Casi por cumplirse éste 19 de Abril, 203 años de la revuelta de mantuanos y pardos criollos de Caracas contra el gobierno colonial presidido por el Capitán General JUAN Vicente Emparan, que culminó con su pacífico derrocamiento y la creación de la Junta Suprema de Gobierno, que dejó abierto un largo proceso de confrontación política transitoriamente culminada con la firma del Acta de Independencia de 1.811; los residuos miserables del genocida imperio español y su decrépita monarquía, no terminan de respetar la Independencia y Soberanía de Venezuela, conquistada gloriosamente en la épica Batalla de Carabobo del 24 de junio de 1.821, permitiéndose, cual tiempos coloniales, el cuestionable derecho a intervenir en los asuntos internos de la República, al reconocer o no autoridades democráticamente electas, indicarle a los jueces y magistrados la sentencia que deben dictar a quienes violan las leyes internas y amenazar al gobierno con represalias por defender los derechos de un ciudadano originario del territorial colonial de Euskal Herria que tiene ahora la nacionalidad venezolana y no ha cometido delito en nuestro territorio.
Añorando los tiempos de la Cuarta República (1.958-1.988), cuando el renegado del socialismo Felipe González gobernaba en el Palacio de La Moncloa y su congénere Carlos Andrés Pérez En el Palacio de Miraflores, ambos servían la mesa para que los bancos y financieras, las constructoras y otras grandes empresas del Reino de España se apoderaban de parte importante de esos sectores de la economía nacional, lo cual fue secundado por la alianza político-clerical de los viejos Falangistas venezolanos de Copei y el Partido Popular neo-franquista, que encumbró, como nunca después de la Independencia, a los mismos orgullos herederos del viejo imperio que diezmó a la población originaria, esclavizó a cientos de miles de africanos y sus descendientes, se robó parte importante del oro de nuestras minas y nos impuso una guerra de diez años en donde murieron no menos de cien mil venezolanos, sin que todavía se haya disculpado por su criminal acción ni indemnizado a nuestro pueblo.
Ahora, desde que el “Bravo Pueblo” venezolano, bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez Frías y las ideas luminosas del Libertador y General en Jefe Simón Bolívar decidió ese 6 de diciembre de 21.998, iniciar una lucha por la Segunda y Definitiva Independencia de toda potencia extranjera, los personeros nostálgico del imperio español, como el Ministro de Relaciones Exteriores, Jose Manuel García-Margallo, siguen conspirando contra los intereses de Venezuela, al expresar reservas sobre la transparencia del proceso electoral y sus resultados y permitirse la exigencia pública de que los órganos de ésta República Soberana deberían satisfacer la ilegal e ilusoria petición del candidato de la burguesía interna venezolana y el imperialismo para poder aceptar los resultados de los comicios del pasado domingo 14 de Abril.
Convertidos definitivamente en simples administradores de un Estado hipotecado a la banca alemana, con 5.5 millones de desempleados, de los cuales 3 millones tienen menos de 30 años, reduciendo las pensiones, cobrando por la sanidad pública y despidiendo a personal sanitario y educativo, lanzando a la calle a miles de parados que no tienen para cancelar su hipoteca y que tampoco le aceptan, por lo menos, la entrega de la vivienda por la deuda pendiente; el decrépito Estado Colonial Español pretende darle a esta democracia vigorosa, libre, expresiva, revolucionaria y bolivariana, clases de apego al Estado de Derecho, cuando en su territorio la bicéfala alianza de PePistas neofranquistas y PSOEistas renegados del Socialismo, en santa alianza con el Monarca “Cazador de Elefantes”, la Curia Inquisitorial Católica, los militares herederos del "Generalísimo" y la mediática canalla de El País, ABC, La Razón y El Mundo, ultrajan la dignidad de los pueblos sometidos al Reino y lo divierten toda la semana en partidos de futbol, donde sus principales estrellas son jugadores de otros pueblos y sus beneficiarios principales, las corporaciones financieras que están detrás del Real Madrid y el Barcelona.
Las declaraciones colonialistas del Canciller José Manuel García Margallo, las cuales expresan el apoyo político y financiero a las acciones desestabilizadora de la contrarevolución venezolana y su principal exponente, Enrique Capriles Radonsky, debe ser contestada con firmes contra-medidas, como ya lo es el llamado a consultas del embajador Bernardo Alvarez, para hacerles ver a estos colonialistas de antaño y de hoy, que la Venezuela Bolivariana, Republicana, Democrática, Soberana e Independiente en Revolución, no acepta ni aceptará jamás, por la memoria de Bolívar y Chávez, la intromisión de potencia alguna en sus asuntos internos, porque ello es, exclusivamente, de la decisión del pueblo bolivariano de Venezuela y no de una decrépita Monarquia colonialista decadente.