En la última reunión del South West Africa People Organization (SWAPO), efectuada recientemente, la mayor parte de las discusiones se centraron en la forma de mejorar las condiciones de vida de la población; la entrega y distribución de tierra; la disminución del desempleo y cómo reducir las diferencias económicas que subsisten
La República de Namibia desde que obtuvo la independencia en 1990, tras largos años de lucha contra el régimen del apartheid, ha mantenido una estabilidad política, social y económica que resulta un ejemplo a seguir por otras naciones.
Desde hace años, resulta sumamente difícil leer o escuchar en algún medio de comunicación occidental un comentario que realce las cuestiones favorables que suceden en cualquier país africano.
Ese es el caso de Namibia que lejos de reflejarse los logros en estos 22 años de independencia (sin experiencia de gobierno anterior), cuando se le menciona en los medios es para destacar su rica fauna salvaje y no el esfuerzo que realiza el Estado para resolver las necesidades de la población.
Antes de la independencia, la mayoritaria población nativa vivía concentrada en los llamados bantustanes, especie de campos de concentración donde para salir se necesitaba un pase de las autoridades racistas sudafricanas. A la población negra se le negaba la educación, la atención sanitaria y hasta el derecho a la vida.
Hoy Windhoek, la capital, sobresale como una de las ciudades más limpias y acogedoras, no solo del continente sino de otras muchas del mundo. La educación y la salud se expanden por todo el territorio, aunque como es lógico quedan aún muchas cosas por hacer como la creación de nuevos empleos.
En la última reunión del South West Africa People Organization (SWAPO), partido de gobierno desde 1990, efectuada la pasada semana, la mayor parte de las discusiones se centraron en la forma de mejorar las condiciones de vida de la población; la entrega y distribución de tierra; la disminución del desempleo y cómo reducir las diferencias económicas que subsisten.
La secretaria general de la SWAPO, Pendukeni Livula Ithana enfatizó que Namibia "se encuentra en la segunda fase de la lucha de liberación que está encaminada hacia la independencia económica y que ahora las armas son el conocimiento y la destreza en la especialización".
Namibia es un Estado plurinacional donde las distintas etnias se han unido bajo la dirección de la SWAPO. El esfuerzo para llevar mejoras a la población ha sido encomiable debido a la enorme desigualdad, insalubridad y analfabetismo que había al declararse la independencia. Entre los logros se destaca el 85 % de la población alfabetizada.
Los miembros del Parlamento, reunidos los días 18 y 19 de septiembre en Windhoek, señalaron que las tareas actuales son la adecuada protección de los menores, una reguladora política de siembra en todo el país y acabar de adoptar la tan esperada reforma de la tierra.
Con una población de 2 165 828 habitantes y 824 292 kilómetros cuadrados, esta nación cuenta con enormes recursos minerales entre los que se destacan diamantes, carbón, oro, plata, tierras raras y una de las mayores reservas de uranio del mundo. Además, su flora y fauna son abuntantes.
El gobierno está tratando de recuperar los recursos minerales para incrementar su Producto Interno Bruto (PIB) que es de 15 500 millones de dólares y también para mejorar su desfavorable coeficiente Gini que es de 0,58.
Lo establecido internacionalmente para medir las desigualdades poblacionales considera que de 0 a 2 la igualdad es perfecta (o buena) y a partir de ese índice se incrementa la inequidad.
Numerosos acuerdos de inversión en distintas esferas de la economía se han concertado con países como China, Brasil, Sudáfrica, la Unión Europea, los que bien administrados, ayudarán a encaminar la ansiada liberación económica.
Pero lo mas relevante es que sus dirigentes cuentan con el apoyo del pueblo, conocen las dificultades y ponen su empeño en superarlas.