El confito sirio y la clave israelí

El ataque realizado por el ente sionista israelí contra las instalaciones cercanas a Damasco, de un centro de investigaciones militares y, aparentemente, depósitos de armas, pertenecientes al Ejército Arabe Sirio, con la excusa de destruir material bélico para las fuerzas del Partido de Dios (Hezbolla), refuerza la implicación de la dirección sionista en el conflicto internacionalizado de Siria, como alternativa a las limitaciones actuales de Estados USA, Reino Unido y Francia de participar directamente en operaciones militares pero además confirma, que la situación militar de los grupos de la disidencia armada interna y los grupos terroristas yihadistas se ha deteriorado como consecuencia de la contra-ofensiva recientemente realizada por fuerzas regulares sirias en diversas partes de la geografía nacional.

El sionista general Ehud Barack, Ministro de la Defensa en el anterior gobierno encabezado por Bejamin Netanhyau, ya había declarado, al comienzo de la confrontación armada en el año 2011, que el derrocamiento violento del gobierno del gobierno de Bashir Al Assad era poco probable por la cohesión política del mando superior de la fuerza armada siria, la alta preparación militar de sus unidades de combate y la existencia de fábricas de armamentos que les permitiría resistir, incluso, un embargo por parte de la comunidad internacional pero que, por la importancia que para la seguridad del ente israelí tiene Siria, será inevitable que ellos tengan que implicarse en el desarrollo del conflicto, con el fin de evitar que el resultado final afecte sus propios intereses.

Y es que, desde el punto de vista político, Siria y las bien entrenadas y equipadas brigadas del Partido de Dios (Hezbolla) del Líbano y de Hamas, en Gaza, son los únicos enemigos reales que, con diferentes matices y fuerzas, se mantienen en la línea de confrontación contra el ente sionista israelí, por lo que la derrota del gobierno de Bashir Al Assad constituiría un gran alivio de seguridad para la dirección sionista israelí, por el debilitamiento de la capacidad militar y política de Siria, que podría, como en el caso de Irak, fraccionarse en territorios autónomos dominados por diversas fracciones armadas, sin capacidad de emprender una campaña militar exitosa para reconquistar los territorios sirios de Las Alturas del Golán, anexados por el ente israelí después de la guerra de año 1.967.

Los sionistas israelíes han aprovechado las ambiciones políticas de parte de la dirigencia de la oposición siria, dispuesta a negociar con los gobiernos imperialistas de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, para establecer una línea de comunicación que ha permitido el trasvase indirecto de armamento y equipos de inteligencia de combate israelí, llegando incluso a permitir, la presencia de unidades operativas de los grupos armados en la zona que separan hoy los territorios de Siria y el ente israelí, con el fin de provocar una acción militar del Ejército Arabe de Siria, para tomarlo como justificación para una intervención más directa del sionismo en el balance de fuerza militar en el terreno, siempre en favor de la oposición armada siria.

Con tales actuaciones, se hace más que evidente que los sionistas israelíes que dirige desde Tel Aviv, Benjamin Netanhyau, no han sido ni son neutrales en el conflicto internacionalizado sirio, por cuanto el resultado de esa confrontación armada tiene inevitables repercusiones sobre los asunto de seguridad israelí y, en particular, sobre la reivindicación nacional siria de los territorios anexados de Las Alturas del Golan, los cuales, seguramente, forman parte del portafolio de negociaciones que el imperialismo y la los países de la OTAN habrán incorporado en los acuerdos de apoyo logístico, político y militar a las diversas fracciones armadas que lucha contra el gobierno de Sirias.

Sin embargo, no será tan fácil para el ente sionista israelí mantener este tipo de operaciones militares de apoyo a la oposición armada en Siria porque, como lo prueba la reacción de la Secretaría de la Liga Arabe al condenar el ataque israelí contra el territorio sirio como una violación de la soberanía de ese Estado, existen todavía muchas reservas de los socios árabes de la vergonzosa alianza con los de imperialistasy colonialistas de, mostrarse públicamente al lado de una fuerza terrorista y genocida como la israelí, a quienes todos los árabes y musulmanes, lo consideran como enemigos de sus pueblos y su fe.


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Yoel Pérez Marcano


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