Putin, como un nuevo Zar, llega a palacio mientras los lacayos esperan sumisos

1. ¡Qué lejos está de Lenin (el dirigente), mucho más de Marx (el pensador), pero más lejano aún a lo que en 1917 se concebía como revolución socialista al servicio de los trabajadores rusos y el internacionalismo! Hoy en las fotos vemos a un Vladimir Putin entrando a Palacio como cualquier gobernante capitalista en sustitución de quienes también lo hicieron así: Yelsin y Gorbachov, después del derrumbe en 1989 de un falso socialismo que sólo podía definirse entonces como capitalismo de Estado. El descaro o el cinismo de los Putin sólo es resultado de una URSS que nunca fue socialista ni colectivista porque –como se probó- ese sistema sólo puede ser mundial, no de un país o una decena de naciones. Esto nos enseña que la revolución, el desmadre, la rebelión, tienen que ser mundial o es pura mentira. La revolución en un solo país sólo existe hasta que la aplastan desde fuera o la estrangulan por su burocracia.

2. En 1989 no se desplomó ningún socialismo, puesto que nunca existió. Lo que se vino abajo fue una terrible burocracia asesina y privilegiada –como todos los gobiernos del capitalismo- que explotaba, reprimía y engañaba a los trabajadores. Los gobiernos de Stalin, Kruschov y Breznev, sirvieron un poco o un mucho al mundo para hacerle contrapeso al imperio yanqui y sus lacayos, para impedir que el hambre de poder de los EEUU se engulla a todos los países más débiles; pero también sirvieron para arreglarse con los yanquis el reparto del poder político y económico mundial, tal como se registró al final de la segunda guerra. ¡Qué lejos quedó aquella revolución de 1917 que buscaba construir colectividades campesinas, entregar las fábricas a los trabajadores, establecer el fin de la explotación, de la plusvalía y del trabajo asalariado, crear un gobierno directo y ayudar a los demás países a hacer sus revoluciones obreras!

3.  El capitalismo ruso de 1920 a 1960 no fue el capitalismo moderno al estilo yanqui, inglés o francés; fue un capitalismo burocrático, despótico, autoritario, que había sufrido las dos guerras mundiales y siempre estuvo en etapas de reconstrucción y de defensa. Dado que buscaba establecerse como un “segundo mundo” con un capitalismo diferente que llamaban “socialismo”, pues también mantuvo una posición política de defensa. Sin embargo, a parir del Gobierno de Kruschov y sus ligas con el gobierno yanqui de Kennedy a principios de los sesenta, la llamada URSS se abrió más a la “coexistencia pacífica” con el imperialismo. Los juegos de Kruschov frente a Kennedy y la ONU dieron simpatía a la URSS pero provocaron fuertes críticas de los gobiernos de China, Cuba, Corea. El debate chino-soviético en los sesenta, fue determinante para que la URSS demuestre su carácter cada vez más capitalista.

4. Putin ha registrado una verdadera continuidad en el gobierno ruso. Presidente (1999-2008) y primer ministro (2008-2012). En marzo de 2012 fue elegido nuevamente jefe de Estado. En 1998 fue nombrado director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, sucesor del KGB) En agosto asumió la jefatura del Gobierno, lanzó la segunda guerra chechena.[] Ganó las elecciones presidenciales del 26 de marzo de 2000[] y fue reelegido en 2004. Durante la gestión de Putin –se dice- hubo altos índices de crecimiento económico, con un incremento del 72% en el PIB[] y una sustancial disminución de la pobreza.[][][] En 2008, no pudiendo presentarse a un tercer mandato por no permitirlo la Constitución, Putin impuso la candidatura del entonces viceprimer ministro Dmitri Medvédev[] en las presidenciales de 2008 que este ganó. Putin se convirtió entonces en primer ministro. ¿Se espera acaso una dictadura aún más larga?

5. La URSS se desplomó en 1989 porque a) No construyó ningún tipo de socialismo (O el único socialismo que es la abolición del trabajo asalariado); b) por las reformas radicales de Gorbachov en 1985; c) por la presión del gobierno de Reagan (1981-89), d) por la intervención del Papa Juan Pablo II (1978-2005) y e) por el coronamiento mundial del neoliberalismo. La gigantesca URSS en territorio y número de habitantes no pudo resistir la profunda crisis y se vino abajo. Hoy, con la abierta recuperación del capitalismo clásico, vive terribles condiciones de desesperación y aislamiento. En ningún lugar del mundo el capitalismo ha demostrado tener una economía y una vida de justicia hacia la población mayoritaria. Tendrán que pasar algunas décadas para que las cosas se compongan en el mundo en beneficio de los productores directos de la riqueza. Entre tanto el capital seguirá acumulándose en manos del imperio y el empresariado.

6. En Rusia de principios del siglo XX  sucedió lo que a México de aquellos años. En los dos países se registraron dos revoluciones: en México en 1910 la maderista y 1914 la constitucionalista; en Rusia en febrero de 1917 la llamada revolución burguesa y octubre del mismo año, la llamada “revolución proletaria”. Se registraron miles de muertos en los campos de batalla pero al final de sus revoluciones los dirigentes se impusieron a las masas y en nombre de ellas gobernaron. Las posiciones políticas llevaron a la confrontación: las oposiciones dentro del mismo campo revolucionario –con algunas diferencias, fueron perseguidas y asesinadas. Entre tanto, a través de las décadas, se consolidaron burocracias políticas y de partido, gobiernos institucionales que se han sentido dueños del proceso. Así en México y en Rusia todos ellos impusieron su poder en alianza con la clase dominante y minoritaria.

7. Por el nuevo ascenso a la Presidencia de Rusia de Vladimir Putin y su estilo al escalar la primera magistratura, me imagino la entrada de los viejos zares rusos al kremlin rodeados de sirvientes que no son nada diferentes de las ceremonias en los gobiernos del moderno capitalismo. Trajes ridículos de hombres y mujeres, expresiones y ademanes aprehendidos del viejo imperio europeo que me parecen fiestas de carnaval al estilo Fellini y caravanas de hombres y mujeres para tener contentos al nuevo rey. ¿Qué pasó con el radicalismo de la revolución bolchevique de 1917, con las muertes de millones de seres humanos que entregaron sus vidas defendiendo a la Revolución proletaria en la primera y segunda guerra mundial? ¿Si tuvimos en Rusia a un Yelsin desequilibrado y luego un Putin al servicio del capital, como todos los gobernantes que hoy tiene el mundo, podemos confiar en los demás que gobiernan? (8/V/12)

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Pedro Echeverría V


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