2. Obviamente es otra cosa la lucha que mantienen los vascos y los catalanes por su autonomía respecto a España. Ellos llevan más de 50 años exigiendo al gobierno español su libertad económica, política, cultural desde posiciones de izquierda con el objetivo de que sus pueblos alcancen otros niveles culturales y de vida. Esos pueblos han salido a las calles durante décadas para reivindicar los derechos de autonomía, pero la negación ha significado para los autonomistas vascos –que llevan 50 años en armas- enormes represiones, encarcelamientos y asesinatos. México logró su independencia de España hace 200 años, pero para pasar a un sistema de dominación más moderno y brutal. Firmó el Plan de Ayutla… y los Tratados de Córdova, pero la llamada Independencia no transformó a fondo la dominación de clase, solo cambió para que todo siga igual.
3. ¿De qué independencia se habla si ésta no puede existir en el mundo por su interdependencia? En México -además del imperio Tolteca y Mexica que se impuso en la región central- desde 1521 comenzamos a sufrir dominio de España y a partir de XIX entraron a conquistarnos Inglaterra, Francia y los EEUU. Más que festejar nuestra independencia debería ser el grito de lucha contra el neocolonialismo imperialista de EEUU que nos exprime y domina. Pero la noche del 15 es un buen pretexto para una buena fiesta-borrachera y el 16 para la exhibición de la fuerza militar del Estado mexicano. Las fiestas del 15 de septiembre en los estados centrales de México tienen un paralelismo por su importancia, con las pachangas del 24 de diciembre.
4. Entiendo a los mexicanos, a los brasileños, italianos y hasta a los españoles, que por sus grandes pasiones como el futbol, la religión, la defensa de la patria, estén dispuestos a morir y a matar; pero no lo comprendo en los pueblos sajones cuyo credo religioso es distinto en sus manifestaciones. ¿Acaso nuestra educación, nuestro carácter y lenguaje tienen algo que ver nuestra idiosincracia, es decir con la manera de ser? ¿Cómo se formó nuestro pensamiento, nuestras expresiones, el estilo de vestir, de bailar, de hacer el amor, todo eso que heredamos y creemos que es muy nuestro? ¿Alguien puede pensar en que existe el amor a la patria, el cariño al himno nacional o a la bandera mexicana, “nuestros héroes”? Todo eso es una abstracción y una creencia.
5. Cuando oigo el himno nacional me dan ganas –para no oírlo- de ir al baño, a los servicios o al excusado (como dicen por aquí), por eso prefiero apagar la radio o la TV. Cuando oigo hablar de héroes nacionales me parece estar escuchando a un jilguero u orador del PRI, y cuando oigo las órdenes militares, el toque de banda y pienso en el izamiento de la bandera, me imagino un pelotón de fusilamiento. Nunca entendí por qué los del EZLN hicieron cantar el himno nacional y pusieron la bandera tricolor al frente en Aguascalientes aquel agosto de 1994, ni tampoco por qué es muy popular cantarlo y colocar la bandera (el famoso trapo de los burgueses, según los zapatistas convencionistas de 1914) entre gente de izquierda que tiene himnos combativos de los trabajadores.
6. Que no se piense que el odio a los defenios o de la ciudad de México es desde la izquierda; al contrario, ha sido cultivado por la derecha que quisiera adueñarse de los negocios de cada estado o región. La ciudad de México, como casi todas las capitales de estados, suelen tener terror (miedo exagerado) a los indígenas, campesinos, marginados, que luchan y se levantan en armas porque los millonarios quisieran que su exquisitez no se interrumpa; eso fue lo que demostraron los ricos defenios cuando los campesinos zapatistas y villistas tomaron la capital en 1914: eran los descalzos, los robavacas. Hoy la defenios –que no eligiendo al PRI o al PAN- al ser un poco menos derechistas electoralmente, están por encima de los de más estados.
7. Así que el “Viva México, Brasil, Italia o España”, con gritos nacionalistas que nos enseñaron desde los gobiernos, la televisión, la escuela y la familia, para sentirnos muy bien realizados, son enseñanzas ideológicas que nada tienen que ver con los que llamamos nuestros orígenes. Si algo tenemos que querer y amar son las cosas que han estado ligados directamente a nuestra vida: nuestros amigos, nuestro trabajo, a todos los trabajadores de México y el mundo que no dejan de luchar para evitar que sus y nuestros derechos sean pisoteados por los empresarios y el gobierno. Festejar la independencia de México es demagogia, engaño, porque México no ha sido ni será independiente nunca. Como tampoco nosotros lo podemos ser porque somos seres sociales. ¿Otra vez pretenden engañarnos como tontos? (14/IX/12)