El Partido Comunista Mexicano desapareció, existe otro PCM y otros, como el MCM, buscan reorganizarlo


1. Hace unos meses participé –por invitación- en la interesante reunión del Movimiento Comunista Mexicano (MCM) en la ciudad de México. Al parecer los más de 50 asistentes fueron militantes del PCM y la mayoría de ellos estuvo en desacuerdo (escuché de Marcos Leonel Posadas) de que este desapareciera para conformar el Partido Socialista Unificado de México (PSUM 1981-87) En esos mismo días me encontré con mi amigo Pavel Blanco que me entregó tres números de su periódico tamaño tabloide: “El Comunista” (con hoz y estrella roja) que es órgano de difusión del Comité Central del “Partido Comunista de México”, nombre primero del Partido Comunista Méxicano. La realidad es que los integrantes de ambas organizaciones son mis amigos, merecen un gran aprecio, aunque no haya concordado con el PCM.

2. El Partido Comunista Mexicano fue fundado en 1919 -como en muchos otros países- por acuerdo de la Internacional Comunista (IC), entonces dirigida por Lenin. No fue por petición o irrupción de las masas de trabajadores, sino por una necesidad de la IC de resguardar a la única “revolución obrera y socialista” que dos años antes había asumido el gobierno en Rusia en medio de la primera guerra mundial. Fue Manabrenda Nat Roy el delegado fundador. Muchos militantes del PCM –en sus primeros 40 años- realizaron actos heroicos en las movilizaciones y fueron reprimidos, encarcelados, asesinados por la burguesía; pero no puede olvidarse que como partido también cometió muchos errores, incluso traiciones, como su dependencia de la URSS. Fui militante cinco años del PCM entre sus jóvenes desde 1961, hasta que me hice Espartaquista.

3. Se ha escrito mucho acerca del PCM; libros, ensayos, artículos sobre sus políticas y su historia; sobre todo del período del stalinista Dionisio Encinas como secretario general (1940-60) y de los jruchovianos Arnoldo Martínez Verdugo- Manuel Terrazas (1960-81) que dio lugar a importantes escisiones de los espartaquistas José Revueltas, Enrique González Rojo, Jaime Labastida, Eduardo Lizalde, Guillermo Rousset y Mario Rivera. Estos últimos, abrieron una gran polémica nacional sobre “el proletariado sin cabeza” y ”así se forma la cabeza del proletariado”. El PCM desapareció sin mucho análisis y discusión para dar paso al PSUM, luego al PMS y al socialdemócrata PRD. Por ello mis amigos –en los que tengo mucha estima- del MCM y del PCM buscan refundar o sustituir lo que ellos consideran valioso. ¿Pero es que alguien ha dicho la última palabra?

4. Marcos Leonel, siguiendo la vieja escuela leninista, es un cuadro de alto nivel, pues fue director de la “Voz de México”, el órgano central del PCM antes que éste desapareciera. Es uno de los coordinadores de este grupo que al parecer busca ya proclamarse –de manera abierta y amplia- como el nuevo PCM y comenzar a hacer política sin cortapisas como el gran partido de la clase obrera y ciudadana. Todos ellos parecen no estar dispuestos a perder décadas de militancia política en un partido que se disolvió casi sin consultar. Pero la pregunta importante sería: ¿piensan en una transformación revolucionaria en México o en un PCM que sea un simple grupo de presión en eso que llaman la amplia izquierda o socialdemocracia que sólo busca cargos políticos y un poco de poder?

5. Pavel, es muy joven, pero viejo militante de la izquierda que conocí en las protestas “globalifóbicas” de Monterrey. Un chavo –para mí- que está en la permanente búsqueda de militantes y de ideas que fortalezcan a su partido: el Comunista de México. Junto con otro amigo que conocí en Córdoba, Marco Vinicio, buscan construir al “verdadero Partido Comunista”. Así me los he encontrado en la calle, en las marchas, en las conferencias, vendiendo o entregando literatura de izquierda. Viendo su permanente actividad juvenil condeno la pinche vejez que me impide tener el mismo entusiasmo y la misma energía de los jóvenes. Supongo que ambas organizaciones engrosarán en el futuro los movimientos de izquierda que a través del tiempo se transformarán en una fuerza junto a otros grupos.

6. Si hasta hace 10 años como anarco-libertario sentía la necesidad de polemizar ideológicamente al interior de la izquierda defendiendo mis puntos de vista, hoy lo hago muy poco porque ante su debilidad de la lucha social, hay que aplaudir y solidarizarse con todos aquellos que se decidan a luchar: sea la izquierda en el lópezobradorismo, la CNTE, APPO, EZLN o EPR. La razón –en este caso- la va a dar el movimiento de masas no la teoría muchas veces aislada de la realidad. Como decía el viejo poeta Elías Nandino: “Antes me vengaba de todo, hoy no me vengo con nada”. ¿Quién entonces tiene o tuvieron la razón? ¿EL PCM de Arnoldo que se disolvió para dar paso al PSUM? ¿El MCM que se opuso a la disolución y que lucha por reimplantarlo para una segunda etapa? O ¿el Partido Comunista de México que lo ha rescatado desde hace 10 años?

7. Lo que verdaderamente importa es que –ante el regreso del PRI a la Presidencia y la política asesina de Calderón de 90 mil mexicanos- los 50 grupos, corrientes o partidos de izquierda, por lo menos se reúnan para conocerse, comenzar a hablar y discutir acerca de los problemas de país y lograr algunos acuerdos de “unidad y lucha”. No se trata de organizar un “partidote” o una sola organización –que podría ser muy nefasto- pero sí un coordinación horizontal para batallas anticapitalistas muy concretas. Pienso que el centralismo, el caudillismo, el dirigismo, el oportunismo, han impedido el avance de las luchas de izquierda; por ello había que buscar extirparlos para dar paso a otro estilo de política buscando la participación más directa de las organizaciones y militantes. (1/X/12)

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Pedro Echeverría V


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