La CIA, Bill Clinton y la Moral en EEUU

Hace algunos años, la moral de la sociedad norteamericana se estremeció  porque se conoció que Bill Cliton había tenido sexo oral con  una tipa (Mónica Lewinsky) que era empleada o pasante en la casa blanca. Leí a muchos analistas venezolanos hablar de la fortaleza de la democracia capitalista porque se estaba cuestionando a Bill Clinton por haber tenido sexo  con una de las secretarias de la casa blanca, cosa que supongo es rutina en Estados Unidos, China y en cualquier país del mundo. Esa sociedad que supuestamente se estremecía moralmente, planteaba pagar una suma fuerte de dólares para que la tal Mónica soltara las cartas íntimas que Bill Clinton le había enviado y en las cuales, muy seguramente Clinton le recordaba sus momentos de placeres sobre algún escritorio de la casa blanca.

Ahora, la sociedad norteamericana dice estar nuevamente estremecida moralmente, porque el actual director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el general John Allen, comandante de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, lo pescaron en situaciones de intercambio de mensajes eróticos y acoso sexual a damas que han estado cerca de estos dos funcionarios. Según las informaciones ofrecidas por la agencias informativa  Reuters[i]; los dos oficiales norteamericanos son responsables de mantener "comunicación inapropiadas" con dos damas.

Imaginémonos, algún párrafo de una de esas "comunicaciones inapropiadas", que ahora estremece a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la sociedad norteamericana. Pensemos por ejemplo en: Hola mamacita, sabes que estoy loco por hacer el amor contigo y tomarnos un tiempo para poner en prácticas los ejercicios amorosos de Bill Cliton con la erótica Mónica. Te imaginas; nosotros montados en un escritorio o en el baño de la oficina, sintiéndonos Bill Clinton y Mónica Lewinsky.

Colóquenle  a este posible párrafo, algo más erótico y podrá concluirse, que no dejando de ser una situación tal vez cuestionable, debe ser una cosa de rutina en una sociedad que todo tiene como norte y pretexto el sexo o la mujer se le asume  como un objeto para el sexo. Siendo rutina; oímos que la CIA y la sociedad norteamericana se estremece moralmente. La CIA que ha matado, secuestrado y ejecutado actividades inhumanas en todo el mundo, se encuentra ruborizada porque su director quería tener sexo con una tal Jill Kelley.

Una "comunicación inapropiada" o un tipo manifestándole a una mujer deseos eróticos cuestionables, emerge como un dispositivo para comunicar la supuesta fortaleza de una sociedad y un mundo que se "estremece" frente a este tipo de evento, pero permanece muy pasivo ante atrocidades ejercidas sobre la base del poder y en los cuales no hay de por medio una insinuación o una "comunicación inapropiada", sino la vida de millones de niños que mueren bajo el hambre o bajo el signo de las violencia impuesta por los Estados Unidos de Norteamérica. Esta CIA, que se ruboriza por esta "comunicación inapropiada", es la misma que entrenó a policías que se cansaron de practicar la violación como una de las tantas formas de tortura.

Es inmoral la sugerencia del jefe de la CIA sugiriéndole a Jill Kelley un ¡mamacita! Cosa más grande. Esto ruboriza a la CIA pero nada acontece frente a las mujeres, niñas y niños palestinos que no tienen la opción de vivir. Muy pocos cuestionan esta atrocidad moral y política. 

marcano.evaristo@gmail.com


[i] Véase información disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2012/11/14/mundo/029n1mun



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Evaristo Marcano Marín


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