Las huestes imperiales de manera silenciosa indujeron la eliminación del mensajero latinoamericano y simultáneamente y de forma silenciosa influyeron en la designación del cardenal argentino Jorge Bergoglio, como el Papa Francisco I. Porque aparte de ser una necesidad para el desprestigiado Vaticano por el escandaloso pontificado de Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) como ficha del Poder Mundial en la sombra, era también una imperiosa necesidad del imperio para recuperar su posición en América Latina, toda vez que esta adquiere mayor importancia estratégica en el concilio de las naciones del mundo.
El archivo acusador contra el cardenal argentino Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco I, quien es considerado como un sacerdote serio, austero y humilde, vivió siempre en un modesto apartamento, cocinaba el mismo su comida, se desplazaba en el transporte público de Buenos Aires y lavaba pies a los leprosos y a los enfermos del SIDA y quien también hablaba de la necesidad de poner fin a la pobreza; pero...., al mismo tiempo no escatimó sus esfuerzos para oponerse a los programas sociales progresistas de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y al mismo tiempo también defendió ardorosamente las reformas neoliberales de Carlos Menem, que llevaron al país a un colapso económico.
Veamos, pues, cual fue la decisión que se cocino desde los laboratorios del imperio para que el cardenal argentino Jorge Bergoglio (Francisco I) se le invistiera como el elegido de San Pedro y se moviera por la Tierra con la patente de corso para actuar y desempeñarse como ficha de Dios y el diablo, ante sus correligionarios y devotos católicos.
Lo que se cocino durante tanto tiempo responde al plan que el imperio diseño para que de un solo plumazo se dejara fuera al corrupto Papa Ratzinger, eliminar al peligroso Hugo Chávez e imponer a un nuevo Papa que pudiera hacer la tarea de salvar al continente Latinoamericano de las garras de presidentes progresistas como Chávez, Correa, Evo, Cristina, Ortega, Dilma Rousseff, Lula, Lugo, etc.
De modo que se le propuso al cardenal Jorge Bergoglio, quien a pesar de las manchas en su mácula sacerdotal por su afinidad con la dictadura Videla y de las acusaciones que pesan en su contra por desaparecidos durante esa dictadura, reunía, a pesar de esos expedientes judiciales en su contra todas las condiciones para exaltarlo al papado. Por cuanto el imperio con su poder mediático y su fluencia imperial en el planeta se encargaba por su cuenta de borrar o hacer olvidar esos expedientes que pesan en su contra; amén de la impunidad per secula seculorum que se le garantizaría a Bergoglio desde su cargo como jefe de Estado del Vaticano. De modo que, al cardenal Bergoglio con el perdón que él se merece, lo tienen agarrao por la bolas; por lo menos durante el tiempo que éste le sea fiel a esos perversos planes. Qué casualidad de casualidades..., las declaraciones del emérito corrupto Papa Ratzinger, quien cándidamente declaro que Bergoglio no estuvo en su lista de favoritos (...)
El cónclave lo pospusieron por una semana (con la anuencia explicita del imperio), más no por problemas de organización sino porque el mártir latinoamericano Hugo Chávez pleno durante más de una semana y en primera página, los noticiero del mundo. Además, había que minimizarlo por ser ésta la noticia más importante del siglo XXI. En fin, se cocinaba toda una tenebrosa estrategia previamente planificada por el imperio con el visto bueno de lo más tenebroso de la curia romana, para que lo que ya se había decidido sobre la elección del nuevo Papa recayera ésta sobre el cardenal argentino Jorge Bergoglio, quien con su cara de bueno, a lo Juan XXIII, era el que más se ajustaba a los planes del imperio.
Con el poder de la iglesia había que imponer en Latinoamérica un Papa latinoamericano, para detener el creciente despertar de la conciencia de millones de seres latinoamericanos que se sumaban como un solo bloque a la causa liberadora socialista siglo XXI, en el continente. Había que frenar a Chávez y darle un parao a un continente que con sus ingentes recursos naturales y su capacidad polítca, era capaz de tomar medidas para no contagiarse de la crisis que azota por igual a la Unión Europea y a Estados Unidos; por cuanto sus procesos de integración y transformaciones sociales y económicas hacen peligrar el actual Orden Mundial Globalizado.
Como ya se sabe Ratzinger no huye, lo echan. Y no lo hacen las dos subsectas que dominan el Vaticano desde hace décadas -Opus Dei y Jesuitas-, sumidas en la corrupción y lazos con el fascismo político o las mafias criminales, sino dos jóvenes católicos de la confianza de Ratzinger que se asquearon de la corrupción en la secta y decidieron darle una patada a la mesa.
La Iglesia católica, al igual que EEUU como la única superpotencia en el mundo, han descuidado a Latinoamérica donde vertiginosamente han crecido las corrientes progresistas y es cada vez más la simpatía y el apoyo al proyecto socialista siglo XXI propugnado por Chávez, como alternativa al neoliberalismo impuesto por los globalizadores iluminados (iluminates). Ahora llegó el momento de matar tres pájaros de un solo tiro: una era dejar de lado al mensajero de la iglesia (Ratzinger) porque con su cada vez creciente prontuario ya no les servía de nada; terminar de eliminar silenciosamente al peligroso mensajero Hugo Chávez quien con su arraigo en el pueblo y coraza progresista, trascendía exponencialmente las fronteras latinoamericanas; e imponer al cardenal Jorge Bergoglio, como el nuevo Papa. Había que actuar de urgencia y con sigilo y hacer todo lo imposible para extirpar este carcinoma progresista, a fin de hacer retornar a las ovejas descarriadas del ALBA, UNASUR, CELAC, PDVSA-PETROBRAS, Dialogo NORTE-SUR y Fortalecimiento OPEP, hacia su antiguo amo que añora recuperar el poder perdido de su “patio trasero”.
Todos los antecedentes de Bergoglio-Francisco I, sobre el archivo fotográfico donde lo muestran junto con el ex presidente argentino Rafael Videla durante la dictadura militar (1976-1983) dándole comunión al hombre acusado en desaparición de 30,000 personas, quedara en el olvido. Y también en el olvido de ser colaboracionista de la represión militar a los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics, quienes le imputan haberlos entregado a los militares así como de la desaparición de varios catequistas que trabajaban en la Villa Miseria de Flores en 1976.
Las Madres de la Plaza de Mayo, organización que luchó durante décadas para dar con el paradero de miles de desaparecidos argentinos, pidiendo ayuda entre otras muchas a la iglesia, declararon hace unos días que para ellas era difícil aceptar que un “hombre de esa naturaleza este sentado en la silla papal”.
Tal vez vivamos en un mundo al revés, o tal vez nunca fue más cierto aquello que mentan: a Dios lo que es de Dios, y al Papa lo que es del Papa...
Las huestes imperiales con sigilo y en la oscuridad, mueven sus hilos de poder. Lograron eliminar al mensajero más no a su mensaje, pues ese legado revolucionario bolivariano perdurará para siempre.
Ahora, ese tigre de papel (el imperio norteamericano predicho por Mao Tse Tung) en su agonía, es más peligroso que nunca.
¡¡Chávez vive, la lucha sigue!!
joseagaporam@gmail.com