El National Health Service (NHS, en español Servicio Nacional de Salud), es el encargado de dispensar medicina preventiva y curativa de la mayoría de la población del Reino Unido. Fue creado el 5 de julio de 1948. Su financiamiento proviene del pago de impuesto y el presupuesto nacional. Es una “medicina pre-pagada”. Se basa en la premisa de que la atención médica se hace sobre la necesidad y no la capacidad de pago, por tanto, es “gratis” en el punto de entrega, comprensivo, equitativo e igualitario.
El NHS británico fue la primera organización gubernamental del mundo en proveer asistencia sanitaria a toda la población desde la post-guerra. Actualmente tiene graves problemas estructurales; las listas de espera, incluso para operaciones urgentes, continúan creciendo y los tratamientos hospitalarios se han deteriorado. Por este motivo, muchas personas, sobre todo aquellas que se lo pueden permitir, optan por dirigirse a la medicina privada cuando necesitan un tratamiento médico y cada vez hay más empresas que dan cobertura privada a sus empleados.
A través de una Ley recién aprobada, se permitirá la reforma del NHS. Se le ha terminado de abrir las puertas al sector privado; todo esto a pesar de la resistencia y oposición que hiciera el partido Laborista inglés. Para la estocada final solo falta la anuencia de la reina Isabel III.
Los laboristas advierten ”que los cambios conducirán a la FRAGMENTACIÓN y MERCANTILIZACIÓN del NHS, además de amenazar su espíritu y propósito. De igual manera, entre otras posturas desde diferentes sectores (sindicatos, trabajador@s del sector salud y pueblo), señalan que con esta privatización, “podrían originar el desmantelamiento de la asistencia sanitaria y la seguridad social”; pronosticándose “la transferencia de la gestión del presupuesto del sector salud a consorcios de médic@s”.
Nuestro difuso Sistema Público Nacional de Salud y los principios constitucionales (GRATUIDAD, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad) contemplados en el Articulo 84 de la Constitución Bolivariana, están seriamente amenazados; por lo tanto lo esta el Pueblo y la Revolución Bolivariana. Despreciar estas consideraciones que nos vienen desde uno de los imperios capitalistas, más salvaje que ha existido y existe, en momentos cuando estamos cayendo en un proceso que apunta sin lugar a dudas a la privatización de la salud venezolana, con la apariencia de operación regulatoria, es no querer “Curarnos en Salud”.
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