Algo espantoso sucede en el mundo. La crisis estructural del capitalismo ha roto las mascaras de las “buenas intenciones” que cubre el rostro cruel de la burguesía. Hoy, los lobos disfrazados de ovejas no necesitan su piel para encubrir sus verdaderos sentimientos e intenciones. ¡Ya basta de populismo! Mientras unos ejecutan su crimen amparándose en la demagogia, otros, más sinceros, prefieren admitir públicamente su delito. Total, el mundo es de ellos. ¡Por ahora!
El ministro de finanzas de Japón, Taro Aso, ha sugerido a las autoridades de su país una “buena idea” que ayudará a superar la crisis fiscal de su país. El ministro Aso pidió al gobierno japonés dejar que los ancianos de más de 60 años “se den prisa y se mueran” sin que el Estado pague por el tratamiento. Para Aso, los pobres japoneses deben sacrificarse por el bien de los ricos, porque el mundo les pertenece.
Los ministros de finanzas de Europa saben que sus pueblos no son tan dóciles para aceptarlo. Hasta ahora han hecho lo que el ministro japonés ha dicho, pero sin decir nada: desahucios, aumento de la edad de jubilación, flexibilización laboral, despidos, privatización de la salud, eliminación de las pensiones y recorte de los fondos de los ancianatos, etc. ¡No hace falta decirlo! -Recomiendan sus pares europeos.
Ups! Pero resulta que el ministro japonés Taro Aso cuenta 72 años de edad. Ya pasó del límite de 60 años de su propuesto para “apurar la muerte de los ancianos enfermos en su país”. Si Aso pretende que su pueblo lo respete, aunque no él no esté enfermo, bien lo haría haciéndose un Harakiri al estilo samurai.
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