1. Me pareció increíble lo que escribe hoy en Proceso Ernesto Villanueva: “Autorregalito de Calderón”. Le creo porque es un buen investigador y especialista en comunicación, pero no entiendo nuestra cobardía, el “valemadrismo” de millones de mexicanos que seguimos aceptando que se les entregue mensualmente a los expresidentes un salario vitalicio de más de 2 mil 677 salarios mínimos (con el que viven igual número de trabajadores) y, al mismo tiempo “se ponga a su servicio 425 activos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada”. ¿Qué harán diariamente esos 425 militares y civiles, además de actuar como guardaespaldas de la familia y como vigilantes domiciliarios? Seguramente cocinan, van al mercado, limpian la casa, alimentan a los animales y los limpian después de hacer sus necesidades fisiológicas. Pero a pesar de ello sigue siendo mucha gente, tanta que hasta podrían levantarse en armas.
2. Según Villanueva, esta tremenda corrupción que todos aceptamos irresponsablemente, no se registra en otros países. “En Italia, Canadá Dinamarca, Nueva Zelanda, Reino Unido, no hay estos servicios de seguridad pagados del erario público. En EEUU a Bush sólo le pagan 10 años y le dan 15 elementos del servicio secreto”. Es decir, a los expresidentes los repudian en México, a los mandatarios de EEUU los odian en todo el mundo por los saqueos y las guerras que han impulsado. En Francia se les otorgan dos escoltas y cinco personas más para su protección. ¿Piensan personas como Calderón que así no lo secuestrarán y asesinarán? El presidente de Uruguay (José Mujica) –que se rebajó el salario de presidente en un 70 por ciento- sin temerle a nadie, gobierna y pasea por su país como un habitante más: sin ningún guarura cuidándolo y dice que si lo van a matar aunque se esconda en un bunker.
3. México está clasificado entre los 25 países de mayor corrupción en el mundo. No es que los mexicanos nazcan así, sino que es tan poderosa la estructura capitalista de corrupción, las relaciones sociales dominantes, que pareciera que no podemos escapar de ellas. ¿De dónde vino esa idea que jubilación presidencial y el servicio de guardaespaldas si en la mayoría de los países no existía o sólo era algo insignificante? Villanueva dice que estos servicios se aprobaron en 1976, pero que sólo fueron asignados 78 militares y civiles al expresidente Echeverría Álvarez; que en 1987 se asignaron a 25 milicos más para llegar a 103, pero ya con Calderón de cuadriplicaron. ¿Será porque su gobierno se distinguió por los 100 mil muertos y asesinados en el sexenio? De todas maneras son muchos los militares asignados, muy grande el salario y los gastos en comida que cada uno recibe.
4. Es tan grande esa fuerza militar de seguridad de la familia Calderón que es muy probable que algunos tengan contactos con los narcotraficantes y muchas cosas puedan enredarse o descomponerse. ¿No surgirán roces, peleas, entre los 425 militares activos por problemas de comodidad y de gustos al querer estar en la cocina, en la sala, al querer unos cuidar a los niños, otros cuidar a Calderón y otras más a la esposa? En un artículo, hace unos días publiqué que los expresidentes tenían a su servicio, bien pagados por el erario público, a un personal de unos 20 elementos: dos para vigilar la casa y dos para cada uno de la familia, esto quiere decir que ando bobeando en muchas cosas. Me olvido que el gobierno tira a manos llenas, de manera abierta y libre, dinero que no es suyo y comisionar a 425 elementos con altos salarios y comida libre, es nada.
5. Fue por eso que el artículo de Villanueva me causó mucha sorpresa. Seguramente le causaría mucho más al pueblo que ni se imagina que con el dinero y los servicios que recibe un solo expresidente seguramente pueden comer unas cuatro mil o cinco mil familias. No estoy enterado si después de muertos la expresidentes sus familiares siguen cobrando la pensión; pero parece que aún siguen con vida, Echeverría, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón. Si a todos ellos les pagan mensualmente 2,677 salarios mínimos y les autorizan a 425 militares para que los cuiden, pues tenemos que podrían vivir más de 25 mil familias mexicanas –comer más de 125 mil bocas, con los privilegios de esos cinco expresidentes. ¿Por qué no luchar por eliminar ese terrible gasto que sangra el presupuesto nacional que todos pagamos a pesar que el 60 por ciento de la población vive en la pobreza y miseria? (9/XII/12)
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