El dólar fue durante seis décadas la moneda predominante en el comercio internacional. Eso dio grandes beneficios a los financistas de Wall Street, gran influencia al gobierno de Estados Unidos y permitió a los norteamericanos vivir con una balanza comercial crónicamente desfavorable. Aún hoy en día, a pesar de la crisis financiera originada en Wall Street y la creación de “facilitaciones cuantitativas” por más de un billón (trillion), el 60 por ciento de todas las reservas en divisas son en dólares. Pero hay grandes cambios en el horizonte.
La
gran prensa suele inventar o ignorar según convenga a los dueños de
Wall Street. Por eso casi no se habla sobre los acuerdos para dejar de
usar el dólar en el comercio internacional.
Algunas
naciones petroleras han comenzado a vender petróleo en otras divisas y a
separase del petrodólar, como se llamó a la emisión de dólares
inorgánicos para pagar el alza del petróleo que produjo el abandono definitivo del patrón oro por Estados Unidos, en 1973.
Las grandes economías exportadoras y algunas instituciones
internacionales, como la ONU, ya se han planteado la necesidad de una
nueva moneda de reserva mundial.
La economía de EE.UU se deteriora desde hace décadas y el esfuerzo financiero por salvar a los bancos ha desviado y esterilizado en la bolsa los recursos que podrían haberla estimulado. El creciente desempleo, la des-industrialización norteamericana y una balanza comercial en déficit crónico recomiendan un alejamiento del dólar como moneda de reserva.
Mientras, China es acusada por EE UU y sus satélites de subvalorar su moneda – el Renminbi (RMB)- y piden que lo haga convertible. La paradoja es que China es el mayor cliente externo de bonos del tesoro norteamericano y el país que más pierde con la depreciación del dólar, por eso el porcentaje de dólares en sus reservas fue bajando de 74% a 54%. El dilema es que si el RMB se hace convertible- como pide EE UU- se acelera la caída del Dólar. Si continúa el equilibrio, la economía China alcanzará a la de los EE.UU. para el año 2016, pero creciendo más. Cuando se eleve el nivel de vida chino, su economía será la más grande del mundo, para el 2020. Eso la induce a permitir gradualmente una mayor presencia del RMB como divisa.
Los síntomas
Desde el 2004, Rusia y China abogan por crear una nueva moneda mundial de reserva que remplace el dólar. En su comercio bilateral evitan el dólar y desde hace un año comercian sólo en sus propias monedas. China y Japón, la segunda y tercera economías de mundo llegaron hace poco a un acuerdo para comerciar en sus propias monedas. El BRICS (Brasil, Rusia, India, China, África del Sur) acaba de anunciar que impulsarán el comercio entre ellos y con sus propias monedas. El comercio entre BRICS es de $230 millardos y crece a un 28%.
África tiene un millardo de habitantes y el mayor socio comercial de África ya no es Europa, sino China. El comercio entre ambos creció en un 31% anual y pasó de $10,6 millardos en 2001 a $127 millardos en 2010 y $166 millardos en 2011 y es favorable a África, porque 93 millardos fueron exportaciones africanas. Los contratos de ingeniería chinos en África sobrepasaron en 2010 los $132 millardos. Mas de un tercio de esas transacciones fueron con Sudáfrica y después del acuerdo entre los BRICS ese comercio se hará en Rands y en RMBs que ya son moneda de reserva en otros países africanos. El Banco más grande de África, el Standard Bank, precisó que para 2015 más de 100 millardos del comercio africano será pagado en RMBs.
El
comercio entre la India y África también crece. El 17 de marzo tuvo
lugar en Nueva Delhi la segunda cumbre entre la India y los ministros
africanos de comercio, donde se fijó como objetivo aumentar el comercio
bilateral de $62 millardos en 2011 a $90 millardos en 2015. Se puede
asumir que el comercio entre India y Sudáfrica, que es de $8 millardos,
será pagado en Rupias y Rands, según el acuerdo entre el BRICS
China parece decidida a imponer el RMB como divisa fuerte para inversión y comercio. Unas 70.000 empresas chinas usan ya el RMB en operaciones asiáticas. En enero, China y los Emiratos Árabes Unidos acordaron abandonar el Dólar y utilizar sus propias monedas en las transacciones de petróleo. Se trata de un intercambio monetario (currency swap) por 35 millardos de RMBs ($5,5 millardos). Ese acuerdo de los Emiratos y la exclusión de Irán del área Dólar son una amenaza para el sistema del petrodólar.
Estados Unidos dejó de ser el principal cliente del petróleo saudita, ahora es China, que en febrero importó 1,39 millones de barriles. Ahora mismo comienza la construcción de una gran
refinería chino-saudita y el comercio entre los dos países crece a ritmo galopante. Es muy probable que los discretos acuerdos entre ambos contemplen el pago del petróleo en RMBs.
La necesidad de sustituir el dólar como principal divisa para el intercambio comercial y el financiamiento es cada vez más evidente. No puede ser divisa de referencia una moneda con un valor inestable, que protagoniza un desorden financiero frauduloso, en contubernio con la Reserva Federal.
La receta
Un informe de la ONU prevé “un nuevo sistema de reserva global”…”que ya no se base en el dólar de los Estados Unidos como la principal moneda de reserva única.” El FMI también tiene informes que reconocen esa necesidad. Hay uno titulado “Acumulación de reservas y la estabilidad monetaria internacional” que rescata la receta que John Maynard Keynes propuso en Bretón Woods: el “Bancor”, emitido por un Banco Central Mundial. En las presentes condiciones de predominio político absoluto del sector financiero sobre todo el resto de la sociedad, eso – que fue aconsejable en aquel momento- parece desaconsejable. Terminaría seguramente en una ampliación mundial de la corrupción y una complicidad culpable con Wall Street y la City que ahora caracterizan a la Reserva Federal y al Banco de Inglaterra.
La repuesta debe partir de una constatación evidente, como dijo Yaroslav Lissovolik, del Deutsche Bank:
“El monopolio del Euro y el Dólar como monedas de reserva es
cuestionable. El mundo necesita otras monedas de reserva”. La agresión
financiera contra Iran por dominar la tecnología nuclear, el “tsunami
monetario” por la gran inyección monetaria para premiar a banqueros
ladrones o la ridiculez de congelar las cuentas de la Sra. Assad por
unas supuestas compras, por demás legales, son actos que muestran al mundo los abusos irracionales del presente sistema financiero y la urgente necesidad de cambiarlo.
En Delhi se acordó también un Banco de Desarrollo patrocinado por los BRICS que usaría una cesta de sus propias monedas en los prestamos a los otros países en desarrollo. Una novedad estabilizadora, porque los BRICS tienen las economías de crecimiento más estable. Ese sería un buen punto de partida para relevar los rastros de los acuerdos de Bretón Woods que impusieron al Banco Mundial, el FMI y el US Dólar como los árbitros de las finanzas internacionales.
umberto.mazzei@sfr.fr