La Guerra de IV Generación, que es más peligrosa que la convencional, porque precisamente incide fundamentalmente en la personalidad, comportamiento y cultura de los conglomerados humanos, es la tarea que se le ha encomendado a los “Tanques Pensantes” del Club de Bilderberg, la “ Familia”, que hoy por hoy pretende adueñarse de las riquezas económicas, ambientales, culturales y hasta espirituales mundiales, para imponer sus designios, propósito que arman a través de las estrategias desideologizantes y desnacionalizantes, mediante la guerra comunicacional, para ablandar y condicionar el alma de los pueblos, para una vez desmoralizados y empobrecidos espiritualmente, someterlos a punta de garrote. Afortunadamente hasta la fecha; por la noble y valiente resistencia de los pueblos invadidos, no han logrado consolidar este macabro plan que sería el fin del mundo, porque permitiría al poder económico y financiero mundial, depredar al globo terráqueo y acabar con las mayorías, mediante las políticas de hambre y miseria que tratan de imponer los poderosos de la tierra a los más depauperados.
Una muestra de ese proyecto es la nefasta y criminal Regla Fiscal de Ángela Merkel, ensayada en Alemania, donde una vez más hace al noble pueblo teutón es blanco de las artimañas de los centros de poder mundial. Esta fórmula que no es otra cosa que un cadalso para los pobres en aras de beneficiar al club mundial de los banqueros timadores, salteadores de caminos que tienen en jaque al capitalismo con los gigantescos desfalcos contra la humanidad, consiste en ir poco a poco rapiñando a los trabajadores y su entorno los beneficios que con sangre y lágrimas han conquistado a lo largo de dos siglos de luchas obreras.
La fórmula Merkel de la inefable gobernante alemana, es la panacea que están vendiendo los centros del poder financiero y económico, como la medicina para solventar la crisis incontrolable que comenzó en Estados Unidos hace 20 años y que ha arropado a Europa, Asia, África y buena parte de América del Sur. La mágica fórmula SS, está siendo adoptada en Europa, especialmente en España, Italia, Grecia, Reino Unido y Francia, donde ya han asomado los focos de rebelión popular contra este miserable proyecto. En Estados Unidos de Norteamérica, ni se diga. Allí ha sido la hecatombe que acabó con el sueño de nativos y extranjeros, de clase media, para quienes “El sueño Americano” se ha convertido en la más horripilante pesadilla, de la cual despertaron demasiado tarde.
Por eso es que para los revolucionarios la defensa del proceso bolivariano no solo en Venezuela, sino en el Continente donde ha prendido y ha incendiado la pradera para el despertar de los pueblos oprimidos, es un compromiso diario y obligatorio. No podemos bajar la guardia, tenemos que mantenernos vigilantes, activos avivando la fragua que no es otra cosa que las calles, caminos, carreteras y alamedas de nuestras ciudades y conglomerados rurales, donde se templa el acero de la conciencia popular, única vía para desenmascarar a los oportunistas infiltrados en los estamentos de gobierno en los diferentes países, con la finalidad de cumplir la tarea que les ha encomendado el Club de Bilderberg, que es la “Cosa Nostra” que mueve la política capitalista mundial.
Particularmente los trabajadores debemos marchar hacía nuevas formulas de organizaciones revolucionarias de participación abierta y colectiva, donde el centro de la dinámica sea la discusión, la creatividad para cambiar las relaciones de producción y la dinámica social en busca del hombre nuevo, de una nueva sociedad con nuevos valores, con una visión holística y precisa de lo que significa la clase trabajadora para la construcción de la democracia, la libertad y la soberanía.
Este propósito, obvio, nunca lo alcanzaremos si nos colocamos bajo la égida de las desfasadas y corrompidas mafias sindicaleras, con sus melladas prácticas cuarto republicanas de encerrarnos en el corral economicista, reivindicativos, crematístico, sin una visión certera de lo que representa la vanguardia obrera o trabajadora en la construcción de un país, bajo la arquitectura socialista.
No es un decir simplemente, cuando señalamos que hay que mantenerse vigilante contra los socioslistos, que no socialistas, porque se trata de lobos disfrazados de cándidas ovejitas, pero preparados y a la espera para dar el zarpazo, que de al traste con todo lo que represente movimientos libertarios.
El proceso bolivariano que lidera el Comandante Hugo Chávez Frías en Venezuela, así como el de Bolivia con Evo Morales, Ecuador con Rafael Correa, Nicaragua con el Comandante Ortega y la heroica Cuba con los hermanos Castro, son bastiones de inspiración para los pueblos del continente y por eso están en la mira del imperios. Aquí debemos seguir el ejemplo de Cuba, hacer de cada pueblo en armas un sólido bastión para la defensa de su revolución.
En Venezuela tenemos como imperativo, construir los “Comandos para la defensa de la Revolución”, particularmente en el sector eléctrico y el petrolero, que son los más vulnerables y codiciados por los golpistas para desarrollar sus tretas desestabilizadoras.
Solo los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y todos los proletarios unidos, con conciencia de clase, somos capaces de armar una gran muralla, contra las apetencias mundiales de los poderosos, que pretenden colonizarnos de nuevo, ahora bajo La regla fiscal Merkel, que no es otra cosa que el nuevo cadalso para los pueblos
(*)Periodista