Cuando el ex-primer ministro de Grecia, Giorgos Papandreu, anuncio el Referendo, pensé que muchas organizaciones anticapitalistas del mundo iban apoyar esta iniciativa de apelación al poder originario, al soberano… a la democracia directa sobre un tema no solo de Grecia sino de competencia de las “vanguardias” de los pueblos a nivel internacional. Venezuela en 1989, en medio de una política de ajustes tuteladas por el FMI-BM y que dio origen a una rebelión del pueblo conocida por El Caracazo, se abrió a un proceso revolucionario que se orientó a una amplia democracia protagónica que apostó a quebrar los pilares de viejo régimen por vía Refrendaria y Constituyente. Dos fórmulas democráticas que la burguesía y la burocracia le huyen y les produce terror en situaciones de crisis de gobernabilidad. Papandreu, se convirtió en un “inocente subversivo”, que no encontró eco en los que fungen como vanguardias de los procesos de movilización que se extienden en Europa. Únicamente la derecha capitalista, operadora política de los dueños del sistema financiero, no solo se percató del peligro y prendió las alarmas, sino que actuó de manera inmediata, activando los reflejos de los que carecen sus más verbales opositores: Obligaron a Papandreu a renunciar para permitir el acuerdo ya cocinado por los acreedores del mercado internacional sobre una DEUDA, que nadie se atreve a catalogar de ILEGITIMA e ILEGAL y, de esta manera, se les facilitó, hasta ahora, enterrar una confrontación por vía refrendaria donde pudieran expresarse, con poder decisorio, las inmensas movilizaciones anticapitalistas que durante meses han llenado las calles de Grecia.
Ni siquiera George Mavrikos, Secretario General de la Federación Sindical Mundial y diputado del parlamento de Grecia se le conoce opinión que refleje su posición y de la FSM sobre la apelación que Papandreu colocó en el terreno de la democracia directa. Un hecho lamentable que coloca en duda el olfato político y los intereses a que juega una Federación que se disputa la dirección de los trabajadores del mundo.
¿Acaso se pierde impulsando la participación protagónica del Pueblo Griego?
Me imagino que debe haber alguna expresión orgánica en Grecia que se percate del significado histórico, y multiplicador en la Zona del Euro, de unificar las movilizaciones permanentes del pueblo griego con la intención de conducirlas hacia una polarización de las luchas en el marco de un Referendo contra el Capital y su ofensiva contra las conquistas laborales y el patrimonio público de ese país. Algo sencillo que solo apunta a confiar en la disposición de cambio de un pueblo que ha demostrado su empecinada capacidad de movilización por lograr una victoria. A menos que se piense que la gente se moviliza hoy en Grecia para hacer solo ejercicio de indignación, sin importarle ser parte decisiva del rumbo que debe tomar su país.
Agregarle a la indignación capacidad transformadora, pasa por trasladar al pueblo poder decisorio. Y el Referendo hoy en Grecia es un mecanismo inobjetable de participación directa. Incluso, si la consulta llevara a una derrota: perdiendo se gana por la mortal salida que el paquete de medidas contiene. La lucha continuaría, a pesar de la derrota, para sumar a los ilusos que optarían por la guillotina que hoy, sin referendo, impone la banca y sus operadores gubernamentales de la zona del euro.
Grecia vive en medio de una crisis económica que califican de bancarrota, la cual se ha trasladado a su respectiva crisis de gobernabilidad, pero a su vez es el país ejemplo por donde piensan llevar a Europa. Tiene una deuda de 350 mil millones de euros, más intereses, que se lo llevan los capos capitalistas de la banca y los mercados internacionales. No queda nada, solo tienen dinero para pagar deuda…ilegítima y usurera.
Ante esta situación y las dudas de un gobierno en crisis, Papandreu anunció el Referendo y las bolsas se hundieron, sus operadores y los fondos de inversión retiraron su dinero ante el pánico de una corrida en el sistema financiero europeo e internacional. Merkel y Sarkozy se reunieron inmediatamente para salvar a la banca y hubo un coro en los gobiernos europeos sobre la mala decisión de Papandreu de convocar al Referendo. Chantajearon con los 8 mil millones de euros, se lo cortaron y produjeron una nueva crisis de gobierno que conlleva a unas elecciones adelantadas para el mes de febrero. La “irresponsabilidad” de Papandreu fue cobrada por la banca y se produjo el traspaso de las riendas del gobierno a un tecnócrata no elegido y supuestamente apolítico, Lucas Papademos, ex Vicepresidente del Banco Central Europeo.
La Dictadura de los acreedores trata de evitar el choque con la Rebelión de los Pueblos sin Deuda
Los acreedores y los responsable de la deuda tienen Terror a que el Pueblo Decida. Que decidan los capos de la banca y no los pueblos, no puede ser la respuesta a la interrogante de este artículo. Acaso la opinión de los griegos que se movilizan en la calle no vale conducirla a un ejercicio vinculante de democracia directa. No hay nadie que levante una posición distinta a la derecha y a esa izquierda que confisca el derecho a que el pueblo decida. Todo el chantaje, consistente en más préstamos y “condonaciones” que conducen al pueblo al precipicio, forma parte de una gran trampa ante el pánico de los gobiernos de Europa a que las movilizaciones busquen camino de solución directa, por eso el miedo que tienen a que los pueblos impulsen o emulen el ejercicio refrendario y constituyente que inicio el pueblo de Islandia, cuya población rechazó dos veces los acuerdos a los que había accedido su Gobierno por imposición de los dueños del capital.
El Referendo no es la panacea, pero es un ejercicio de decisión y movilización que cualifica el papel movilizador del pueblo griego en la calle, en directa confrontación contra la ofensiva del capital en crisis y que irá preparando la irrupción del sujeto surgido de la lucha a jugar un rol decisivo y constituyente ante la recurrente crisis de gobernabilidad que inevitablemente provoca la propia crisis económica, con el agregado de más pueblo en lucha y cuyas decisiones colocarán en cuestión el Régimen privilegiado e impuesto por la gobernanza capitalista.
El rechazo o no de las medidas de ajustes que planteaba el Referendo no resuelve la situación de Grecia, pero instalaba la pelota en el terreno decisivo del Pueblo. Distinto a lo que hoy sucede en manos de los operadores de los capos del capital, quienes después de haber sacado al ingenuo Papandreu y aplicada las medidas, trasladarán al pueblo hacia el terreno de una elección representativa de otro gobierno o el mismo, cuyos programas no se salen de la lógica fraudulenta del capitalismo, es decir: ¡vote para que otros tomen las decisiones por usted, o más bien, contra usted! Por supuesto, algo categóricamente distinto a que el Pueblo votara (decidiera) en Referendo a favor o en contra de las medidas. Que no quede duda: no se podía permitir que el Refrendo, como instrumento de participación directa del pueblo, se instalara en la cabeza de la gente y se consumara. Lo iban a evitar al costo que fuera. Y digámoslo de una vez: el Referendo fue un desliz de Papandreu, porque ese derecho del soberano, del poder originario, solo se conquista en la calle y con movilizaciones de carácter revolucionarias. No se trataba de un referendo pensado o planificado por la derecha en una situación de relativa estabilidad económica (Maastricht), y he aquí la equivocación de Papandreu: lo propuso en medio de una situación de casi bancarrota económica y crisis de gobernabilidad.
Lamentablemente, y hasta ahora, no se percibe un apoyo al Referendo para que el Pueblo Decida: una debilidad de las vanguardias de Grecia y Europa principalmente que podría haber enredado los planes capitalistas en la zona del euro y en el mundo.