Desde hace meses Sirte está siendo bombardeado. Desde hace unas semanas los bombardeos han arreciado, también los ataques de artillería y el cerco es cada día más cruel: ni agua, ni alimentos, ni medicinas… Los hospitales están destruidos. La destrucción es la orden. El crimen se ha generalizado, el saqueo, la ruina… Las fuerzas del mal materializadas en la OTAN, brazo armado del Consejo de Seguridad de la ONU, a través de esta guerra perpetua contra la humanidad y el planeta.
Sirte representa a la humanidad que está siendo asesinada, descoyuntada, zaherida, despreciada, humillada; a la humanidad sufriente, a la humanidad débil enfrentada a la vesania criminal de los poderosos, pero que mantiene la dignidad y el orgullo de luchar por ser libres.
Los cables internacionales anuncian que mujeres, ancianos y niños van dejando atrás el humo de las bombas, defendiendo la perpetuación de la familia en medio de la muerte y la hecatombe. Todos los hombres y mujeres en edad de combatir se van quedando dentro del cerco defendiendo la dignidad de un pueblo, cuando la muerte no es una metáfora en el momento en que los seres humanos honrados la miran cara a cara sin pestañear ¿Los pueblos del mundo los dejarán solos?
Ya la OTAN ni siquiera alude a la resolución 1973. La cual ha sido violada desde el principio. Es la pura carnicería imperial. La ilegalidad es absoluta ¿Vamos a dejar que se consume impunemente?
Venezuela ha llamado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de nuestro Canciller Nicolás Maduro, al cese inmediato de los bombardeos ¿Por qué el silencio?
Aún podemos derrotarlos políticamente. En todo caso, no podemos dejar de dar esta batalla ¡Gritemos unidos por la vida de los pobladores de Sirte! ¡Por la dignidad humana! ¡Por la esperanza de que la vida triunfe sobre la muerte!
Allá en África un pequeño pueblo está ofreciendo la vida por todos nosotros. El fragor de la batalla y los gritos de combate se escuchan, cruzan los mares y se expanden por el mundo ¡Los escuchará la humanidad!
La tradición bolivariana y el liderazgo del Presidente Chávez nos obligan a poner nuestro corazón-oídos sobre la tierra conmovida. Solidaridad, solidaridad, más solidaridad para que triunfen la paz y la vida.
julio.escalona99@yahoo.com