El
11 de este mes la agencia de noticias AP publicó el siguiente
titular: “Una
menor en EE UU admite haber asesinado a su vecina de nueve años para
“saber lo que se sentía””.
Este nefasto suceso evidencia una serie de aspectos de una sociedad
que se esconde tras las bambalinas de los medios de difusión y que,
cuando se muestra al mundo, lo hace con la estridencia de los
enlatados para la tele, música sin un mínimo de mensaje educativo y
con políticos con sonrisa resplandeciente de ironía hablando en
nombre de la libertad mundial. ¿Qué ocurre en el sistema para que
una adolescente asesine a una niña de 9 años como si se tratase de
un video juego? A lo mejor es parte de la tergiversación de los
valores de una nación enferma que enjuicia a otras teniendo en sus
entrañas el dolor, la ira y la violencia la cual se manifiesta de
esta manera. AP reseña el hecho, lo describe, dice cómo ocurrió
pero no analiza por qué sucedió, se queda en la difusión de la
coyuntura y obvia los aspectos estructurales que la propiciaron. El
escritor inglés William Golding, en su novela distópica “El
señor de las moscas”, nos relata como una sociedad puede
transcurrir en términos opuestos a la ideal incluso si esta es
controlada por niños y sus inoculados valores o antivalores. Según
lo publicado por la agencia AP la autora del asesinato confesó que
“
quería
saber lo que se sentía matar a alguien”, también describió que
“degolló y estranguló” a la niña de 9 años”; no obstante,
¿Quién o qué estimuló esa necesidad? ¿Qué o quiénes realmente
deberían pagar la condena? ¿La adolescente de 17 años, autora
material del hecho, o su autor intelectual: el sistema en el cual
sobrevive?
Mariano
Ali
marianoali73@gmail.com
@aliperiodista