Por desgracia, el debate de candidatos sólo interesa a políticos; a la población le vale un carajo

1. Bien decía Marx que “la verdad puede estar en boca del carnicero”, refiriéndose al explotador, al asesino. El magnate multimillonario (el carnicero) Ricardo Salinas Pliego acaba de declarar que “sólo el 15 por ciento de la población dice estar interesado por el debate y al 54 por ciento no le llama la atención en lo más mínimo … y nosotros estamos en el negocio de entender las preferencias del público, además que ninguna ley nos obliga a transmitir el debate”. Por su lado, los políticos de partido nada han hecho por limpiar la mala imagen de la política –más bien al contrario- para que la población se interese por ella; les ha bastado con hablar y prometer durante las campañas políticas para luego de asumir el poder hacer todo lo contrario, el ejemplo: Felipe Calderón se hizo llamar el candidato de la seguridad y el empleo y su sexenio ha sido de 60 mil muertos y el de más altos índices de desempleo de la historia.

2. ¿Cómo puede interesarse la población por la política si para más del 80 por ciento de ella significa robo, enriquecimiento, engaño, manipulación? Pero tampoco el carnicero Salinas habla con verdad porque sus intereses económicos y de poder son evidentes. ¿Se puede olvidar que su colega el magnate propietario de Televisa Azcárraga Milmo repitió siempre con enorme cinismo que la televisión tiene la obligación de darle diversión y entretenimiento al pueblo ignorante y que la cultura es tarea del gobierno y la Secretaría de Educación? Por eso a falta de una educación de calidad, el deporte de las patadas, así como el culto a la virgen de Guadalupe, tienen el más alto significado. México ocupa los primeros lugares en fanatismo hacia el fútbol y la religión, en tanto se ubica en los últimos lugares en el mundo en atención al sistema educativo, en cuando a inversión en el servicio y atención a los problemas escolares.

3. Mientras Salinas Pliego y Azcárraga, los dueños de los monopolios televisivos cada día obtienen más fuerza y presencia en México, la política nacional depende más del poder de ellos. Muy bien lo han dicho los estudiosos: los medios de información han pasado de ser el cuarto poder a ser el primero; si antes se habló del poder del ejecutivo, legislativo y judicial, hoy esos tres poderes están sometidos al poder económico e ideológico que controlan esos medios. Después de más de 50 años (desde 1960) de dominio monopólico, los políticos de los tres poderes nada han podido hacer frente a ellos para romperlos o regularlos; al contrario, esos medios han impuesto en la práctica la política de boicot o del bloqueo contra cualquier poder o funcionario que se le ocurra oponerse a sus intereses. Han llevado a la práctica su consigna: “El que no sale en la tele no existe” y con ello han obligado a todos los políticos a arrodillarse.

4. Por eso Salinas Pliego -quien se apropió de TV Azteca y varias empresas más con los cientos de millones de pesos que recibió del hermano del presidente Salinas de Gortari- hoy puede decir lo que quiera para negarse a transmitir el debate de candidatos presidenciales por tener compromiso de televisar un partido de fútbol que le otorga ganancias millonarias. Es tan grande el poder de los medios –de manera particular Televisa de Azcárraga- que están ya dispuestos a colocar a cualquier muñeco en la Presidencia. Y la prueba definitiva es 2012 donde se sacaron a un funcionario de la manga, se lo impusieron al PRI como candidato y están segurísimos de hacerlo presidente de la República poniendo a Televisa como la empresa de propaganda. Si Peña Nieto logra asumir el cargo el futuro de Televisa, como el gran monopolio televisivo, estará asegurado y el de los grandes empresarios también.

5. Pero aquí lo importante es que, como la iglesia católica, la TV lleva ya mucha ventaja en la formación de la ideología del pueblo mexicano. Mientras los gobiernos o funcionarios socialdemócratas o centristas logran que alguna entidad apruebe el uso del condón, cierto grado de despenalización del aborto, la libertad de matrimonio de los homosexuales y el derecho de adopción, en todo el país sigue predominando el prejuicio contra esas demandas a las que el clero y sus seguidores se oponen. Lo mismo sucede cuando la TV comienza a desarrollar alguna campaña haciendo que los teleespectadores la apoyen. Es el motivo por el que durante décadas se ha dicho que la educación pública jamás podrá competir con la tele en cuanto al tiempo que dedican los niños, así como en metodología muy bien organizada que usan para penetrar el cerebro de la audiencia. La batalla contra esa dominación ideológica es seria y urgente.

6. ¿Qué responden entre tanto a los magnates televisivos los partidos y los candidatos? El PRI –a quien por ningún motivo interesa el debate por ir muy arriba en las encuestas- se apresuró a decir que “nadie puede obligar a la TV a transmitir el debate en lugar del fútbol porque México no es una dictadura que pueda imponer al pueblo sus gustos”. Sin embargo habría que decir que México sí es una dictadura en sentido capitalista, una dictadura de los llamados “poderes fácticos” encabezados por los empresarios de la TV y, obviamente sí ha venido imponiendo los gustos en política, economía y consumo en la población, aunque no quieran reconocerlo. El PAN y el Movimiento Progresista han respondido con mucha tibieza puesto que a pesar de todo al poder de la TV los partidos rinden pleitesía. Se dice que en política no se puede calcular como sí se hace con los números, pero sí se pueden anunciar las tendencias en las que los medios siguen dominando.

7. Con TV o sin mucha TV el debate entre los candidatos será una realidad el domingo. La mayoría de las veces se hace “ganar” el debate quien tiene mayor propaganda posterior a él, es decir, quien logra difundir ampliamente que ellos fueron los “ganadores”. Sin embargo, los votos tampoco depender del debate sino de la compra que se hace de los electores a través de regalos, promesas y demás formas vergonzosas de manipulación de la pobreza. Otra vez, también aquí los medios televisivos tienen la fuerza para imponerse. Mi amigo Ray y muchos más de la sección Novena y de la CNTE, como Marcos y Sicilia, no quieren nada con el PRI, el PAN y el PRD y tienen razón. Creo que los cuadros asesores del lópezobradorismo han hecho muy poco trabajo en la discusión político-ideológica acerca de la necesidad de unir fuerzas muy críticas pero muy valiosas. La pregunta sigue siendo: ¿Cómo hacemos crecer el movimiento sin buscar puntos de unidad y lucha?

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Pedro Echeverria V


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