Los resultados que le dieron la victoria al Partido Quebequense en las recientes elecciones realizadas en la provincia de Quebec, en Canada, parecieran representar uno de los diversos eventos políticos que a lo largo del continente americano y en todo el planeta, viene confirmando el estado de crispación política que caracteriza la situación mundial, en medio de la crisis general del sistema Capitalista dominante y la pédida de hegemonía de su centro de Poder: el imperialismo norteamericano.
Con una Europa al borde de la quiebra gravísimos problemas financieros, el mapa geopolítico del Medio Oriente en rediseño imprevisible por los levantamientos, guerras y realineaciones políticas de los más diversos signos influenciados por las fuerzas imperialistas pero sin posibilidades de conducción por los intereses de sus propios aliados tácticos, con la región de Asia-Pacífico bajo la creciente influencia política y económica de China que gira hacia el no alineamiento, y una América Latina y el Caribe con firmes posiciones soberanistas y de integración frente a los viejos Polos de Poder Mundial; siguen apareciendo en el escenario mundial nuevos acontecimientos que derivan del desequilibrio de los viejos poderes coloniales e imperialistas y la creciente inestabilidad mundial, abriendo paso a diversos procesos políticos nacionales y regionales, incluyendo procesos de independencia como son los casos de la provincia francesa de Quebec en Canada y Euskal Herria en el Reino de España.
Geografica, cultural y políticamente diferenciadas, la provincia canadiense de Quebec y la Comunidad Auotónoma de Euskadi, son dos realidades políticas del norte de América y el sur de Europa que tienen como denominador común su vieja lucha por defender su condición de nación y reclamar su derecho a construir su propio Estado, con base a una identidad y derechos nacionales propios y diferenciados del resto de las naciones de ambos continentes.; pretensión que en ambos casos, ha tenido que enfrentar la resistencia de las elites gobernantes en Otawa y Madrid y una parte importante de su población propia y emigrada, alineada con los Estados Nacionales dominantes.
Esta confrontación que dura varias décadas, que se desarrolló en Euskadi en medio de una guerra de liberación y en el caso de Quebec, a traves de la vía electoral, adquiere renovada potencia en las ectuales circuntancias de sus países, por las consecuencias sociales regresivas que tiene la crisis global del Capitalismo en el nivel y esperanza de vida de los jóvenes, los trabajadores y las trabajaoras y los pensionados y pensionadas, bestialmente agredidos por políticas neoliberales de gobiernos defensores del gran Capital, que pretenden resolver la crisis capitalista con despidos masivos, reducción de gastos sanitarios y educación, eliminación de ayudas sociales, aumento del tiempo para optar a la jubilación, incremento del valor de las matrículas de la educación universitaria y elevación de la impuestos indirectos (IVA), generando un mayor estado de malestar social que se articula con con las luchas por el derecho a la independencia.
Em ambos casos se tratan de naciones con un alto grado de desarrollo económico y político y una clara identidad nacional, en donde la aternativa soberanista e independentista reivindica un programa de cambios económicos que permita solucionar los efectos de la crisis de sus naciones, sus trabajadores y sus jóvenes, al margen de las recetas fondomonetaristas que defienden y aplican los gobiernos centrales de Otawa y Madrid, lo que ha transformado la reivindicación de la independencia en parte de un movimiento general contra la solución capitalista de la actual crisis del Capital.
Más alla de los variopintos ideológicos y políticos de las formaciones indepedentistas de la nación quebequense y la nación vasca, lo confirmado es que el curso de la lucha de los pueblos del planeta tiene diversos caminos y atajos pero se encuentran hoy en la confrontación con los dueños del Capital y sus agentes políticos, quienes pretenden preservar su dominio sobre el mundo mediante la guerra, la contaminación del planeta, el robo y empobrecimiento de los pueblos y el mantenimiento de sus viejos Estados coloniales, cada vez más carentes de razón histórica y legitimidad política.
Vive le Quebec Libre!. Gora Euskadi Askatuta!.
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