noticia para que los ingleses y españoles se aplaquen un poco en sus reclamos sociales. Para que los estadounidense, amantes de las guerras extraterritoriales y miedosos de los misteriosos aviones que tumban torres se medio alegren al ver tanta sangre corriendo en la Plaza de Verde y a los hijos del un hombre del que apenas habían oído su apellido sufrieran arresto o muerte por orden de algo llamado Corte Penal Internacional, que es casi lo mismo que las cortes que gobiernan en Europa.
LIBIA HA RESULTADO SER MODELO IDEAL para justificar la intervención con la excusa de protestas populares. Con Irak aprendieron que no es muy rentable políticamente enviar tropas por tierra, así que lo mejor es contratar lacayos nacionales y mercenarios a los que arropan bajo el mote de “gobierno de transición” al que reconocen en cadena los aliados en los bombardeos mediáticos y militares. Así pueden apoderarse de las cuentas bancarias, reservas internacionales, infraestructura en el extranjero, barcos, aviones y sobre todo de la administración nacional. El modelo costoso de sostener requiere de miles de operaciones aéreas para aterrorizar a los niños. Niñas y personas de la tercera edad. Las secuelas de los bombardeos, además de miles de innecesaria muertes, dejaran personas con problemas mentales, traumas, sordera, mutilaciones, huérfanos, viudos, viudas, desplazados y refugiados.
Y aunque no lo crea muy cerca de usted puede haber gente alegrándose por esto, apostando que lo mismo pase en su país Venezuela. Y habrá apartidas celebrando la muerte en nombre de su peculiar estilo de libertad: Libertad para matar en nombre del progreso de los occidentales.
La resistencia libia ha impedido que la asesina OTAN ataque aun a otros países como Siria, porque las quebradas economías europeas y norteñas ya no pueden abrir otro frente sin cerrar este. Mientras cercan a Libia, ya piensan en el próximo bocado porque por más riquezas que tenga aquel país no les alcanza los capitalistas para mantener su voracidad.
VIENE LA MÁS DURA GUERRA CIVIL de resistencia que hayan conocido los gobernantes de EEUU. Francia, Gran Bretaña y sus secuaces en el mundo. El desconocimiento de la rica cultura étnica y nacionalista de África en general y de Libia en particular los harán toparse más temprano que tarde con una realidad más dura que las que viven en Irak donde aún aguardan por siquiera un pétalo de flor o en Afganistán en la que sólo la locura reciben como premio a la invasión que realizaron en 2001.
El imperialismo con Libia ha roto todos sus modelos de ataque, el recursos de la guerra de destrucción sigue siendo el arma preferida. Libia es un alerta para que tanbien rompamos los moldes de resistencia declarativa e inventemos y activemos el mecanismo de defensa mutua para nuestros países.
@bolivarreinaldo