Francia dice no a la germanización

 El resultado de la primera vuelta de las elecciones francesas son un claro mensaje al mundo sobre el rechazo de un modelo económico, que no lo soporta nadie y cuyo fracaso no tiene discusión. El capitalismo en su fase superior está agonizando. Ya no es solo  la América Aborigen, que rechaza el régimen del Club Bilderberg, sino la vieja Europa que no se cala la germanización del continente. Las andanzas del siniestro Sarkozy, con sus socios del Pentágono y de la OTAN, tocan techo. Los galos dijeron “NO” a la germanización  de Francia,con una votación en la primera vuelta que favorece al socialista Francoise Hollande, con 27,72, contra 26,72 del aspirante a la reelección Nicolás Sarkozy. El tercer lugar correspondió a la ultraderechista Marine Le Pen, cuyos votos seguramente irán  a parar a la candidatura del actual presidente, mientras que el cuarto escalón lo ocupó Jean Luc Mernchon, llamado durante la campaña, por sectores de la derecha, como “El pequeño Chávez”, por su programa de gobierno. Este líder popular, ya de una, llamó a sus seguidores a votar por Francoise Hollande, lo que refuerza las posibilidades del socialismo y un cambio moderado en la política francesa. Todos sabemos que el euro socialismo no representa cambios radicales, como los que se están dando en nuestro medio, pero de alguna manera las señales que surgen en el viejo continente son alentadoras para los pueblos que luchan contra las políticas criminales del Fondo  Monetario Internacional y el Banco Mundial, que están sometiendo a la depauperación acelerada a países como España, Portugal, Italia, Grecia y otros donde ya la clase trabajadora y productiva no encuentra más ojales en el cinturón, para apretarlo, mientras el FMI, la UE y demás brazos ejecutores del Club Bilderberg, continúan exigiéndole más sacrificios, porque hay que reflotar a la banca, aunque el pueblo muera por inanición.

 


Las recetas hambreadoras de la humanidad, contenidas en el programa de Ángela Merkel, han hecho estragos en la comunidad, que ahora se levanta contra la germanización del viejo continente y vuelve su mirada hacia el tantas veces satanizado socialismo, como alternativa de salvación de la humanidad frente a la voracidad imperialista.

 


Pero quienes estamos inmersos en la creación del socialismo bolivariano, lejos de confiarnos en el triunfo del movimiento, debemos redoblar la marcha, porque el fracaso imperial en Europa, significa que el coloso del norte va a hundir con mayor saña y poder sus garras en el continente que ha considerado históricamente como su patio trasero.

 


Para eso es imperativo avivar la fragua para templar el acero, la consciencia popular, porque sin consciencia no hay socialismo, no hay victoria popular, no ha revolución, es es un componente para la revolución como la levadura para el pan. Un pueblo sin consciencia, es un pueblo sin convicción, sin claridad ideológica y sin consistencia en la lucha y en esas condiciones no se puede alcanzar la victoria, ni se puede garantizar la defensa de los espacios conquistados. El socialismo tiene que constituirse en la savia que alimenta nuestro organismo y que diariamente nos mueve en cada actividad, en cada espacio social, en cada comunicación de la índole que sea que mantengamos con el entorno, tiene que ser el pan que alimenta nuestro ideal de vida. Debemos adherirlo en lo más profundo de nuestro corazón, porque la patria nueva necesita revolucionarios de convicción, de corazón más no de emoción.

 


En nuestra América aborigen, necesario es mantener el alerta permanente, no podemos cometer el error, de pensar que el “Tiburón del Caribe” ha cesado en su afán de cacería, o que se distrae por el huracán que amenaza a Europa, no todo lo contrario. Están muy equivocados  quienes lleguen a pensar eso. América del Sur y del Centro, para el coloso del norte sigue siendo un “Bocatto di Cardenale” y especialmente Venezuela, que no nos cansaremos de repetir, es la Libia de Suramerica, tanto por su envidiable posición geográfica, que representa la puerta principal del continente, como por sus inmensas riquezas de hidrocarburos, con las mayores reservas del mundo, su biodiversidad, así como sus recursos acuíferos, todos apetecibles bocados para saciar la voracidad imperialista que no respeta ambiente, ni pueblos.

 

El imperio está herido, pero no muerto. Es una fiera herida, que en sus coletazos es capaz de arrasar con cualquier sueño. El venidero Primero de Mayo será un motivo para que en el mundo entero la clase trabajadora demuestre su poder y deseo de cambio. Hoy más que nunca en esta parte del mundo debemos mostrar con todas las fuerzas, el rechazo que sentimos contra la bota imperial, que a través del complejo militar, industrial y comunicacional, pretende hacer de este mundo una aldea globalizada bajo el dominio de sus cañones y aviones robots, que se han convertido en arma letal contra los pueblos de la tierra . La señal dada por el pueblo galo, tendrá su efecto en los demás países de la Unión Europea, donde los ciudadanos no están dispuestos a permitir que desde los laboratorios alemanes les continúen diciendo como deben conducir sus destinos. La primera piedra la lanza el electorado en Francia, que dice No a la germanización.

 

(*)Periodista*


cd2620@gamil.com  

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Cástor Díaz(*)

Periodista CNP 2414

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