Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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El discurso de Obama en Berlín la semana pasada urgiendo a Rusia a unirse a Estados Unidos haciendo amplias reducciones en sus arsenales de armamento nuclear, fue convenientemente pronunciado en la histórica Puerta de Brandenburgo de la capital alemana.
Se trató de otro emblemático discurso de Obama donde el estilo prevalece sobre la substancia, donde el histrionismo prevalece sobre la historia y donde el sentimentalismo prevalece sobre la seriedad.
Desgraciadamente unos seis mil invitados alemanes se tragaron la farsa con frecuentes y estruendosos aplausos.
Los historiadores podrán señalar que la mundialmente famosa puerta fue oficializada en el año 1788 por el rey de Prusia, Friedrich Wilhelm II, como un “símbolo triunfal de paz”.
Pero, desgraciadamente, la Puerta de Brandenburgo en realidad ha sido asociada a los conflictos y a las guerras. Este desencuentro entre realidad e ilusión le viene bien a Obama para declamar su emblemático discurso esta semana.
Un breve relato nos cuenta cómo la Puerta fue adoptada como un ícono de la Alemania Nazi con el objeto de adornar su maquinaria de guerra. Luego de la Segunda Guerra Mundial el arco neoclásico se mantuvo en el centro de la división de Berlín y Europa entre los aliados occidentales con armamento atómico y la Unión Soviética. Los historiadores occidentales acostumbran a culpar a Moscú por el establecimiento del Muro de Berlín, ignorando el contexto de Washington y Londres como instigadores de la agresión de la Guerra Fría bajo amenaza nuclear al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados occidentales de manera encubierta rearmaron la maquinaria de guerra nazi en contra de la Unión Soviética.
De este modo, como la misma Puerta de Brandenburgo, el discurso reciente de Obama pertenece más al ámbito del engaño y de la fantasía que a lo concreto y creíble.
Lo supuestamente destacado del discurso del presidente norteamericano fue su declarado propósito de trabajar más duro en pro de la reducción del armamento nuclear. Echemos un vistazo de cerca a sus supuestamente serias palabras.
Obama declaró lo siguiente: “Debido al nuevo Tratado START* (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) estamos en camino de reducir los cabezales nucleares rusos y norteamericanos a sus niveles más bajos desde los años 1950.”
Eso es verdad solo parcialmente. El arsenal nuclear mundial, del cual Rusia y Estados Unidos poseen el 90 por ciento, ha estado en pronunciado declive desde el fin de la Guerra Fría el año 1991. Actualmente se estima que globalmente existen unos 17 mil cabezales nucleares en descenso desde el año 1985 cuando había 68 mil. Estados Unidos y Rusia actualmente cuentan cada uno con un total de 8 mil armas nucleares.
Se cree que alrededor del 25 por ciento de la cifra señalada serían reservas activas, lo cual le da a cada uno unos dos mil cabezales nucleares. El nuevo acuerdo START de fecha 2010 aludido por Obama trata de limitar los arsenales a 1.550 cabezales nucleares para cada uno. Obama ahora está diciendo que luego de una “revisión exhaustiva” él desea que Rusia y Estados Unidos trabajen aun más duro para hacer recortes más profundos de unos mil cabezales nucleares, es decir, la reducción de un tercio más de lo establecido obligatoriamente por el START.
¡Bravo! por el presidente norteamericano fue la reacción de la prensa occidental luego del “histórico” discurso de Obama en Berlín… ¿Ahora por qué Rusia no hace lo mismo? Con posterioridad al panegírico por la paz mundial de Obama, Moscú respondió con un frío rechazo.
El Vice Primer Ministro ruso, Dmitry Rogozin dijo que la oferta de Obama no podía tomarse en serio.
En los medios de prensa occidentales la respuesta rusa fue descrita como un rechazo insensible y grosero a la noble iniciativa norteamericana.
Para comprender lo que realmente está pasando, para separar la paja del grano, debemos entonces analizar sintácticamente las palabras grandilocuentes de Obama.
Durante su discurso Obama se explayó diciendo que, “de manera que hoy estoy anunciando medidas adicionales. Luego de una revisión exhaustiva, he determinado que podemos garantizar la seguridad de Estados Unidos y la de nuestros aliados al tiempo que mantenemos un fuerte y creíble elemento disuasorio estratégico, al reducir hasta en un tercio nuestro armamento estratégico nuclear desplegado. Y yo pretendo conseguir recortes negociados con Rusia de manera de alejarnos de las posturas nucleares propias de la Guerra Fría.”
A lo que Obama se refiere específicamente cuando habla de reducción de un tercio del armamento nuclear es a las reservas de “armamento estratégico” mantenidas tanto por Rusia como por Estados Unidos. Se trata de los proyectiles balísticos intercontinentales de largo alcance que tienen un radio de acción de más de 5.500 kilómetros y que podrían aniquilar ciudades enteras de una sola vez.
Pero lo que Obama no está incluyendo en la reducción son los arsenales de armamento nuclear táctico que poseen tanto Estados Unidos como Rusia. Se trata de armamento de alcance corto y que por lo general transporta cargas explosivas menos destructivas que los anteriores.
