Como dice el escritor venezolano Edgar Borges: lo que está ocurriendo en Libia puede tener muchos nombres, pero es un saqueo. Sí, es un saqueo rapaz, una rapiña física y moral. Libia es un monumento al escombro, al exterminio. Los niños perseguidos por las armas de la OTAN huyen hacia ninguna parte, hacia las puertas cerradas por los desalmados.
Ese es el Nuevo Orden que quieren imponen los salvajes agentes del "humanitarismo" imperial, que ahora se sienten náufragos ante la quiebra, ante la herida mortal del capitalismo. ¿Que van por el petróleo? Lo sabemos, pero lo peor es no sólo es por eso, al fin y al cabo siempre han ido por lo que no tienen mediante la guerra. Van por el horizonte infinito, por la vida en África, o lo que queda de ella. Y luego vendrán por nosotros.
Es por eso que organizar nuestras vidas, nuestras comunidades, es un acto de resistencia y lucha. No nos dejarán vivir!
Europa, decadente o no, quiere siempre imponer ese maldito lugar común de que los que no somos europeos nunca tenemos razones para vivir diferente a ella.
Los Halcones son unos asesinos que surcan el cielo de ese viejo continente para unirse a la empresa destructora de la vida.
El Vaticano recibe honores en el Reino de la Puta Madre Patria y Zapatero se ufana del neoliberalismo "ibérico" consagrándolo constitucionalmente.
¿Vendrán ahora a Venezuela o a Siria? ¡Cara o sello! Nos encontrarán con un pueblo que ha comenzado con Hugo Chávez a desatarse de sus nudos históricos: somos un país donde la soberanía ya no es un adorno y no nos chupamos el dedo.
¿Vendrán por nuestro petróleo? ¿Aun cuando en medio de la desintegración de Libia podrían acordar, más allá de los costosos impuestos a los combustibles que imperan en Europa, vender a las Potencias petróleo baratísimo? ¿Y la OPEP, qué va a hacer ahora?
¿Y nosotros?
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