1. Esther Gordillo, la líder espuria del sindicato de maestros lleva en la cúspide política del país 24 años y está a punto de brincar al otro sexenio: para ello se ha publicado: “El candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, aceptó la invitación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para acudir este viernes, ante los maestros institucionales encabezados por Esther Gordillo, a presentarles su propuesta educativa. Como dirigente honesta y pura, dijo que la invitación esta abierta para la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota y del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, pero que sólo Gabriel Quadri, había atendido, hasta entonces, la invitación de la maestra. ¿Puede olvidarse que cuando Calderón se presentó al SNTE hace seis años –con el total apoyo de Gordillo- se planteó el voto diferenciado de los maestros: votar por diputados y senadores de Nueva Alianza pero por Calderón para la Presidencia?
2. Por eso Esther Gordillo, después de su maravillosa operación, recibió la dirección del ISSSTE, de la Lotería Nacional, el vice-ministerio de la SEP, diputados, senadores y algunos gobernadores a Nueva Alianza y el total apoyo político y financiero de la Presidencia durante seis años. De todas maneras le salió barato a Calderón porque el trabajo electoral de 10 mil maestros comisionados en casillas electorales, vigilancia y orden, representa millones de votos; cantidad suficiente para “ganar y copetear” cualquier elección. La realidad es que el “trabajo político” de esos maestros comisionados es muy efectivo para el sistema electoral corrupto mexicano y la líder lo sabe. Por eso con gran paciencia en estos últimos 24 años, con gran habilidad y sin equivocación, ha negociado con quien sabe que va a ganar; pero también está preparada para acomodarse en caso de perder. Ha superado a Fidel Velázquez en habilidad.
3. López Obrador –como Cuauhtémoc Cárdenas en 1994 y 2000- despreció las ofertas de la Gordillo en 2006 y en 2012 con el argumento de que era la representante del charrismo sindical. La realidad es que fue impuesta en la secretaría general del SNTE en abril de 1989 por el presidente Carlos Salinas y desde las elecciones de 1994 comenzó la Gordillo a hacer las comparecencias de candidatos con el fin de que expongan sus propuestas en educación; pero desde el año que fue impuesta en el SNTE podría decirse que se hace en educación lo que ella determine. Se enfrentó a Bartlett en 1989. luego al mismo Zedillo, a Solana y Pescador. Todos ellos debieron reconocer que la Gordillo controlaba a los profesores, inspectores, secretario de Educación por medio de las secciones sindicales en cada entidad. ¿Para qué le sirvieron los Alzati o Limón Rojas que no conocían a los maestros más que en estadísticas?
4. Por eso cuando Fox nombró al inútil e incapaz Reyes Tamez en la SEP sabía con mucha antelación que lo pondría de adorno porque Esther Gordillo controlaba todo desde el SNTE. Prefirió Fox llevarla en paz y acercarse a la Gordillo como si fuera parte de la familia.; estrategia que le funcionó muy bien al presidente para atraerla a su causa. En ese sexenio la Gordillo no sólo controlaba a millón y medio de profesores sino que organizó un partido político nacional (Nueva Alianza) y también disputó el control del Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) Lo mismo se repitió en el sexenio de Felipe Calderón quien nombró para dirigir la SEP a Vázquez Mota, a Lujambio y a Córdova, sucesivamente, sin poder hacer nada importante o trascendente frente al mando firme de la profesora Gordillo y su poderosa dirigencia sindical.
5. El viernes 22 Peña Nieto presentará –como si fuera una obra teatral- “su” Plan de Educación ante la Gordillo y la plana dirigente del SNTE. No hay duda que éste ha sido discutido antes con Gordillo porque la líder forma parte ya del equipo del candidato presidencial del PRI. Si Peña obtiene la Presidencia la dirigente sindical obtendrá una nueva fuerza, nuevos cargos, más poder, para enfrentar las valerosas luchas de los maestros agrupados en la Coordinadora (la CNTE); pero si López Obrador lograra ganar el cargo presidencial, la Gordillo tendría que verse obligada a renunciar a la política para retirarse a vivir (exiliada) en una de las residencial que tiene en los EEUU. Por eso, entre otras cosas, un triunfo de AMLO sacudiría muchos elementos que ahora no vemos y, por eso mismo, resulta casi imposible que lo dejen pasar. Si gana Peña Nieto todo sería más de lo mismo: la miseria continuaría junto al desempleo; los millonarios seguirían dominando la situación. (20/VI/12)