Ahora, la sociedad norteamericana dice estar nuevamente estremecida moralmente, porque el actual director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el general John Allen, comandante de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, lo pescaron en situaciones de intercambio de mensajes eróticos y acoso sexual a damas que han estado cerca de estos dos funcionarios. Según las informaciones ofrecidas por la agencias informativa Reuters[i]; los dos oficiales norteamericanos son responsables de mantener "comunicación inapropiadas" con dos damas.
Imaginémonos, algún párrafo de una de esas "comunicaciones inapropiadas", que ahora estremece a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la sociedad norteamericana. Pensemos por ejemplo en: Hola mamacita, sabes que estoy loco por hacer el amor contigo y tomarnos un tiempo para poner en prácticas los ejercicios amorosos de Bill Cliton con la erótica Mónica. Te imaginas; nosotros montados en un escritorio o en el baño de la oficina, sintiéndonos Bill Clinton y Mónica Lewinsky.
Colóquenle a este posible párrafo, algo más erótico y podrá concluirse, que no dejando de ser una situación tal vez cuestionable, debe ser una cosa de rutina en una sociedad que todo tiene como norte y pretexto el sexo o la mujer se le asume como un objeto para el sexo. Siendo rutina; oímos que la CIA y la sociedad norteamericana se estremece moralmente. La CIA que ha matado, secuestrado y ejecutado actividades inhumanas en todo el mundo, se encuentra ruborizada porque su director quería tener sexo con una tal Jill Kelley.
Una "comunicación inapropiada" o un tipo manifestándole a una mujer deseos eróticos cuestionables, emerge como un dispositivo para comunicar la supuesta fortaleza de una sociedad y un mundo que se "estremece" frente a este tipo de evento, pero permanece muy pasivo ante atrocidades ejercidas sobre la base del poder y en los cuales no hay de por medio una insinuación o una "comunicación inapropiada", sino la vida de millones de niños que mueren bajo el hambre o bajo el signo de las violencia impuesta por los Estados Unidos de Norteamérica. Esta CIA, que se ruboriza por esta "comunicación inapropiada", es la misma que entrenó a policías que se cansaron de practicar la violación como una de las tantas formas de tortura.
Es inmoral la sugerencia del jefe de la CIA sugiriéndole a Jill Kelley un ¡mamacita! Cosa más grande. Esto ruboriza a la CIA pero nada acontece frente a las mujeres, niñas y niños palestinos que no tienen la opción de vivir. Muy pocos cuestionan esta atrocidad moral y política.
[i] Véase información disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2012/11/14/mundo/029n1mun