En las luchas del pueblo por sus reivindicaciones económicas y sociales, la Democracia, la Soberania, la Independencia, la Justicia Social o, el Socialismo; toda victoria en las elecciones, en los organismos del Estado, en las organizacdiones sociales o en las barricadas, constituyen avances importantes del proceso de cambio, por cuanto implican experiencias que le demuestran a amplios sectores del pueblo la posibilidad cierta de vencer al enemigo; no importando las condiciones en que se da la confrontación y ni los objetivos concretos que, en cada batalla, se pretenda alcanzar.
La lucha política se desenvuelve en todos los espacios de la vida social de un país, e incoluso ahora, en el escenario transfronterizo, con la presencia intrusiva del imperialismo y sus aliados subalternos de la OTAN, el sionismo internacional y su planetario aparato mediático, el cual se ha convertido en un factor activador y determinante en la confrontación, su curso y descenlace, como lo demuestran los hechos políticos del Medio Oriente y el Norte del Africa.
El triunfo de la opción del NO en el referendo realizado el pasado domingo 19 de agosto en el territorio colonial de Puerto Rico, acerca de la limitación del derecho a la Libertad Condicional y la reducción del número de miembros de su Parlamento no es, numéricamente, una victoria “aplastante”, si se toma en cuenta que solo acudió a las urnas el 35% de los electores (815.277) de una padron electoral de 2.306.769 inscritos pero, sin duda, representa, una importante victoria política en la medida en que los derrotados son los líderes de los dos partidos administradores del sistema colonial, el Partido Nuevo Progresista,(PNP) y el Partido Popular Democrático, quienes asumieron la conducción de la campaña por la aprobación de la reforma de su propia Constitución colonial.
La decisión de los partido democráticos, independentistas y revolucionarios, de promover e integrarse la “Coalición por el No” a la reforma constitucional, junto a un conjunto de individualidades y grupos sindicales, gremiales, culturales y de jóvenes, no solo fue una decisión acertada sino que se ubica en el centro de lo que se puede considerar hoy como una victoria política tactica contra los colonialistas, en un largo proceso de lucha en una historia de reforzamientos del sistema colonial, apenas salpicadas de victorias de heróicas gestas como la de la Isla de Vieques y la rebeldia estudiantil del 2011, en la Universidad de Puerto Rico.
Esa victoria no esta disociada de la profundidad que el el sistema colonial en Puerto Rico tiene la crisis abierta en el principal centro capitalista mundial: el imperialismo norteamericano; en cual se ha expresado en la ofensiva del gobierno colonialista de Luis Fortuño la resistencia de los trabajadores de la electricidad en defensa de sus conquistas laborales, las amplias protestas sociales contra el programa de despido para mas de 30 mil funcionarios públicos y la revuelta estudiantil contra el aumento escandaloso de la matricula en la Universidad de Puerto Rico; los caules activaron los movimientos sociales, acercaron las posiciones de las más diversas organizaciones sociales, políticas, culturales y gremiales, así como de individuales y figuras de la cultura, el arte y los deportes, creando condiciones extraordinariamente favorables para la unidad de acción contra la administración colonialista.
El problema dedl liderazgo anticolonialista puertoriqueño es como convertir esta victoria táctica en un avance estratégico de las fuerzas indepdentista, tradicionalmente reducidas a porcentajes marginales en los números electorales, si hoy hay millon y medio de electores que se abstuvieron de votar y, la “Coalición por el No”, cumplido su o bjetivo político, tienderá a diluirse, en medio de las divisiones de programas maximalistas y liderazgos inamovibles de cada uno de los partidos, los cuales se preparan para enfrentar sus fraccionadas fuerzas en las elecciones de Noviembre 2012, en donde se eligirá el Gobernador del territorio colonial de Puerto Rico.
Pareciera que en Puerto Rico faltasen gestos históricos de desprendimientos patriotico que, salidos de los partidos y sus tradicionales y nuevos liderazgos, sean capaces de ir al encuentro firme, sincero y fraterno con todos los que sueñan con un Puerto Rico Libre, para impactar la emocionalidad de esa parte del pueblo puertoriqueño que acaba de vencer la reforma colonialista y de aquella, aún mayor, a quienes la antipolítica inducida por el sistema colonial y no vencida por los indepedentistas, sigue reforzando la dominación colonial con su abstencionimo electoral y su pasividad en la lucha popular.
A cada generación de patriotas borincanos le ha correspondido escribir, con valor y sacrificio, su página gloriosa de amor a Puerto Rico. Hostos, Betance, Alvizu, Lebron y demas patriotas puertoriqueños dieron lo mejor de su vida y pensamiento por la Libertad de su pueblo y, esta nueva generación tiene la responsabilidad histórica de estar a la altura de quienes le precedieron y de la voluntad de una parte importante del pueblo que sigue mostrando su rebeldia yarista, desafiando al genocida aparato político y represivo de sistema colonial.
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