1. Deseo que lo que publica el diario Reforma el día de hoy sea una gran verdad: que según las encuestas acerca de los candidatos presidenciales, AMLO ha subido a 34 puntos y que el puntero Peña Nieto –del PRI- ha bajado a 38. Para mí es una enorme y positiva sorpresa porque he pensado –con base en conocimientos y experiencias históricas- que la clase económica y política en México es muy poderosa y siempre se hace lo que ella determina y manda. Decide con toda antelación, “consultado a otros sectores”, quién va a ser presidente de México y plantea de entrada la línea política que debe seguir. La manipulación política de los votos se ejerce en la campaña, no el día de la elección o después. Sigo pensando en ello pero de pronto han surgido otros factores difíciles de predecir: el movimiento crítico estudiantil, la denuncia abierta de éste a Peña Nieto, Televisa y Calderón, que de manera natural están empujando hacia adelante a López Obrador. El analista no es un adivino, sólo ve las tendencias.
2. Creí que la clase dominante, que es la que paga, planea y empuja las consultas, había decidido colocar a López Obrador en el tercer lugar para evitar las protestas después de las elecciones. En 2006 esa misma clase poderosa, que tiene a su servicio Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, fue la que usando todo su dinero y sus fuerzas, logró dar un golpe de Estado electoral a López Obrador. Pero parece que el movimiento estudiantil, que se inició el 11 de mayo de la Iberoamericana, vino a desgraciarles todo y ahora no encuentran qué hacer; se han dedicado a concretar ofertas, a cambiar su actitud y comportamiento, a aceptar lo que el movimiento estudiantil plantea, como por ejemplo que Televisa y TV Azteca pase el debate en sus canales televisivos más vistas. Han puesto su empeño para llamarles a los padres de los alumnos de colegios privados para que frenen las actividades políticas de sus hijos. Es decir, el movimiento estudiantil vino a poner de cabeza sus planes.
3. De acuerdo con lo que se lee, no es un movimiento estudiantil preocupado por lo que sucede a nivel internacional (Chile, España, Grecia, EEUU, Siria o Irán) pero sí se centra en problemas nacionales que son en México hoy muy candentes. No se pierde en pequeños problemas muy sentidos en diversos lugares del país, sino que se centra en el problema básico que es el de la manipulación que realizan los medios de información (Televisa, TV Azteca) buscando imponer a un presidente de la República. Los estudiantes de nivel superior están muy centrados porque lograron atacar el problema principal: el asunto de la ideología, la desinformación y la manipulación de masas para imponer a su presidente de la República. Por ello el movimiento ha convencido y se ha extendido; además que puede dar mucho más porque al denunciar al monopolio televisivo obliga al gobierno y a los mismos medios a plantear una salida que permita mediatizar o tener el movimiento. Eso ha hecho crecer a AMLO.
4. Me da alegría porque López Obrador está muy por encima en trabajo y honestidad de los otros dos o tres candidatos; además porque –aunque no se pueda esperar algún socialismo o igualitarismo- puede crear condiciones para que la lucha social se haga más amplia y se consolide. Obvio, también puede crear falsas expectativas o esperanzas que retracen más las luchas de los trabajadores por la igualdad y la justicia. Pero también es muy importante que el gobierno de López Obrador sea una prueba para la lucha social. Conocimos al PRI durante 70 años y resultó una podredumbre, tal que provocó mucha alegría cambiarlo en el año 2000; luego sentamos al PAN en el mismo lugar y en 12 años parece que nos fue peor en pobreza y asesinatos. López Obrador no es el PRD actual y su enorme corrupción; parece que es distinto y puede manejar adecuadamente un gobierno; pienso que su sexenio no podrá ser el único y el último, como sucedió en Zacatecas y otros lugares.
5. Ayer declaró López Obrador que la lucha por la transformación no es de un solo hombre y que el pueblo debe participar activamente. Aquí cabe la frase que ha propagado y que yo le conocí al FAT hace 40 años: “sólo el pueblo salva al pueblo”; pero también parece estar llamando a organizarse independientemente. Luego señaló AMLO que este “no es un movimiento sólo para sentarme en la silla porque no tendría caso. No porque quiera ser importante, que me digan presidente, que me hagan la barba y me rindan honores. No por el placer del poder, porque no se lograría nada, sería un engaño, una gran mentira, una traición.”. Estas palabras comprometen seriamente a López Obrador con un comportamiento antiautoritario, totalmente distinto a los demás, de tal manera que da cabida para llamarlo más tarde mentiroso y traidor en caso de no cumplir. Allí están las palabras.
6. En ese contexto López Obrador ha sido ya más exigente y concreto al repetir una vez más, que solicitará a diputados y senadores del movimiento (para presionar a los demás) que reduzcan sus salarios o dietas a la mitad, pero ahora incluyó a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. (Es muy probable que esta invitación a reducirse al 50 por ciento los salarios, llegue a otros sectores en el momento en que se establezca como gobierno) Y señaló que “si no aceptaran, les pediré que descuelguen de la sala el retrato de Benito Juárez y pongan el de Maximiliano o el de Victoriano Huerta, de los que no han estado con el pueblo, para que ya de una vez caigan las máscaras y la hipocresía”. Pienso que con AMLO se van a registrar muchos cambios tanto arriba (entre los empresarios) como abajo (entre los trabajadores) porque es posible que la confrontación de intereses se intensifique, provocando una mayor participación de los trabajadores.
7. Aunque es probable que mañana o pasado se desmientan los datos que demostraron los avances de López Obrador en las encuestas, porque así conviene a la clase dominante; de todas maneras ha sido una buena noticia el ascenso de AMLO porque demuestra hasta qué grado este asunto de las encuestas es relativo y muchas veces increíble. Decididamente éste continuará en campaña porque no le queda otra salida más que hacer campaña. Antes del movimiento estudiantil que nadie previó, pensé que lo mejor que podría hacer AMLO –por el enorme boicot de los medios a su campaña- era retirarse con un Plan B que contemple la movilización. A partir de mediados de mayo me di cuenta que las cosas podrían ser de otra manera y que no todo estaba perdido, aunque tampoco deben hacerse muchas ilusiones porque la clase política y económica siguen manteniendo un gigantesco poder.