He aquí lo que el presidente Obama dijo a este respecto: “Al mismo tiempo, trabajaremos con nuestros aliados de la OTAN para conseguir audaces reducciones en el armamento táctico en Europa tanto ruso como norteamericano.”
Nótese que cuando Obama está pretendiendo reducir el armamento nuclear estratégico en un tercio, él está indicando solo un impreciso compromiso “de buscar” la reducción del armamento táctico en Europa. Sin embargo, es este preciso aspecto de los arsenales nucleares lo que sobre todo preocupa de manera intensa a Moscú.
Por otra parte, la vaga promesa de reducir el armamento táctico, es frontalmente contradicha por los hechos. Justo el año pasado, el gobierno de Obama anunció que se estaba emprendiendo un programa de diez mil millones de dólares para el perfeccionamiento de su armamento táctico nuclear en Europa durante los siguientes diez años. Parte de esta refacción incluye dotar a las bombas B61 de caída por gravedad, con un nuevo sistema de timón teleguiado de precisión que aumentará la capacidad de impacto del arsenal nuclear norteamericano en Europa.
De tal modo que Obama le está haciendo a los rusos una proposición no solo inadmisible, sino insultante. Esto es así porque Estados Unidos retendrá y de hecho aumentará su arsenal de armas nucleares tácticas en Alemania, Holanda, Bélgica y Turquía, es decir, cerca de las fronteras de Rusia. Se trata de una ventaja asimétrica de ataque que Estados Unidos se arroga y que desde hace tiempo Moscú protesta. ¿Por qué se le debería permitir a Estados Unidos tener prácticamente armas nucleares apuntando hacia la cabeza de Rusia en circunstancias que Rusia no tiene armamento nuclear táctico de corto alcance apuntando hacia territorio norteamericano?
Este equilibrio asimétrico terrorífico a favor de los norteamericanos, obtenido a través del armamento nuclear táctico de corto alcance, data desde la Guerra Fría cuando las potencias occidentales de la OTAN alegaban que Europa estaba amenazada por una invasión soviética. Veinte años después del fin oficial de la Guerra Fría, tal razonamiento ya no se sostiene ni se justifica. No obstante, Washington desea conservar esa ventaja terrorífica.
Así mismo, simultáneamente, Estados Unidos está avanzando con su denominado sistema anti misilístico aproximándose a las fronteras de Rusia. El sistema misilístico interceptor sería instalado en Polonia, la República Checa y en otros países del este europeo. Washington también aboga porque repúblicas separatistas rusas, tales como Georgia sean admitidas en la OTAN, lo cual presumiblemente podría significar que estos países que colindan con Rusia también instalen sistemas misilísticos interceptores.
Tal como lo señala el Vice Primer Ministro ruso, Dmitry Rogozin, Washington insiste en rehusarse a dar seguridades legales vinculantes en el sentido que sus sistemas misilísticos no apuntan hacia Rusia. Rogozín también señala que esa transgresión del “sistema defensivo” constituye parte de la amenaza de ataque táctico y estratégico resultando un frente de ofensiva total ya que reduce la capacidad de Moscú para contraatacar si fuera necesario.
En consecuencia, Rusia está en lo correcto al rechazar la última ofensiva cautivadora de Obama. Si Estados Unidos y sus aliados occidentales son serios en torno a la reducción del armamento nuclear global, entonces el peso de la prueba está clara e históricamente en manos de Washington y retirarían su armamento nuclear táctico del rostro de Moscú y renunciarían al cercado balístico del territorio de Rusia con la excusa que se trata de un sistema de defensa anti misilística.
No debemos olvidar que fue Estados Unidos el país que introdujo la lacra de las armas nucleares en la humanidad el año 1945 –cuatro años antes que los rusos lograran desarrollar su bomba y que Estados Unidos es el único país que ha empleado esta bárbara tecnología para aniquilar seres humanos como en Hiroshima y Nagasaki.
Ya que Obama no hizo mención de tratar de manera concreta y en términos prácticos este desequilibrio histórico de terror que Estados Unidos mantiene contra Rusia, Moscú tiene razón para ser escéptico en relación a las propuestas de Obama.
En realidad el historial del presidente norteamericano articulando palabrería hueca, de manera constante ha hecho que sus discursos y sus alegatos políticos sean ocasiones donde hay que tener mucho cuidado, sino rechazo y desprecio.
Después de todo, en otro “histórico” discurso en la ciudad de Praga el año 2009 Obama declaró su ambición de hacer del mundo un lugar libre de todo armamento nuclear. Cuatro años más tarde, se encuentra supervisando su modernización y expansión. Lo que Obama dice y lo que la maquinaria bélica del imperialismo norteamericano hace son dos cuestiones muy distintas y Rusia es prudente al no confundir ninguna de las dos.
Y una prueba más: ¿Cómo puede Obama profesar una verdadera reducción del armamento nuclear y “un mundo de paz con justicia” cuando actualmente él se encuentra planificando junto a sus aliados de la OTAN, Gran Bretaña y Francia suministrar más armamento para ahogar a Siria en un baño de sangre que su país inició hace más de dos años? Obama está acusado de ser un criminal de guerra, no un mensajero de la paz.
*START – Strategic Arms Reduction Treaty
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