La valiente y terca argentina que, armada con una simbólica pañoleta blanca, junto a un grupo de madres de detenidos-desparecidos, que todos los jueves se reunían frente a la Casa Rosada para, silenciosamente, exigir información sobre el paradero de sus hijos, hijas, nietos y nietas, secuestrados durante los gobiernos de Isabel Martínez de Perón y la Triple A de su ministro de Bienestar Social, López Rega y de todas las Juntas Militares que se sucedieron, se encuentra hoy investigada por supuestos delitos de lavado de dinero y corrupción y asociada a un supuesto financiamiento ilegal de la campaña de la candidata a las presidenciales de octubre 2011 y hoy presidente de la República Argentina, Cristina Fernández..
No sorprende tal acción, primero porque se trata de una persona que durante más de 30 años, liderizando a un grupo de mujeres indefensa pero valientes, desafió y venció a todo el establecimiento represivo del Estado argentino durante la sangrientas dictadura y en los gobiernos conniventes de la democracia, obligándolos a investigar las más de treinta mil desapariciones, la derogación de la leyes de la impunidad pactadas por las elites civiles y las castas militares, enjuiciar a los asesinos y torturadores, abrir sus cárceles secretas al examen de la Judicatura, a indemnizar a las víctimas y sus a sus familiares y, a aprobar nuevas leyes que obligan al Estado a promover, respetar y proteger los derechos fundamentales de todos los argentinos y las argentinas. Y esa conducta, no es perdonable.
Pero, aún más, ha sido tan exitosa moral, social y políticamente el esfuerzo de trabajo realizado por Hebe Bonafine y su organización, que se atrevieron a dar el salto organizativo, transformándose de una simple organización de defensa de los derechos humanos, para involucrarse en proyectos tan ambiciosos como la creación del Museo de la Verdad, en la tenebrosa sede de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en la fundación de una Universidad Popular, en la gerencia de pequeños proyectos de vivienda para los sectores sociales excluidos y, en otros proyectos que, no le hicieron ganar el Premio Nobel de la Paz, indignamente entregado en 2010 a Barak Obama, pero que aumentó el nivel de apoyo popular y de solidaridad nacional e internacional con su justa causa y beneficiosas acciones.
Con una posición políticamente clara al lado del pueblo y la solidaridad internacional, una conducta moral incuestionable en su vida personal y en el ejercicio de su acción social y política y con resultados exitosos en la gerencia de sus proyectos, no había sido posible a las viejas y nuevas elites de la oligarquía del Poder argentino derrotar y mancillar el nombre de Hebe Bonafini y la organización Madres de la Plaza de Mayo, por lo que tales fuerzas optaron por agarrar a uno de sus apoderados, Sergio Schoklender, acusado de apropiación de fondos de esa organización, para usarlo con el fin de abrirle una investigación penal a las que los voceros de la dictadura y la canalla mediática argentina llegaron a nombrar como “Las locas de la Plaza de Mayo.
Tal maniobra, es demasiado burda y corriente en el comportamiento del Poder Oligárquico para que pueda sorprender, pero hoy tiene el efecto de poner a la defensiva a Hebe Bonafini y a su organización, no solo en el plano judicial sino, especialmente, en lo político y moral, por cuanto, es a esos dos aspectos de la vida de la organización y de sus integrantes, hacia donde van dirigida las acciones que animan a quienes, desde las instancias del viejo Poder de las Elites, esperan darle la muerte civil de Hebe y sus amigas de las Madres de Plaza de Mayo, ante la imposibilidad de la muerte física que, los torturadores de la ESMA y los “Aviadores de la Muerte”, no pudieron alcanzar.
Tampoco sorprende que esta avieza maniobra contra Hebe de Bonafini y la organización de las Madres de Plaza de Mayo incluya la acusación – en pleno proceso electoral argentino - del supuesto suministro ilegal de fondos a la candidatura presidencial de la presidente Cristina Fernández, porque la alianza política de estas dos mujeres ha sido muy importantes en la construcción de un Bloque Social y Político que, manteniendo la independencia política y programática, e incluso, electoral, de las organizaciones y movimientos sociales progresistas argentinos, hacen causa común en la defensa del Estado de Bienestar y la Soberanía Nacional, en el desmantelamiento del viejo Estado represivo y, especialmente, el sostenimiento de una política de amistad y solidaridad con otros gobiernos progresistas que trabajan en la construcción de la integración de la América del Sur y en la unidad de América Latina y el Caribe, como nuevo Polo de Poder Mundial, dirigido al equilibrio de fuerzas para favorecer la Paz y la Seguridad internacionales, el Desarrollo Económico y Social sustentable y la defensa de los derechos humanos.
A Hebe Bonafini y a quienes le acompañan en la organización “Madres de Plaza de Mayo, no solo le favorece la Presunción de Falsedad de la declaración de un despreciable traidor acobardado por las penas de sus delitos y las inmorales ofertas de sus captores, sino una larga historia de sacrificadas luchas y de entrega a las mejores causas en Argentina y el resto del planeta, que hacen convicción a quienes le conocen, que estas valientes y dignas mujeres son inocentes y que en éste, como en muchos casos, se trata de una conspiración para dañar el prestigio de una de las personalidades más recias y valientes de cuantas haya parido el siglo XX latinoamericano.
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