Celac: Nuevos actores y grandes ausentes

Si existen hoy acontecimientos que expresan los importantes cambios que se viven en América Latina y el Caribe, éste es, sin duda alguna, la realización en la ciudad de Santiago de Chile de la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, la Primera Reunión Cumbre de la CELAC y la Unión Europea y, lo que no es menos importante, es el ejercicio de la República de Cuba de la Presidencia Pro-Tempore del CELAC para el año 2013.

Contra todo augurio pesimista de los escépticos y enemigos de la integración y unidad de los Estados de América Latina y del Caribe, la CELAC arriba a su segunda Cumbre de Jefes de Estados y de Gobiernos de cuarenta y cinco países de Nuestra América, luego de una intensa actividad organizativa y de articulación política desarrollada por la Troika constituida por la República Bolivariana de Venezuela, la República de Chile y la República de Cuba, dirigida a institucionalizar en el espacio regional y mundial a una organización de Estados que por sus dimensiones territoriales, población, desarrollo económico, científico y tecnológico y recursos energéticos y ambientales, esta destinada a conformar un polo geopolítico fundamental en la construcción de la nueva arquitectura multipolar y plurinuclear que hoy emerge en el mundo para sepultar las viejas hegemonías impuesta por las potencias imperialistas vencedoras, junto con la extinta Unión Soviética, en la Segunda Guerra Mundial.

Esta Segunda Cumbre, luego de su fundación en el año 2011 en la ciudad de Caracas bajo la dirección del Comandante Hugo Chávez Frías, se realiza con un alto consenso entre los gobiernos de sus Estos Miembros acerca de la necesidad histórica de avanzar en los temas del desarrollo económico y el bienestar social, en el fortalecimiento de los lazos de amistad, solidaridad y cooperación entre los pueblos de la región y en la necesidad de preservar la Paz, mediante el uso de medios de diálogo y negociación para resolver las controversias que existen o pudieran existir entre nuestros pueblos, lo que debería convertir nuestra región en una Zona de Paz, Desarrollo y Bienestar en el presente Siglo XXI.

La creación de la CELAC, su exitoso desarrollo inicial como organización regional y el crecimiento sostenido de las economías de sus Estados Miembros, en un momento de profundización de la crisis mundial del Capitalismo que afecta a los principales países capitalistas de América del Norte, Europa y Asia; explica como hoy que la Unión Europea, en representación de los veintisiete (27) Estados que lo integran, propone sentarse, en igual de condiciones políticas, con el Bloque de Estados integrados a la CELAC, con el fin de estudiar la posibilidad de construir un acuerdo económico, comercial y financiero, que permita a sus países abrir mercados a su recesivo aparato económico e, incluso, atraer capitales frescos, para ser invertidos en un espacio económico estructuralmente incapacitado para generar los empleos y las productividades que les permita recuperar sus antigua fuerza industrial y agrícola en el mundo; lo que cambia el enfoque dependiente de sus antigua relación colonias a una relación simétrica, de respeto mutuo y cooperación mutuamente provechosa para las partes.

Sin embargo; lo más protuberante de ésta Cumbre del CELAC sigue siendo la forzada ausencia de los Estados Unidos de América que ahora no solo tiene que reconocer la pérdida relativa de su absoluta hegemonía política en la región sino, la presencia destacada de otros actores económicos y políticos, como la República Popular China y la Unión Europea, en un espacio hasta hace muy poco privativo de sus negocios e intwereses geopolíticos; razón por la cual, no es sorprendente la postulación del expresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado usamericano y excandidato presidencial del Partido Demócrata, John Kerry, como nuevo Secretario de Estado (Canciller) del gobierno de los Estados Unidos, por cuanto su conocimiento sobre los temas de la región deberían ser importante para la contraofensiva diplomática que deberá desplegar el presidente Barack Obama hacia América Latina y el Caribe, ahora, no solo para frenar los cambios soberanistas y antiimperialistas que se vienen desarrollando, teniendo como referencia el liderazgo del comandante Chávez, sino la consolidación de una organización que excluye a los Estados Unidos del centro del debate y solución de asuntos “hemisféricos”.

Y por si fuera poco, cuatro años después de que en Tegucigalpa, la Asamblea General de la OEA decidiera, con el voto unánime de sus miembros, incluyendo a los Estados Unidos y su socio Canadá - dejar sin efecto la suspensión de la República de Cuba; en Santiago de Chile, al presidente Raúl Castro Ruz, símbolo de la resistencia anti-imperialista de Nuestra América, le será entregada la Presidencia Pro-Tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, lo que confirma a Cuba como un actor fundamental de los actuales procesos de construcción de la integración y unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe y de un Polo de Poder Mundial que favorecerá el equilibrio mundial de fuerzas que ayudará a prevenir y resolver los graves problemas económicos y de seguridad que vive actualmente el planeta Tierra.

Yoel Pérez Marcano
yoelpmarcano@yahoo.com


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