El final de las Monarquías

La decrépitas monarquías que aún gobiernan en distintas partes del planeta y aún aquella descendientes de las viejas Familias Reales derrocadas por sus pueblos y que reivindican su oscuro linaje feudal, constituyen uno de los adefesios más impresentables de la realidad política mundial pero siguen construyendo sólidas alianzas nacionales e internacionales con sus burguesías internas y los centros del Capitalismo mundial y con el imperialismo, con el doble propósito de mantener el control y explotación de sus pueblos y sostener su alianza estratégica internacional, que se oponga a todo cambio realmente democrático, popular y republicano, sea este legal, pacífico o violento.
Estas caricaturas de gobernantes, cuyos más lejanos antecesores pretendieron erigirse en representes de sus Dioses en la tierra, a tal punto de ser “intocables” e “invisibles” por los pueblos que gobernaban y, cuyas fortunas fueron el producto del saqueo de las riquezas de sus países y el robo impune del erario público, deambulan por el mundo con sus expresiones obscenas de riqueza y bienestar, gastando su tiempo entre sus palacios amurallados y sus vacaciones sin razón ni motivo, rodeados de sirvientes pagados por el esfuerzo de los trabajadores de sus países y protegidos por bien entrenados guardias provenientes de los cuerpos de seguridad y defensa de sus países, convirtiéndose en los parásitos más vergonzantes que pueden tener una sociedad; tan diferenciados de los millones de trabajadores y trabajadores desempleados súbditos de sus miserables Reinos, las familias obreras y campesinas con vivienda rentada o sin ella y, los millones de pensionados y jubilados sobreviviendo con una cada vez más disminuida ayuda social.

Carentes de su extinguido privilegio de ser “Ungidos de Dios” y, limitados sus antiguos poderes absolutos por el mismo avance de las luchas democráticas de los pueblos, estos adefesios de la antigüedad feudal, representativa de las viejas clases Propietarias dominantes en buena parte del segundo milenio de nuestra era cristiana, no ceden en sus privilegios políticos, sociales y, especialmente financieros, y buscan nuevas alianzas con el capital financiero internacional, los grupos políticos gobernantes e, incluso, con grupos financieros mafiosos dedicados a la especulación y la usura internacional, con el fin de sostener y acrecentar sus caudales, conscientes de que, pensando que, aunque en el horizonte visibles no ha de esperarse una gran conmoción social en cada uno de sus menguados Reinos, ello será una inevitable realidad futura, por lo cual deben prepararse con el fin de preservar sus sistemas políticos, sus privilegios o, por lo menos, sus propios medios parasitarios de sobrevivencia, constituido por la propiedad inmobiliaria, la especulación financiera y los depósitos de sus caudales en los bancos suizos o cualquier otro paraíso fiscal que, con tanta fiereza,defienden sus aliados del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de los Estados Unidos de América.

La devaluación política y descomposición moral de Los remantes de las viejas clases feudales aún en el Poder en algunos países importantes del planeta Tierra, las hace más dependientes y subordinadas a la fuerza político-militar del imperialismo, (como en el caso de la guerra subversiva-terrorista en Siria) acompañándolas en todas las aventuras militares y estrategias mundiales de reconquistas de naciones por cuanto, las Casas Feudales forman parte de la Gran Alianza de las Clases Propietarias contra la Soberanía y el Bienestar de los Pueblos, encabezada por la fracción financiera de la burguesía internacional y dirigida por el imperialismo norteamericano que, en las presentes condiciones de la lucha de clases mundial y la Crisis sistémica del Capitalismo, puede defender su sobrevivencia como clase y el ejercicio del Poder Político.

Alejados de consideraciones personales y valorando en su verdadera dimensión factores políticos, económicos y religiosos presentes en la realidad internacional, es necesario concluir y afirmar que, en la estrategia de los pueblos en lucha contra el imperialismo y su dominación del mundo, debe ser claramente identificadas la alianza de las parasitarias Monarquías feudales con el imperialismo, con el fin de unir a todos los demócratas, republicanos y revolucionarios en la lucha por la República y la Democracia, frente a esos “patiquines”, “petrimetres” y “lechuguinos” que, mientras oprimen y explotan a sus pueblos, siguen mostrando sus ridículas vestimentas, su obscenas joyas malhabidas y sus ceremonias fastuosas, para rememorar una época y un estilo de vida construidos sobre el trabajo, el dolor y la sangre derramada por millones de seres humanos, sometidos a la esclavitud y el oscurantismo por sus innobles antepasados.


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Yoel Pérez Marcano


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